Estrenó ayer su nuevo filme, “el más necesario” que ha rodado hasta la fecha, sobre el salto a la valla de Melilla que, a su juicio, “retiene, pero no detiene”.

¿Estamos ante un producto propio o un encargo?

Ambas cosas. Es algo que yo quería hacer hace mucho tiempo. No me puse a escribir yo el guión. Es de Flora González. Es como cuando quieres beber un vaso de agua y alguien viene y te lo trae.

Usted ha declarado que no hace el cine que quiere, sino el que puede o el que a veces sale…

Claro. Trato de hacer el cine que puedo con mi talento.

Su firma cinematográfica y personal es siempre de compromiso con el ser humano.

Si es algo en lo que creo, tengo que entrar en el alma del ser humano. Quiero hacer cosas que me importen a mí y a la gente.

‘El salto’ es un ejemplo. La persona por delante de la muerte, de la vida, incluso por encima de la valla de Melilla, ¿no?

Sí. Total.

¿Las vallas, los muros, logran frenar una vida digna?

¡No! Y los hermanos Williams del Athletic son el ejemplo. Habrá vallas de retención, pero no de impedir. Los sueños son más grandes que las vallas. Moisés guió a su pueblo..., logró abrir el mar Rojo. El deseo abre mares.

La emigración subsahariana es muy baja en el computo estatal, ¿quienes la señalan hacen gala de racismo y aporofobia?

No. No es eso. Los medios anuncian que ha llegado una patera, que ha habido un hundimiento, que ha habido un salto de la valla… Al informarse de ello, ese drama se magnifica. Cuando se habla de una mala noticia, en este caso la inmigración subsahariana en el cómputo general de extranjeros en el país es mínima. Senegal está por ejemplo en el lugar 20. Por delante hay más europeos. El anunciar todos los días una patera parece que hay una invasión, pero por mucha noticia que haya no es tan grave.

Interesante el dato de los aeropuertos.

La amenaza no es tal porque la mayoría de emigración que entra de manera irregular a España es por aeropuerto. Sin embargo, lo más noticiable o lo más llamativo parece una invasión que no lo es. Entran más por aeropuerto. La mayoría es de América Latina y no vienen en patera. Y los rumanos no vienen en patera y tampoco los ricos emigrantes de Reino Unido o Alemania. Nadie dice a diario que las Islas Baleares están compradas por ingleses, alemanes, franceses, italianos...

Sin embargo, partidos de la derecha sí transmiten esa ‘invasión’.

Y yo les insisto, ¿perdona, de qué nos están hablando si entran más extranjeros a diario por aeropuertos que por pateras o por vallas?

Se suma a Buñuel al decir “el cine nunca debe aburrir”. ¿‘El salto’ es su película con más acción y violencia?

Sí, por la obviedad que es. Al final hay un momento de tensión. En La voz dormida había varias ejecuciones. Pero aquí hay más acción en su final del salto de la valla o cuando la policía ataca al campamento. Eso sí, no es una película de acción como tal.

El salto del final, dice. ¿Es spoiler?

Si vas a Romeo y Julieta, ya sabes que mueren. Si lo haces bien puede ser interesante.

Todas sus películas conmueven.

Es importante. El drama es terrible. Ya puede haber 40.000 muertos en el Mediterráneo en los últimos doce años. Y no hablamos de los que mueren desde que salen, desde el comienzo del viaje.

Es el ejemplo del periplo de la reciente ‘Adú’, de Salvador Calvo. ¿La ha visto?

Sí. La vi. He visto todas las que he podido de este tema para saber qué contaban cada una. No quiero entrar en una competición. Hay una película vasco-navarra Bamako.

Al ser un cásting desconocido nos mete más en la película, como si fuera un documental.

Cuando el espectador no ve al actor, ve de primeras al personaje y eso facilita. Como director no quiero que vean el truco: ni el de la fotografía, ni sonido, de nada y el del actor tampoco. Como espectador quiero que ni pienses que estás en una sala de cine, que te metas tanto que estés viajando.

Han tenido dificultades de encontrar actores y actrices formados y, claro, especialistas. En televisión no hay presentadores negros: Antes Lucrecia, Francine Gálvez o, ahora, Lamine Thior y pare de contar. ¿Qué pasa?

Pasa lo que es lógico. No tenemos un cine tan grande y diverso como para actores negros o que haya una hindú, una amiga mía hizo el cameo.

Zambrano trata de hallar “esencia” en su cine.

La verdad, tío. Busco la verdad, el sentido común. Quiero contar una historia de una gente que sufre, que viene y desde la verdad. La esencia es primar la verdad o mi verdad.

¿Qué espera del público vasco y ‘El salto’?

De los vascos, espero lo que van a dar porque sois un pueblo solidario, inteligente, cariñoso y ejemplo de lucha por la libertad, la igualdad y por lo mejor. De lo que os conozco, sois ejemplo. ¿Me acabo de ganar el premio al mejor vasco-andaluz del año? ¿No? El salto es útil. Sirve. Ayuda. Vienen desesperados. Hay ricos que han comprado el país y que vienen a disfrutar está bien, pero los que vienen a trabajar, a engrosar la clase trabajadora, España y el País Vasco los deben recibir como hermanos.