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Si esto es Bilbao, gana el Barcelona

Los azulgranas logran su cuarta Supercopa a costa del Caja Laboral, que se vino abajo con todo a favor

Si esto es Bilbao, gana el BarcelonaEFE

bilbao. El Barcelona Regal mantiene su idilio con Bilbao. Cada vez que los azulgranas pasan por la capital vizcaina para jugar al baloncesto, se llevan un trofeo para sus espaciosas vitrinas. Ganaron la Copa en febrero de 2010, la Liga ACB en junio de 2011 y ayer la Supercopa de 2011. Infalible, el equipo de Xavi Pascual igualó ayer en el palmarés del torneo inaugural de la temporada al Caja Laboral, al que el partido se le hizo largo, como en la semifinal al Real Madrid. Si dentro del vestuario azulgrana piensan que han jugado muy mal este fin de semana en el Bilbao Arena, qué será cuando alcancen su mejor nivel. Navarro levantó la tercera Supercopa consecutiva y la cuarta desde que se creó este título hace ocho años.

En la final entre los dos clubes que han acaparado todos los títulos ACB desde 2008, el conjunto baskonista peleó el partido durante 33 minutos, sin el extraordinario acierto del día anterior ante el Bizkaia Bilbao Basket. Era imposible mantener ese nivel, pero el Caja Laboral se mantuvo firme en un duelo atractivo con muchas alternativas en el que nadie mandó claramente. Con Oleson y San Emeterio en modo humano, los gasteiztarras se apoyaron en Prigioni y Teletovic para fabricar los puntos, con esporádicas apariciones de Reggie Williams, en su primer partido oficial con el Caja Laboral, Heurtel y Ribas. En el Barça, Navarro ya anunciaba sus intenciones, pero Marcelinho Huertas daba solidez a la dirección y Ndong caminaba hacia un excelente doble-doble que le habría hecho merecedor de compartir el MVP.

Claro que el Barcelona no está a su máximo nivel, que aún debe recuperar al mejor Mickeal -quinta Supercopa del tirón- pero el equipo de Xavi Pascual ha sabido salir de dos buenos apuros en la cita del Bilbao Arena tirando de calidad, oficio y experiencia. De hecho, después de que Prigioni anotara al inicio del último cuarto dos triplazos consecutivos que le podían haber devuelto la condición de héroe baskonista, los de Dusko Ivanovic mandaban por siete puntos (65-58), tuvieron alguna posesión más para aumentar la ventaja y el partido estaba más de su lado que del catalán.

hundimiento Pero a los que ayer vistieron de azulgrana se les fundieron los plomos por falta de concentración y por varias malas decisiones que lastraron su ataque. Heurtel pagó en esos minutos la factura del novato en estas lides y el Barcelona Regal encontró la manera de abrir las puertas que parecían cerradas. Las llaves, cómo no, las tenía Juan Carlos Navarro, que con dos tiros libres y dos triples contribuyó en un parcial de 0-13 (65-71) que acabó con las esperanzas del Caja Laboral después de que se quedara casi cuatro minutos sin anotar.

Teletovic cortó la mala racha, pero toda la iniciativa era ya del Barcelona, que fue a lo conocido para reforzar esta ventaja. Los tiros cortos de Ndong, que aprovechaba la atención sobre Navarro, anunciaron el fin y un triple en salto de Marcelinho, marca de la casa, puso la sentencia. 69-80 a 1.18 del final después de un parcial de 4-22 en seis minutos y medio de juego donde se concentraron todas las virtudes de este Barcelona Regal cambiado, pero con el mismo hambre de victorias con el que cerró la Liga anterior ante el Bizkaia Bilbao Basket, y los defectos de este Caja Laboral en construcción que echó de menos la exuberancia física de Seraphin, desaparecido en el último cuarto y sin ayuda del aún desconectado Dorsey y un blando Milko Bjeliça, y todos los triples que le entraron en la semifinal ante los anfitriones: 4 de 16 ayer.

Son las cosas de este torneo tan impredecible y sujeto a las rachas de jugadores que buscan su mejor forma. El Barcelona Regal ha logrado jugar sus mejores minutos cuando los dos partidos tenían que decidirse. Es la regla maestra de los campeones, que cuando se lleva a cabo en la cancha con un jugador que marca diferencias como Juan Carlos Navarro hace que todo parezca más sencillo. El Caja Laboral dio todo lo que pudo y tuvo contras las cuerdas a su rival, pero le faltó ese plus que dan los genios cuando están inspirados.