Gatibu incendia el BEC en el primer agur: 25 años resumidos en cuatro horas inolvidables
La semana que viene volverá para completar una despedida que ya se percibe como hito irrepetible
El primero de los tres conciertos de despedida de Gatibu no fue solo un espectáculo: fue un rito colectivo. Anoche, el Bizkaia Arena (BEC) se transformó en templo sonoro para varias generaciones que han crecido —y envejecido un poco— al compás de la voz inconfundible de Alex Sardui y la energía luminosa de la banda de Gernika.
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25 años de carretera, plazas, festivales y noches infinitas desembocaron en una cita que desbordó nostalgia y emoción. Desde el primer acorde, el BEC se puso en pie. Sardui, fiel a su estilo cercano, eléctrico y burlón, volvió a demostrar que pocos saben habitar el escenario como él: con humor, desparpajo y verdad.
La noche estuvo llena de momentos memorables, pero uno de los más celebrados llegó cuando Alex detuvo el concierto para anunciar, entre sonrisas y gritos de euforia, la victoria del Athletic frente al Atlético de Madrid. Esa noticia, recibida como gol en tiempo extra, convirtió el BEC en un San Mamés improvisado. Miles de voces rojiblancas y rockeras se fundieron en un mismo grito. Gatibu paró la música, pero la celebración subió el volumen.
El escenario fue también punto de encuentro generacional. Numerosos artistas se sumaron al homenaje, testimonio del impacto que Gatibu ha dejado dentro y fuera del rock en euskera. Fito Cabrales, recibido con ovación oceánica, protagonizó uno de los instantes más intensos al interpretar Urepel y Malen euritan dantzan, fusionando memorias y estilos en un abrazo musical irrepetible.
Cuatro horas de repertorio dieron para todo: coros desatados, lágrimas discretas, bailes espontáneos y ese tipo de silencio que solo aparece cuando la música toca algo más profundo que el oído.
Cuando las luces finalmente se apagaron, el eco siguió vibrando en las gargantas rotas y en la certeza colectiva de haber asistido no solo a un concierto, sino al comienzo de una despedida que ya es historia.
Gatibu abrió su última trilogía por lo más alto, y el público respondió de la única manera posible: en pie, emocionado y agradecido. La semana que viene Gatibu volverá a llenar el BEC, viernes y sábado, completando una despedida que ya se percibe como hito irrepetible. Tres noches para decir hasta siempre, pero también para cantar más fuerte que nunca.
