Tal día como hoy, 4 de junio, pero de hace 40 años, Bruce Springsteen publicó Born in the USA (Sony Music), la cumbre popular y comercial de su carrera, el disco que le convirtió en el músico que tomó el relevo del rock tradicionalista de Elvis en todo el mundo con ventas cercanas a los 20 millones de copias. Ahora se edita un libro de fotografías de Francesc Fàbregas sobre su primer concierto estatal y una edición especial del disco en vinilo, a una semana de su desembarco en Madrid y Barcelona.

Si consigue recuperarse de la reciente afonía que le obligó a retrasar tres conciertos europeos hace semana y media, Springsteen visitará el estadio madrileño Civitas Metropolitano los días 12, 14 y 17 de junio antes de recalar en Barcelona, también con entradas casi agotadas, en el Estadio Olímpico Lluís Companys, el 20 y 22. Y lo que parecía como la última oportunidad de ver en vivo al veterano rockero ahora queda en el aire, ya que se han reprogramado al menos dos de los conciertos cancelados en Marsella y Praga, para mayo y junio de 2025, lo que abre la posibilidad de una nueva gira el año próximo.

Eso es futuro, el presente es la conmemoración, hoy, del 40º aniversario de Born in the USA, que su sello celebrará el 14 de junio, coincidiendo con sus conciertos estatales, con el lanzamiento de una edición especial en vinilo de color rojo translúcido, con un espectacular formato que incluirá una funda desplegable y un libreto exclusivo con material de archivo de la época, nuevas notas escritas por Erik Flannigan y una litografía en cuatro colores. El disco ya se puede reservar.

El álbum, que convirtió al por entonces musculoso músico en el rockero más representativo de los 80, consiguió 7 singles en el Top Ten, ha vendido algo más de 20 millones de copias hasta la fecha y capturó el espíritu de la cultura pop con un impacto único en una generación. Y su gira de presentación, de la que algunos disfrutamos en Montpellier, ya que no pasó por el Estado, incluyó 156 actuaciones con las entradas agotadas en todo el mundo. Además, algunos de sus temas, como Dancing In The Dark, No Surrender o Glory Days, siguen siendo elementos básicos de sus conciertos actuales.

De la cima crítica a la comercial

Springsteen, que en su gira del año pasado vendió 1,6 millones de entradas, venía de cerrar su póquer artístico de discos, iniciado en 1975 con Born to Run y seguido por Darkness on the Edge of Town, The River y Nebraska, cuando publicó Born in the USA. Y pasó, de un plumazo, del reconocimiento crítico y una popularidad creciente al estrellato del rock en una década marcada por el dominio de Michael Jackson, Prince y Madonna.

El álbum fue la respuesta comercial al ascético y sobrio Nebraska, grabado en solitario en su estudio casero, aunque ambos se compusieron casi de forma simultánea. En él, volvió a llamar a su grupo, The E Street Band, y a enchufar sus guitarras después de leer el libro de veterano de la guerra de Vietnam Ron Kovic, a quien dio vida Tom Cruise en Nacido el 4 de julio, y a quien Bruce llegó a conocer.

Reforzado en sus convicciones pacifistas y crítico con la respuesta a los excombatientes del gobierno estadounidense, surgió la canción que tituló el disco, vital en su carrera y malinterpretada masivamente como un alegato imperialista; y no solo por los republicanos.

Born in the USA, que alberga 12 canciones grabadas en varias etapas entre 1982 y febrero de 1984, es un disco de rock, eléctrico y fogoso en los saxos que se abre con el tema que le da título, escupido con furia más que cantado y propulsado por la batería –suena como un disparo– y un minimal riff de sintetizador. Ronald Reagan intentó aprovecharse políticamente de Sprinsgteen, obviando que la canción es una defensa de la clase trabajadora, esa que acabó muerta o mutilada en Vietnam… como en todos los conflictos bélicos.

Los lazos que unen, el sentimiento de comunidad y la amistad creada por el rock restallan en dos de los mejores del temas del álbum, las épicas No Surrender y Bobby Jean, dedicados a Steve Van Zandt, que abandonó la nave para navegar en solitario temporalmente. También incluye Cover Me, demasiado comercial y en inicio destinada a Donna Summer; la festiva Darlington County, con su guiño a John Fogerty; la calenturienta I´m on Fire, mirándose en el espejo de J. Cash; los rockabilly Working on the Highway y I´m Going Down, y la demasiado obvia y nostálgica Glory Days.

El repertorio incluye dos baladas estremecedoras –Downboun Train, dedicada los currelas abandonados que se sienten como “un viajero en un tren sin destino” y My Hometown, con los disturbios raciales de su niñez como telón de fondo– y el single que convirtió al rockero en una estrella pop, Dancing in the Dark, a pesar de su letra oscura sobre el síndrome de la página en blanco y el hartazgo físico y moral de quien se dedica a la creación. Fue la última que compuso, a instancias de su mánageer, Jon Landau, y su mayor éxito, ya que le lanzó al terreno del pop –y de las discotecas, se podía bailar y hasta la remezcló Arthur Baker gracias a la MTV– y le sirvió para lograr su primer Grammy.

El libro

Portada del libro Barcelona 1981 Bruce Springsteen

Estos días se ha publicado también Bruce Springsteen. Barcelona 1981 (Editoria Milenio), un libro que recoge en fotografías el histórico primer concierto que el estadounidense ofreció en Barcelona, en la gira de The River con casi un centenar de imágenes. El material gráfico lo firma el legendario Frances Fàbregas, quien fue el fotógrafo oficial del concierto.

“Tuve el privilegio de ser el fotógrafo oficial. Debo decir que esa noche me temblaban las piernas. Imagino que la responsabilidad de realizar ese encargo de la mejor manera posible me generaba una cierta presión. Fue brutal poder presenciar, durante más de tres horas, la total complicidad entre público y artista”, explica Fàbregas. El libro recoge también el testimonio de diferentes personalidades del mundo de la música y del periodismo que confirman el poder de seducción de Springsteen y el gran impacto que tuvo aquella noche.

“Representó el fin de la adolescencia y de un estilo de vida. Fue muy emocionante”, resume Loquillo en el libro, que recoge crónicas del recital en medios de comunicación con titulares como “Inolvidable” o “El concierto del siglo”. Ramoncín recuerda al músico “en el mejor momento de su carrera” en este mítico recital, con el estadounidense “en éxtasis y pleno de forma” en una cita que, según su biógrafo oficial, Dave Marsh, fue “el mejor concierto al que he asistido en mi vida”.