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RAYE y Bad Gyal pudieron completar sus actuaciones tras la tormenta

El Bilbao BBK Live sufrió anoche el recorte del concierto de Amaia y un parón en el recital de la estrella británica

RAYE y Bad Gyal pudieron completar sus actuaciones tras la tormentaEfe

Aunque desde la organización se resalte una “conexión colectiva” que no se vio empañada por la climatología, la tormenta que descargó entrada la noche en la jornada del viernes del Bilbao BBK Live mediatizó su desarrolló hasta el punto de que Amaia tuvo que suspender su concierto cuando apenas había ofrecido 20 minutos. Aunque con problemas y un frustante parón, la británica RAYE reanudó la velada cerca de medianoche, demostrando por qué es una de las estrellas del soul contemporáneo.

Aunque con el aguacero azotando desde su inicio, Amaia estaba ofreciendo una actuación impecable, plena de simpatía, apoyada por su grupo y con una cada vez mayor presencia del baile y números coreográficos cuando tuvo que suspender su actuación a los aproximadamente 20 minutos. La lluvia había entrado en el escenario, mojado el material y los instrumentos, y se corría el peligro de recibir una descarga eléctrica.

Después de interpretar canciones como Tocotó, Magia en Benidorm y La vida imposible, cuando estaba ofreciendo su versión del clásico La Tarara, sentada al teclado por vez primera, se anunció que el concierto se paraba debido a la intensa lluvia y que la programación se reanudaría en cuanto las condiciones climatológicas lo hicieran posible. Ya no fue posible.

RAYE

Más de una hora después de una lluvia intensa con aparato eléctrico, entre charcos y con 30.000 personas desperdigadas y buscando algún refugio, a eso de las 23.30 horas, sin dejar de llover y con relámpagos amenazantes en el cielo, se reanudó el festival con RAYE, una de las cabezas de cartel del viernes. Estrella emergente con su disco My 21st Century Blues, la vocalista británica tuvo que interrumpir su recital a los aproximadamente 25 minutos tras un “lo siento” en castellano y totalmente afligida.

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Reanudado el recital pasada la medianoche, RAYE demostró por qué es una de las voces más importantes del soul contemporáneo y la razón de que no pocos se acuerden de Amy Winehouse y Lilly Allen al referirse a ella. Con una banda magnífica de apoyo, incluida una sección de metales que le permitió hasta actuar en el prestigioso festival de Montreaux y en los Oscar, desgranó un repertorio que surgió del dolor y se ha convertido en mágica terapia sonora, personal para su autora y colectiva para millones de oyentes.

Apareció con un vestido clásico y ajustado que combinaba el negro y el rojo, y con su grupo dividido en dos niveles, desgranó un repertorio de soul contemporáneo con incrustaciones de jazz y algo de rap –menor que en disco– en el que destacaron canciones como Oscar Winning Tears y The Thrill is Gone, en un contexto complicadísimo marcado por la lluvia y el poderío vocal de una garganta que regaló alardes continuos a un público calado hasta los huesos que hizo caso omiso al barro y los charcos, al igual que sucedió después en el concierto de Bad Gyal.