De sus 103 años de vida, Juan Mariné (Barcelona, 1920) ha dedicado cerca de la mitad al cine. Comenzó su carrera en 1942, como segundo operador en películas como Legión de héroes o Siempre mujeres. Pero su primer contacto con el séptimo arte se produjo en 1924, cuando su madre le envió a Arenys de Mar con la esperanza de que la brisa marina pudiera aliviar una tos que arrastraba desde hacía algún tiempo.

Cien años después de ese momento, la Academia del Cine ha querido otorgar el Goya de honor de este año al director de fotografía al que varias generaciones de actores y cineastas consideran un referente. “Juan es un hombre de cine, siempre hablamos de hombres y mujeres de teatro, pero a él lo que le gustaba era coger una cámara y desde muy jovencito fue operador jefe”, destaca Emilio Gutiérrez Caba, en una entrevista recogida por Efe. El intérprete conoce bien a Mariné. Trabajó con él en muchísimas películas a lo largo de su carrera y, por eso, pone voz al documental sobre su figura Juan Mariné. Un siglo de cine, dirigido por María Luisa Pujol.

Gutiérrez Caba alaba la obra de Juan Mariné y le considera todo un referente. Lo describe como “un sabio dedicado al cine” más que como un operador, oficio en el que se desempeñó durante buena parte de su carrera. “A lo largo de los años se dedicó a la investigación cinematográfica y aún hoy aporta conocimientos técnicos a las nuevas generaciones”, destaca.

Muchos de esos conocimientos técnicos son fruto de medio siglo de trabajo detrás de las cámaras. Y es que Mariné se pasó media vida inventado ‘trucos’, como el decía, que le permitían ‘milagros’, como rodar una escena de 091: Policía al habla en la que una única bombilla de 40 vatios ilumina toda la escena.

Dado a la experimentación, Juan Mariné rodó con cámaras de mano mucho antes que sus homónimos franceses de la Nouvelle Vague. También fue pionero en usar el sistema Eastmancolor y el objetivo Cinemascope en 1956. Aquel año el Estado comenzaba a recuperarse de las consecuencias de la Guerra Civil, que sumió al país en la miseria. Mariné la recuerda bien. “Tras sobrevivir a la Guerra Civil juré que dedicaría mi vida al cine”, rememora sobre esta época. Desde luego, cumplió su promesa.