Juanito y Edurne: ¿y comieron perdices?
Oiarzabal y Pasaban suavizan sus diferencias en un cara a cara donde Juanito se arrepiente solo de sus formas mientras Edurne insiste en que jamás achacó su frustrada cima al rescate del alpinista
BILBAO. "Tuve mi época con ella, fue muy bonita y la traté como a una hija. Todo este tema tiene que estar zanjado". "Creo que tenemos que cerrar el libro ya, yo me olvido de todo esto y espero que él también". Estas afirmaciones con tinte lapidario pertenecen a Juanito Oiarzabal y a Edurne Pasaban, respectivamente, y corresponden al cara a cara que ambos mantuvieron anteanoche en el programa radiofónico El Larguero, de la Cadena Ser. Tampoco puede nadie llevarse a engaño. Si bien la conversación se ajustó a un tono más o menos amistoso, el epílogo se alejó de la pretendida reconciliación, dado que cada uno de ellos se ciñó a su particular prisma sobre la polémica suscitada con su cruce de expediciones. Un recordatorio: el alpinista alavés y su grupo descendían, con dificultad y muchos problemas, el Lothse, mientras que el de Pasaban estaba en el vecino Everest buscando hacer la cumbre sin oxígeno. En ese panorama, la guipuzcoana acudió con su equipo al rescate de los montañeros, una conducta que Oiarzabal desdibujó con sus reproches ya que, a su entender, Pasaban y los suyos les acusaron a través de una nota informativa del fracaso de su expedición por ir en su auxilio. "Se le ha ido la olla", llegó a decir -lo más suave- Juanito acerca de Edurne. El lunes por la noche se arrepintió del vocabulario, aunque su visión de lo ocurrido es la misma. Según él, molesto por un reportaje fotográfico en prensa donde se apreciaba la ambolia pulmonar que sufrió y en el que nada tuvo que ver Pasaban, "ella sí tenía suficiente potestad para que no saliera así ese comunicado".
Finalmente, los dos alpinistas se encontraron en directo con José Ramón de la Morena, conductor del programa nocturno, y Sebastián Álvaro (alpinista y creador de Al filo de lo imposible). Así discurrió la charla:
José Ramón de la Morena: ¿Y entonces qué ocurre, Edurne?
Edurne Pasaban: Tampoco sé yo qué ocurre.
J. R. M.: A Juan lo ayudáis cuando quedan 100 metros...
E. P.: Sí, cuando estaba llegando. [...] Yo sé que Juanito está dolido, pero no creo que su enfado sea solo por la nota de prensa esa, porque se puede interpretar de muchas maneras. Yo no la redacté. De hecho, yo dije en mi blog dos días antes que no podíamos hacer cumbre y que no me iba a buscar excusas ni con el rescate ni con nada.
Sebastián Álvaro: ¿Y no habría sido más fácil decir que la convocatoria de la rueda de prensa con esa nota no la habíais hecho vosotros?
E. P.: Es que yo me entero de las declaraciones de Juanito cuando llego a Madrid, no encontraba el motivo de lo que pasaba hasta que me dijeron lo de la rueda de prensa. Aunque creía que todo venía por las fotos de la llegada, pero yo eso no lo podía controlar. [...] Y pienso que sí, se puede hacer otro comunicado, o se puede decir que yo no soy... Pero estaremos de acuerdo que tampoco es para ponerse así... Las cosas necesitan reposo porque a mí me duele todo lo que me ha dicho.
E interviene Oiarzabal.
Juanito Oiarzabal: Quiero pedirle disculpas públicamente a Edurne. Por las formas, que me pierden, que no me sé contener y cuando estoy enfadado saco toda mi rabia. Ella me conoce bien y sabe que aunque me haya expresado mal y estoy arrepentido de la forma, me vuelvo a ratificar otra vez.
J. R. M.: Edurne, ¿esto cambia un poco? ¿Te aclara algo?
E. P.: Nos conocemos mucho. Solo decirte Juanito, que no te des tanto por aludido por estas notas de prensa en las que no se da tu nombre... Yo, si a ti te ha llegado tanto todo esto, y en lo que a mí me incumbe, te pido perdón. Espero que algún día volvamos al Himalaya y hagamos lo que nos gusta, que es escalar montañas y dejarnos de tonterías.
J. O.: Yo sacaré siempre la cara por ella cuando hablemos de que es la primera mujer del mundo en haber subido catorce ochomiles.