Cruce de caminos
Danel Elezkano y Mikel Larunbe, del galdakoztarra Club Adiskide, se coronan en El Antiguo w "Lo importante no es lo que han hecho, sino lo que les queda por recorrer", señala su técnico Mikel Etxegia
Bilbao
ES la pelota un deporte demasiado individual, en el que es muy importante cuidar a los pelotaris. Y más en estas edades", señala Mikel Etxegia, goizuetarra afincado en Bizkaia y preparador de pelotaris en Galdakao, club del que provienen Danel Elezkano y Mikel Larunbe, flamantes campeones del torneo de El Antiguo en categoría juvenil. Una competición añeja, enraizada en la costumbrista mirada de la pelota, afincada en Donostia y que atrae a los mejores manistas en aficionados, sub"22 y juveniles. Para el técnico el peligro radica en la individualidad del deporte. "Hay que mimarles y hacer mucho de psicólogo. Es parte de la base de la preparación. Son edades difíciles", admite, ya que Danel aún tiene 16 años por los 17 de su compañero.
"Elezkano II es un delantero que tiene muchas horas de frontón. Es muy zorro y tiene mucha madera, hace falta pulirla", desgrana Etxegia. Así, con estas características en los cuadros alegres, se forja la personalidad del zaratamoztarra. De esta manera, desde su club se planteó la posibilidad de que, tras despuntar en su correspondiente categoría, tuviera que ascender para conseguir mayores posibilidades de progreso. Como una esponja, el delantero ha sabido adaptarse a jugar con gente de mayor edad a la perfección. Sin ambages. "Tiene que ser así para que el pelotari de esa edad pueda ir asumiendo retos mayores", declara su entrenador. Ocurre que viendo la trayectoria del de Zaratamo, el desafío llegó al colocarle entre juveniles sin apenas alcanzar la edad. Un acierto.
"Larunbe, por su parte, es un zaguero que no destacó mucho de pequeño, pero que lleva un par de temporadas en las que ha despuntado", desgrana el técnico, quien apostilla que "lo que realmente cuenta es lo que hagan ahora. Tienen mucho margen de mejora y pueden llegar a más". Lo sabe el goizuetarra, ducho en estas lides, no en vano de entre sus manos ha salido los ya profesionales Mikel Urrutikoetxea, Ibai Zabala, Iñaki Iza e Iñaki Larrinaga, así como alguno de los aficionados más punteros, como Ander Elezkano -el mayor de los hermanos- o los Ajuria, Kantxo o Jon Beitia. De Goizueta a Galdakao, un puente en la mano.
"Los dos llegaron muy jóvenes al Club Adiskide. A Danel le conozco desde muy pequeño. Es de Zaratamo y siempre andaba por el frontón. Mikel llegó cuando era infantil y era más irregular al principio", describe Etxegia.
trayectorias diferentes Son trayectorias diferentes las de ambos manistas que han desembocado en un futuro juntos con mimbres de oro. Uno, Danel, con una vida ligada al frontón, proviene de las entrañas de la cancha, de dentro de la roca. Mikel ha cuajado con el tiempo, ha conseguido destacar con los años; tiene una altura tremenda (1,91) que le otorga parte del andamiaje necesario para sobresalir a su edad. Asimismo, el galdakoztarra tiene "dos palancas muy bonitas por brazos", según admite su técnico, no en vano, su golpeo es un martillo pilón que otorga seguridad a un delantero peleón "que ve huecos en zonas de la cancha donde nadie los ve". Intuición y mística. Un cruce de caminos. "Elezkano es diestro, pero juega como un zurdo. De nacimiento tuvo un problema en su brazo derecho que le hace estar más confiado con la izquierda", desgrana Etxegia. Remozadas sus prestaciones con la edad, el zaratamoztarra carga con dos brazos potentes y una visión infinita -"es muy zorro"-. Quizá el saque sea la rémora de Danel, quien golpea el cuero muy cortado. Pero, como reza su entrenador, aún tienen tiempo por delante para trabajar.
Para conseguir mayores prestaciones de los manistas, el goizuetarra mezcla a las promesas con los mejores pelotaris de los que dispone. "En pelota, no podemos llevar mucha planificación. Los campeonatos son tan seguidos que no podemos establecer muchos patrones", señala Mikel. Asimismo, el navarro desentraña el entrenamiento en base al "gran grupo de manistas que se dan cita en el club".
Y es que, para magnificar la carga de trabajo de los chicos, Etxegia conforma, "adaptando siempre el material", unas sesiones con gente de mayor edad. "Ganan en resistencia y competitividad. La veteranía hace que tengan que trabajar más el tanto, buscar más los espacios, fajarse. De este modo, los jóvenes crecen más. Además es muy importante el factor de la ilusión, porque, con pelotaris de estas edades, cuando les llevas a jugar con gente mayor se muestran muy emocionados. Es la mejor manera de aprender", desvela Mikel la receta del éxito labrada en un club en el que el grupo es también importante. "El conjunto de manistas se apoyan y es importantísimo ese apoyo. Es fundamental. También el trabajo, el trabajo y el trabajo", finaliza.