A vista de pájaro
El ojo de halcón para los frontones, a punto de ser estrenado, focaliza la elección de Gonzalez y Xala
eibar. Ajeno al ajetreo, recluida su enjuta figura en una de las butacas de cancha, José Ábalos, el canchero del Astelena, lanza su mirada sabia, engordada por la edad, por la historia de La Catedral, a la cancha, como si su memoria le negase girar el cuello a su derecha, donde el revuelo es considerable. En el trajín lucen un par de ordenadores portátiles, varios ingenieros y un par de cámaras elevadas con trípodes junto al frontis, las patas del sistema Begira, el ojo de halcón del frontón, desarrollado por G-93 y que se encuentra a un par de palmos de su estreno. "Lo queremos probar en un partido de aficionados el viernes de la semana que viene y luego poder introducirlo en los partidos de profesionales", dice Juan Carlos Sanromán, gerente de la empresa eibarresa, mientras dirige las pruebas finales de calibración, que viene a ser detallar al milímetro el error de cálculo del sistema antes de exponerlo al escrutinio público.
"En la zona de influencia, en el ángulo que toma la cámara, que son unos tres cuadros, el desajuste es de un milímetro". Lo sabe Juan Carlos y su equipo porque antes de la recreación virtual de la trayectoria y el bote de la pelota mediante el uso de un programa informático de las imágenes captadas por la cámara en el ordenador, realizaron unas pruebas sobre el papel de calco en la propia cancha para "concretar la mancha del bote de la pelota, que es similar a una elipse. Con esto sabemos exactamente el bote que deja, su rastro, y a partir de ese modelo conocemos cómo debe ser su recreación. En las pruebas que hemos hecho la eficacia es muy alta, pero probándolo en un partido sabremos a qué ritmo se generan los posibles botes dudosos sobre la línea que separa la cancha de las tablas. Eso es fundamental para saber cuántos técnicos son necesarios para controlar el sistema", reflexiona Sanromán, que piensa siempre que el coste debe "ser asumible para que sea rentable, de lo contrario su utilización no tiene sentido". En el tenis, apunta Sanromán, "son necesarias seis cámaras para controlar las líneas, pero en la pelota "se controlaría el 90% de las zonas más conflictivas situando una junto al frontis, para cuidar el ancho, y una en el fleje lateral para las pelotas dudosas en la zona alta. Para empezar controlaremos el ancho y luego ya se verá".
un duelo "diferente" Continuaba Juan Carlos disertando junto a sus colaboradores mientras Gonzalez y Xala apartan los lotes de pelotas con los que competirán el domingo en el Astelena de Eibar dentro de la liguilla de cuartos del Manomanista. El azkaindarra, que ha permanecido doce días parado para recuperar el gemelo, optó por pelotas de peso, "pero no tan exigentes como las que me gustan". Por su parte el delantero de Lekuine optó por cueros más "vivos", para medirse por segunda vez con Sèbastien en la competición. "Seguro que es un partido diferente", explicó Xala, con su fina ironía. Una vez dio su versión sobre el material el reciente campeón del Parejas, que contará con Aitor Zubieta, su compañero de entonces como botillero, se sentó en el corrillo de las computadoras y acurrucado, a vista de pájaro, sentenció: "Barruan". La pelota entró.