Otra película de suspense
El Gescrap BB tumba la resistencia estudiantil en otro final de encuentro rebosante de agonía Tras otro mal arranque, los de Fotis Katsikaris reaccionaron cuando impidieron correr al rival
BILBAO. En otra tarde en las trincheras, en un nuevo ejercicio de funambulismo carente de red de protección, el Gescrap Bizkaia retornó ayer de Madrid con una victoria importantísima de cara a clasificarse para el play-off por el título, un resultado excelente cosechado a partir de ese rasgo diferenciador que parece perseguir a los hombres de negro en los últimos compromisos: la agonía. En otro final no apto para cardiacos y sí para jugadores con hielo en las venas, el conjunto de Fotis Katsikaris sacó petróleo de sus cortas ventajas en el tramo final y solventó la papeleta desde el potro de tortura de los tiros libres, desde donde el certero Kostas Vasileiadis volvió a impartir justicia.
Fue el de ayer un choque en el que los visitantes tuvieron que luchar contra tres circunstancias adversas: su endeble arranque de partido -llueve sobre mojado en este aspecto-, sus problemas para cerrar el rebote defensivo -Estudiantes cazó hasta 20 rechaces en la canasta bilbaina- y sus excesivas pérdidas de balón. Los de Trifón Poch aprovecharon estas carencias del rival para dominar hasta el ecuador de la contienda. Jugaron a placer cuando pudieron correr y pillar desprevenida a la zaga rival, pero sus problemas se multiplicaron cuando el Gescrap Bizkaia dejó de permitir tantas alegrías en cancha y les obligó a jugar en estático. Cuando se puso el mono de trabajo y entendió que para batir a la tropa estudiantil iba a hacer falta sólidos argumentos defensivos, el conjunto vizcaino recuperó el terreno perdido en el luminoso, pasó a llevar la iniciativa de la contienda e incluso amagó con una resolución cómoda.
A eso invitaba, al menos, el 55-63 a tres minutos del final, pero el Gescrap Bizkaia volvió a complicarse la vida de una forma complicada de entender. Cuando a Estudiantes solo le hacía falta la puntilla para hincar la rodilla, los visitantes le dieron vida con dos pérdidas de balón consecutivas. Un parcial de 9-2 condenó el choque a otra resolución rebosante de suspense. 64-65 a 13 segundos del final. Tras anotar el primer tiro libre, Raúl López falló el segundo, pero Vasileiadis, providencial, se hizo con el rechace y no perdonó desde la línea. Aire. 64-68. Sin embargo, Kirksay anotó un triple en la siguiente jugada y volvió a estrechar márgenes, aunque al tirador griego no le tembló el pulso para convertir otros dos tiros de personal. Con 67-70 y tres segundos por jugarse, los hombres de negro enviaron a la línea a Germán Gabriel, que anotó el primero pero al querer tirar a fallar el segundo no tocó aro en el segundo. Balón bilbaino con 68-70. Grimau sorprendió a todo el mundo al contactar con Fischer a la hora de ponerlo en juego y el pívot estadounidense erró el primer lanzamiento pero conectó el segundo. Con 68-71 y un segundo por disputarse, Lofton trató de repetir lo anteriormente intentado por Gabriel, pero Fischer estuvo avispado a la hora de palmear el rebote y la victoria viajó a Bilbao.
Con esta resolución propia de una película de suspense, la enésima en su filmoteca, el Gescrap Bizkaia firmó una victoria importantísima antes de afrontar el reto de los cuartos de final de la Euroliga ante el CSKA Moscú. Importantísima porque a la lucha por jugar las eliminatorias por el título le sobran candidatos para tan escasas plazas y el margen de error es prácticamente inexistente. Y lo cierto es que es que los primeros compases del duelo de ayer no invitaban en absoluto al optimismo. Los de Katsikaris saltaron a cancha sin tensión y Estudiantes aprovechó esta circunstancia para imprimir un ritmo endiablado al choque para mandar en el luminoso con un abrumador 15-4 en un abrir y cerrar de ojos. Dos triples seguidos de Blums maquillaron el roto, pero los 26 puntos anotados por los de Poch en el primer acto, con Gabriel haciendo de las suyas desde el salto inicial, dejaban claro que algo no funcionaba en la sala de máquinas bilbaina, donde sobraban facilidades para el rival (pérdidas, rebotes ofensivos concedidos) y faltaba endurecer los engranajes de la retaguardia.
El Gescrap Bizkaia se puso el mono de trabajo en el segundo acto. Obligó a Estudiantes a jugar en estático y a los colegiales se les hizo de noche, mientras que en ataque Grimau y Banic, otra vez el más clarividente en las filas bilbainas, comenzaron a percutir contra un rival desnortado. El 33-35 al descanso dejaba claro el cambio de rumbo que se había producido en las líneas maestras del partido, pero en la reanudación los visitantes carecieron de la regularidad necesaria para romper el partido y en las filas de los anfitriones comenzó a funcionar esa metralleta de alta precisión que es Chris Lofton. El estadounidense sacó a pasear su fina muñeca y sus triples permitieron que Estudiantes cimentara otra jugosa renta a su favor (52-46) que, sin embargo, encontró acto seguido respuesta por parte de los hombres de negro, con un 0-9 que les permitió llegar en ventaja (52-55) a los últimos diez minutos.
Tras nivelar la balanza Lofton con otro triple, el Gescrap Bizkaia supo jugar sus cartas en este acto final. Kostas no dio ni un centímetro a Lofton, Hervelle hizo la vida imposible a Gabriel y el 55-63 invitaba a una cómoda resolución, aunque con los de Katsikaris de por medio ya se sabe que cualquier película acaba teniendo un argumento de suspense.
1De 26 puntos a 7 Las dos caras del Gescrap Bizkaia en defensa quedaron patentes en los dos primeros cuartos, cuando pasó de encajas 26 puntos en el primero a solo siete en el segundo. La mejora en esta faceta fue determinante.
2Tarde de regresos Fischer y Grimau regresaron ayer después de sus lesiones. Al pívot se le vio falto de la explosividad de anteriores citas, mientras que el catalán fue el segundo máximo anotador del equipo, con 10 puntos.
3Mavro debe esperar El que no saltó ayer a cancha fue Dimitris Mavroeidis, al que Katsikaris prefirió reservar de cara al maratón de partidos de la próxima semana.