"Mi objetivo es disfrutar, pero también competir"
A sus 12 años, el bilbaino Unai Rodríguez ya conoce lo que es participar en cuatro campeonatos estatales de karting
bilbao
apesar de que todavía solo tiene 12 años, Unai Rodríguez, piloto de karting, tiene muy claro qué es lo que más ilusión le haría cuando sea mayor. "Me gustaría arreglar motores o dirigir un equipo", afirma el joven piloto de Arrigorriaga, quien ayuda siempre que puede a su padre Manu en el taller que este tiene en Bilbao. Y no es de sorprender.
Desde muy pequeñito y siguiendo los gustos de su padre, Unai empezó a desarrollar una gran afición por los coches y la adrenalina de la velocidad comenzó a correr por sus venas, algo que derivó en que, con tan solo cuatro años de edad, ya tuviera la oportunidad de montar y pilotar un kart. Fue durante unas vacaciones en Almería, donde su padre le alquiló uno para que pudiera dar sus primeras vueltas a unos 70-80 kilómetros de velocidad. Nada de bromas para empezar. "No tenía miedo, aunque sí es verdad que me daba un poco de respeto dar las curvas, debido a la velocidad a la que iba", recuerda Unai sobre aquella primera experiencia en la que padre e hijo unieron ilusiones para disfrutar juntos de un hobbie común: el mundo del motor. Un año después fue cuando empezó a pilotar los karts de manera habitual, y con 7 años, a competir. De haber podido, probablemente lo hubiera hecho antes, pero la normativa lo impedía y Unai tuvo que esperar para ponerse el casco y salir a competir con todas las de la ley.
Con la ayuda de su padre, que como buen mecánico es quien se ocupa del mantenimiento de su kart, Unai ha tenido la oportunidad de pilotar unos cuantos karts antes del que tiene ahora: un FA Fernando Alonso con el que compite, tanto en carreras cercanas, como en los campeonatos estatales, en los que ha participado ya en cuatro ocasiones -dos en categoría alevín y otras dos como cadete-. "El año que viene podría seguir compitiendo como cadete, pero pasará ya a categoría junior por su estatura", señalaba su madre. Sin embargo, eso será el año que viene. Antes, Unai todavía tiene por delante nuevos retos como cadete. Para empezar, el próximo 8 de septiembre cogerá su kart y, acompañado por sus padres y su hermana Nerea -quienes le acompañan a todas las carreras-, tratará de "hacerlo lo mejor posible" en Sevilla, donde participará en una nueva prueba del campeonato estatal.
Allí se verá las caras con otros 49 niños -con los que reconoce hacer buenas migas normalmente- que lucharán también por ser los mejores al término de un fin de semana en el que las pruebas no serán pocas. En estas carreras estatales, los jueves y los viernes los participantes -previa inscripción de 136 euros en las fechas correspondientes- realizan los entrenamientos pertinentes para poner a punto sus karts y almacenar en la memoria los recodos del circuito.
el plato fuerte Así, es el sábado cuando los 50 participantes, uno por uno, realizan la prueba del cortometraje para dar paso después a otras pruebas clasificatorias de las que salen los primeros 26 niños con billete directo para las finales del domingo. El resto de participantes tienen una nueva oportunidad el domingo en la tanda de repesca, donde otros 8 pilotos logran el resto de billetes que dan la oportunidad de pilotar el domingo y de completar así, una parrilla de salida de 34 pilotos. Estos, con la ilusión propia que llevan los niños en su ADN, son los elegidos para poder reinar y demostrar sus destrezas en las dos carreras finales que se disputan el mismo domingo y tras las cuales, se realiza una puntuación media para dilucidar al campeón.
"A pesar de que son niños, está todo muy profesionalizado". La mayoría de los participantes pertenecen a equipos que acuden a los circuitos con hasta 10 mecánicos y no es nada extraño ver a niños, procedentes de Andorra, Francia o Portugal, competir en estas carreras", señalaba Manu haciendo referencia a las dificultades que Unai se encuentra cada vez que compite a nivel estatal. Sin embargo, eso no es algo que les asuste lo más mínimo, y tal y como ambos señalan, su objetivo sigue, y seguirá siendo, "disfrutar, pero también competir dando el máximo" en pruebas en las que "hay que ir muy fino", según señala Unai, quien reconoce que las salidas lanzadas son lo que más le hacen disfrutar, mientras que es en la última vuelta de cada circuito cuando peor lo pasa por "la tensión de saber que ya no hay margen de error".
Después de numerosas carreras y de numerosos viajes a los que, a veces, también acuden sus abuelos, Unai puede presumir de un más que meritorio cuarto puesto en unas pruebas clasificatorias de Málaga -carrera a nivel estatal- y de atesorar en su ya extenso palmarés más 25 victorias y numerosos podios.
sus otros gustos Además del karting y de los estudios -a los que ni él ni sus padres restan un ápice de importancia-, el taekwondo es el otro deporte que le llena de ilusión. De hecho, ya ha tenido la oportunidad de vencer en Valencia y en su barrio, en Arrigorriaga, hace aproximadamente un año. Eso sí, esta disciplina cede cuando aparece de por medio el karting. Admirador de Robert Kubika, Unai Rodríguez sigue también las carreras de Fórmula 1 -cuando no le pillan entrenando en Villarcayo-, en las que afirma disfrutar sobre todo "con las salidas y con el champán de las celebraciones". Todavía le queda mucho camino por recorrer, pero quién sabe si algún día él podrá formar parte de sus propios sueños.