Sin canciones frescas, veloces, potentes y contestatarias como American Jesus o Punk Rock Song quizás nunca habrían existido Green Day, NOFX o SUM 41. Las firman los veteranos y pioneros Bad Religion, el grupo de punk melódico liderado por la voz de Greg Graffin y las composiciones de Brett Gurewitz, que se embarcará en mayo en una gira estatal, 45 Years Doing What You Want, con parada en el BEC el día 9.
La velada será “un mini festival” en el que actuarán también Agnostic Front, Strung Out, Belvedere y Crim. “El punk es vigilancia y discrepancia, pero no tiene que ver con alejarse de la empatía y la preocupaciones de los más débiles”, asegura en esta entrevista Brian Baker, uno de sus guitarristas, un melómano tatuado, reflexivo y con pinta de profesor universitario cercano a la jubilación que contesta la video llamada desde casa, en un amplio salón con guitarras colgadas de las paredes. “Sonamos como una bomba nuclear”, advierte.
Nueva gira llamada ‘45 Years Doing What You Want’. Claro ¿verdad?
—Tal cual, es una realidad.
Tienen 13 conciertos, la mitad de ellos en el Estado. Puede que sea la gira más larga que han hecho por aquí, quizás porque su éxito ha ido incrementándose con los años.
—No sé si es la gira más larga, ya que vamos allí desde hace 30 años, pero sí sé que es el mejor sitio al que viajar. Podríamos hablar de la comida y de cómo es un buen sitio para pasar un tiempo de vacaciones (risas). Es un lugar maravilloso y no creo que esta gira tenga que ver con la popularidad, sino con que este año tenemos bastante tiempo para el grupo. Y que la gente quiere que vayamos, claro.
Más que un concierto al uso, podría decirse que es un festival que dura una jornada.
—Sí, están los Agnostic Front de Roger Miret, tan veteranos como nosotros y viejos amigos de Nueva York. Son increíbles y divertidos. ¿Cómo se escribe Crim, como el Cream de Eric Clapton? ¿Son catalanes? No, no los conozco, pero sí a nuestros amigos californianos Strung Out. Giramos mucho con ellos en los 90, pero hace tiempo que no coincidimos. Y descubrí a Belvedere hace años. Es posible que Greg produjera alguno de sus discos o canciones. Sí, tienes razón, será como un mini festival porque, a excepción de los catalanes, hemos tocado muchas veces con el resto de bandas en diferentes escenarios mundiales. Estaremos contentos de presentar nuestras variadas propuestas de punk rock.
Aunque discípulos como Green Day siguen en activo, otros han arrojado la toalla, caso de NOFX y Sum 41. ¿Qué les hace seguir adelante cuatro décadas y media después? ¿Tienen algún secreto?
—Se resume en dos cosas: somos buenos amigos y componemos grandes canciones. Tenemos la suerte de tener a Brett y a Greg, que han escrito multitud de ellas y todavía perviven, aguantan el paso de los años y son relevantes desde un punto de vista político y humano en 2025. Así que vamos a continuar todo lo que podamos ofreciendo este mensaje porque somos afortunados de querernos tanto. Somos muy buenos amigos y lo pasamos muy bien no solo tocando, sino el resto del día. Esta es la historia del grupo: charla amigable y conseguir un buen café. Podría ser un buen título para un disco (risas).
¿Cómo es salir de gira a los 60 años? ¿Se guarda esa comunión suicida que surge cuando eres joven y coges una furgoneta para ir a tocar?
—Pienso que es más divertido ahora. Creo que es porque siento que soy afortunado de seguir tocando. De joven no sabes apreciar lo bonito que es ir de una ciudad a otra, ni te das cuenta de lo precioso que es el tiempo. Antes ibas dos semana de gira y te parecía muy duro porque echabas de menos a tu novia, no veías la ciudad ni conocías gente. Ahora que somos más mayores, cada día es un regalo y disfruto mucho más que en los últimos 30 años. Siento que pertenezco a este oficio y que aprendo algo cada día. No lo doy por sentado y quizás por eso me siento tan bien. Tengo ya lugares y ciudades favoritas, y hemos hecho amigos en ellos. Ir de gira es como unas vacaciones molonas; y puedo tocar la guitarra (risas).
Varios tienen aventuras paralelas. ¿Ayuda a la continuidad del grupo?
—Totalmente. Tocar con otra gente es parte del viaje, algo interesante. De hecho, yo toco en un par de proyectos y Greg publica en solitario. Si sigues intentando aprender constantemente necesitas tener tantas influencias como puedas, así que cada vez que toco con un músico nuevo aparece algo novedoso. Es algo que contribuye a mejorar a Bad Religion.
Hace más de un lustro que editaron ‘The Age of Unreason’, su último disco. ¿Hay ya esbozos del futuro?
—Tenemos varias canciones listas que serán parte de un nuevo disco que grabaremos este año. Y sí, es muy importante seguir haciendo música y canciones porque el fin es seguir sintiéndonos curiosos. Somos estudiantes de lo que sucede en el mundo y en una banda como la nuestra siempre está sucediendo algo nuevo en él que merece algún comentario y tiene nuestro interés. No puedo imaginar no componer, es algo natural y parte de la experiencia global del grupo. Espero tener siempre algo que decir.
¿Brett sigue comprometido y colaborando en la composición?
—Sí, claro. Hace la mitad de las canciones y forma parte de la banda de una u otra manera. Eso sí, no le apetece viajar sino quedarse en casa con sus hijos. No hay problema. Brett escribió Better Off Dead, una de nuestras mejores canciones, así que puede quedarse en casa. Y se ocupa del sello discográfico, lo que le ocupa mucho tiempo. No creo que Epithaph se hubiera convertido en ese gran sello independiente sin su gran trabajo.
A la espera del disco nuevo, ¿el repertorio es el mismo de la gira anterior? Con más de 200 canciones para elegir, ¿se mueve el ‘setlist’?
—Cambiamos de canciones dependiendo de la noche, todo el tiempo. Vamos a hacer un grupo de canciones que no hemos tocado allí hace tiempo. Nos gusta desafiarnos para divertirnos, así que tocamos canciones nuevas después de cinco años sin hacerlo, por ejemplo; y tenemos media hora para decidir cómo hacerlo (risas). Hemos hecho muchas giras y tenemos la habilidad de recordar si hicimos tal canción en España o no; la película debe ser distinta, una experiencia nueva. Los fans lo aprecian.
Las obligadas no faltarán, de ‘Punk Rock Song’ a ‘Fuck You’, ‘You’, ‘American Jesus’…
—No estamos locos, claro, las tocaremos porque son los temas favoritos de la gente. No nos cansamos de tocarlas, como sucederá también con Digital Boy, por ejemplo, que nos dio a conocer entre tanta gente. Cuando los fanas las oyen rememoran la primera vez que lo hicieron, es como un viaje en el tiempo; y como esto va de hacer a la gente feliz, nunca minusvaloraremos los éxitos (risas).
¿Cómo está de salud la banda? ¿Suena, como se oía en su canción ‘Generator’, como “una bomba atómica”?
—Sonamos mejor que nunca y la voz de Greg resulta perfecta, pero otros miembros como Jay y yo mismo hemos mejorado. Hace 30 años lo hacíamos horrible (risas). No, ya en serio, el grupo está mejor que nunca y suena impresionante; como una bomba nuclear, sí.
Los Ángeles se quemó hace unos meses, literalmente, como en su canción homónima, y metafóricamente lo hace también el mundo. “It´s going insane”, cantaban.
—A nadie le gusta Nostradamus, pero podemos comprobar cómo la historia nos enseña que algunas predicciones no resultan desacertadas. L. A. siempre ha estado al borde del desastre y resultó terrible verlo, pero es fruto de un gran experimento en el diseño urbano que no debería existir en el siglo XXI. Creo que no tocaremos esa canción en la gira, puede que cuando pase un tiempo sí lo hagamos.
Podrían componer varias canciones con los desmanes de Trump al frente de la Casa Blanca.
—Seguro que sí, pero no queremos desperdiciar nuestro poder con él. Quizás sí escribir sobre el verdadero presidente en la sombra, Elon Musk, aunque no sé si tendrá relevancia durante mucho tiempo. Sus decisiones cambian cada noche. El caos y la falta de preocupación por la Humanidad de quienes dirigen en estos momentos Estados Unidos resultan descorazonadores. No quiero pensar en eso a la hora de componer música porque lo importante es que la gente necesita mantener la esperanza y entender que estas cosas las hemos vivido infinidad de veces a lo largo de la historia… y aquí seguimos.
Trump busca un cambio de alianzas y Putin sale ganando de él. ¿Cómo están de preocupados ustedes y los estadounidenses?
—Estamos horrorizados también, como todo el mundo (duda). Lo que vemos aquí es que existe indignación entre los estadounidenses y que la Administración está ahí porque la mitad del país no está capacitado para gobernarse a sí mismo. Veremos qué sucede, son tiempos difíciles. La cosa es que los estadounidenses tienen que entender que no son especiales y que este pensamiento autoritario está envenenando a muchos países. Es equivocado pensar que somos diferentes, lo he visto al viajar tanto.
Redes sociales, mass media, desinformación… El grupo lo advertía en ‘21st Century (Digital Boy)’.
—Tal cual, y ahora ya es realidad.
Algunos piensan que la ultraderecha actual mola, que es el punk del siglo XXI. El enfrentamiento con el sistema del punk verdadero defendía otros valores.
—No hay nada punk en alejarse de la empatía y de las preocupaciones de la comunidad y de la gente que es más débil que tú. Y ese uno de los componentes principales del mensaje terrorífico de la extrema derecha. El punk no es buscar el éxito y conseguir el número uno. Si tuviera una solución fácil sería el primero en ponerla sobre la mesa, pero creo que la vigilancia y la discrepancia siempre han alimentado al punk.
¿Hasta cuándo estará la banda en carretera? ¿Se ve como los bluesmen tocando con 80 tacos?
—Me encanta esto y tocaré hasta que sea capaz de hacerlo con la dignidad suficiente. Resulta un privilegio y un milagro hacerlo todavía a este nivel.
¿Un buen epitafio para Bad Religion debería incluir palabras como libertad, pensamiento crítico, energía, velocidad y buenas melodías?
—¡Eso suena tremendo! Muchas gracias, de verdad. Me gustaría ser recordado con esa frase. Es perfecta, gracias por hacer el trabajo por mí (risas). Yo no habría podido definirlo mejor.