Frank Gehry colocó la primera piedra del puente de Zorrotzaurre que lleva su nombre
El arquitecto señaló entonces que la creación del Guggenheim "era un proyecto difícil" , pero que se enamoró "del pueblo vasco, del pacharán, de la merluza, del txakoli"
En 2014, el arquitecto Frank Gehry, fallecido este pasado viernes, visitó Bilbao para recibir un homenaje muy especial. En un acto institucional, que reunió al entonces alcalde de Bilbao, Ibon Areso; a la exconsejera de Medio Ambiente y Política Territorial, Ana Oregi; al exdiputado de Presidencia, Unai Rementeria; al exsubdelegado del Gobierno, Ignacio Erice, así como al exalcalde Josu Ortuondo.
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Tras un aurresku de honor, las autoridades colocaron la primera piedra del futuro puente que llevará el nombre del arquitecto. Como testimonio, se depositó a 22 metros de profundidad un cilindro metálico con monedas en curso, un plano de la obra y diversos periódicos. También se descubrió una placa con la inscripción “Frank Gehry Zubia” y se entregó al arquitecto una placa conmemorativa. El nuevo puente, con un presupuesto de 20,9 millones de euros, conectará la futura isla de Zorrotzaurre con la Ribera de Deusto una vez concluida la apertura del canal.
"Era un proyecto difícil"
En su intervención, Gehry confesó que en un inicio temía no sentirse satisfecho con el diseño, pero aseguró estar “muy tranquilo” tras ver el resultado. Recordó su primera visita a Bilbao, en los años noventa: “El lehendakari y el alcalde me hablaron de crear un museo. Era un proyecto difícil, pero me enamoré del pueblo vasco, del pacharán, de la merluza, del txakoli… Bilbao es un lugar muy importante para mí y para mi familia”.
El arquitecto evocó también al fallecido alcalde Iñaki Azkuna, quien le planteó por primera vez la posibilidad de que una calle llevara su nombre. “Al final será un puente —mucho mejor”, señaló Gehry, que destacó además la honestidad y la palabra dada como valores que siempre admiró de los vascos. “Os quiero, amo a Bilbao y volveré”, concluyó emocionado.
El actual alcalde de Bilbao, que entonces era consejero de Empleo y Políticas Sociales, Juan María Aburto, definió la futura infraestructura como “un puente de entrada a la modernidad, la sostenibilidad y a un nuevo espacio urbano innovador que mantendrá a Bilbao entre las urbes de referencia internacional”. Recordó que en el último año y medio las instituciones han trabajado conjuntamente para convertir el proyecto en realidad, dentro de una estrategia que incluye la construcción de viviendas, la creación de empleo y la regeneración de zonas desfavorecidas.
Recuerdos a Iñaki Azkuna
Aburto evocó también la figura de Iñaki Azkuna, “que hoy estaría feliz viendo cómo Bilbao sigue creciendo, construyendo puentes y abriendo horizontes”. Destacó que las obras de Zorrotzaurre constituyen “el proyecto más ambicioso y emblemático” de la ciudad, y que el puente Frank Gehry simboliza la unión entre instituciones públicas, empresas privadas y ciudadanía para configurar “el nuevo Bilbao”.
En la misma línea, el exdiputado de Presidencia de Bizkaia, Unai Rementeria, subrayó que el puente representa “un antes y un después”, al conectar el Bilbao del pasado con el del futuro. Recordó asimismo la relevancia del Museo Guggenheim, “que este año ha registrado uno de los mejores datos de visitantes de su historia”.
Visitas al Museo Guggenheim por amor al arte
El exalcalde Ibon Areso cerró el acto agradeciendo personalmente a Gehry su presencia y subrayando la admiración que la ciudad siente por él “no solo por su faceta profesional, sino también por la gran persona que es”. Areso repasó las profundas transformaciones urbanísticas vividas por la capital en las últimas décadas y señaló que “el proyecto de Frank Gehry nos puso en el mundo con noticias positivas” durante los años marcados por la violencia de ETA. “Se le llama efecto Guggenheim —dijo—, pero yo diría que es el efecto Frank Gehry”.
El alcalde confesó que ha intentado que Gehry desarrollara una segunda obra en la ciudad y mostró su deseo de que, en el futuro, Bilbao pueda contar con algún proyecto más del arquitecto. “Frank, te queremos mucho”, concluyó.