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Seco: "Esta es la carrera que más me ha dado"

Seco corre mañana en Zamora su último Estatal consciente de que no podrá superar a Talamillo

Seco: "Esta es la carrera que más me ha dado"Foto: José Sampedro

bilbao. Como desde que arrancó la temporada es plenamente consciente de que cada carrera es la última, David Seco, 37 años, el hombre de los 27 títulos -seis Campeonatos Estatales, diez de Euskadi y once de Bizkaia- y las tropecientas victorias, corre con una cámara de vídeo incorporada en el casco que registra el último aliento, la última gota de sudor del ciclocrossista estatal con mejor palmarés de todos los tiempos. "No sé si he sido el mejor, pero quizás sí el más completo de la historia". Mañana en Zamora, en el parque de Valorio que es pulmón de la ciudad, graba la entrega más emotiva del documental de su despedida. Graba su último Campeonato Estatal, "la carrera, con la de Igorre, que más me ha dado y, a la vez, la más cruel", y en la que ostenta el récord de títulos, seis, hazaña que comparte con José Luis Talamillo, al que, también es consciente de ello en un ejercicio de realismo ineludible, no podrá superar salvo sorpresa mayúscula.

Las películas que graba Seco esta temporada, cortos de poco más de una hora, tienen algo del rebelde esnobismo del que siempre hizo gala el busturiarra, tan transgresor como gruñón y polémico, una actitud vital que a muchos se les indigestó porque entendieron que se encontraba demasiado cercana al divismo, la soberbia, el engreimiento y el capricho del hombre que no tenía rival, que era inalcanzable y, por tanto, levitaba como lo hacen los divinos. Seco, que además de un grandísimo ciclista se caracteriza por su sinceridad, lo define de otra manera: "La rebeldía me ha permitido siempre ser yo mismo". ¿Y las consecuencias de ser uno mismo? "Bueno, quizás me perjudicó en muchas ocasiones, pero no me ha importado. Mi rebeldía siempre ha tenido una razón que yo creía justa, no era un capricho. Y creo que de muchas de las cosas por las que yo luché se benefician ahora los nuevos protagonistas de este deporte. Pero que nadie se engañe, no estoy diciendo que haya sido una ONG porque todo lo que he hecho ha sido egoístamente, por mí".

Las grabaciones que guarda en el ordenador de su casa tienen esa brisa de esnobismo, pero son un tornado de melancolía. "Para mí significa mucho, un bonito recuerdo". El testimonio final de una biografía magna cosida a la gloria y al infortunio. Seco es el palmarés descomunal, la vitrina repleta, el recuerdo de quedarse a un peldaño de los terribles belgas -llegó a ser 13º en el ranking de la UCI aunque nunca brilló como soñaba en un Mundial-, pero también la desdicha, el dolor, el desgarro del alma que le sobrevino cuando en junio de 2004 murió en accidente de tráfico Paul, su hermano que era también su guía espiritual, su conciencia en carrera. David ponía las piernas, los pulmones, el motor; Paul, todo lo demás, la serenidad, la ambición, la metodología. Por eso, de los seis Estatales en los que ha triunfado Seco -"me acuerdo de todos y cada uno de ellos, de los detalles más pequeños aunque entonces no tuviese cámara"- dos de ellos tienen un significado especial. El primero, el de Valladolid en enero de 2004, que fue el quinto consecutivo, una proeza en sí, pero que adquirió con el tiempo un poso sentimental insondable pues se convirtió en el último entorchado conquistado en compañía de Paul; el segundo, el de Ribadumia, en 2006, el primero que consiguió en ausencia de su hermano y que supuso la liberación total después de que un año antes en Busturia, la herida de la pérdida del hermano aún supurando, perdiese el título ante Unai Yus.

La zozobra El sexto, el de Ribadumia, el de la liberación y el dedo y la mirada al cielo eterno, el del empate con el inalcanzable Talamillo, fue el último gran despliegue del busturiarra. Luego llegó la zozobra. "No fue por la edad", reflexiona David; "lo que pasó fue que ese mismo año me di un golpe tremendo en la pierna que me tuvo toda la temporada apartado. Tenía 33 años. Me costó mucho recuperarme de aquello, a todos los niveles". El esperado séptimo nunca llegó. "Pero no ha sido una obsesión. Siempre se hablaba de que si podía superar a Talamillo, de que si esto y lo otro, pero a mí no me ha preocupado. No lo he hecho y punto. Aunque creo que con un poco más de fortuna podría haber ganado algún campeonato más... Pero eso ya no importa".

Tampoco le preocupa, de momento, su legado, el reconocimiento de su gran obra. "No me he parado a pensar en ello porque sigo corriendo. Cuando acabe quizás yo mismo, y quizás la gente también, pueda valorarlo más", dice Seco, que, igualmente, no afronta el Estatal de mañana como si fuese el último, aunque lo sea, porque, cuenta, los sentimientos distraen y le hacen envarar a uno. "Corro, como siempre, pensando en ganar, aunque sepa que es difícil; corro para hacer podio, que sería una despedida perfecta; corro para hacer las cosas bien y estar delante, con lo que ya me sentiría satisfecho". Corre Seco mañana su último Campeonato Estatal que quedará grabado en un vídeo que algún día verá sentado en el sofá. Quizás entonces pueda llegar a emocionarse.