“Yo me puedo cagar en Dios y hacer que rime porque no estamos en una dictadura y el arte es transgresión, no decoración. La ley debe amparar al artista porque tenemos derechos”. Así de rotunda se ha mostrado la rapera feminista navarra La Furia en una mesa redonda sobre libertad de creación y censura que ha acogido el BIME este viernes, en su última jornada. “La violencia, la intimidación y la amenaza deben ser los límites”, defendió Igor Mintegia, profesor Facultad de Derecho de la UPV.

La Furia, autora de éxitos como Pecadora, Bruja del norte o Ya están aquí, defendió en toda su intervención su militancia feminista y expresó la censura invisible que vive la mujer “cuando no pasamos por depende qué aros” en el mundo de la industria del arte y la música. “Se produce un abuso sistemático e histórico por parte del poder, del colectivo masculino que domina el sector. Y es difícil desenmascararlo”, añadió, a la vez que defendió que “el poder está donde estaba” y que “la caverna” reacciona y se radicaliza con “su discurso facha y llorón en prime time” cuando “ya no pueden hacer chistes” sobre determinados colectivos.

“Hablan de cancelación aquellos que no pueden tener ya todo el pastel, lo que les jode”, indicó la hip hopera navarra, que no cree en la necesidad de “justificar y explicar el arte para legitimarlo”. En su opinión, “el arte debe transgredir, si no es decoración; si es cómodo con el poder ¿qué es?”, se preguntó antes de referirse al grupo Taburete después de dejar caer los nombres de Arévalo y Bertín Osborne. “No vivimos en una dictadura, que yo sepa. Ahora me puedo cagar en Dios y los crímenes provocado por el catolicismo en la historia, y hacer que rime. Hacer frente a los discursos hegemónicos es necesario para una sociedad democrática y madura. Creo que la juventud y el gran trabajo del feminismo va a cambiar el mundo”, apostilló.

Amparo judicial

La Furia, que distinguió entre la música rap rimada y comercial y el mundo transformador y militante de la cultura hip hop, defendió la necesidad de “buscar estrategias contra la censura”, así como apoyarse en la ley y el sistema judicial. “Estamos acostumbrados a creer que nos van a cortar las alas, pero pueden amparar nuestra obra porque tenemos derechos”. A ellos aludió Mintegia en su exposición. “Puedes cagarte en lo que quieras, pero exponerte a la reacción”, respondió a la artista navarra. “El límite está en la violencia, la intimidación y la amenaza. El resto es debate”, indicó el profesor de derecho, que aclaró que el delito de odio surgió para “proteger a colectivos vulnerables”.

Mintegia recordó que la Constitución reconoce expresamente la libertad artística y “la dota de identidad propia”, además de vincularla con la personalidad del creador, aludir a su carácter subversivo y a su desconexión de la realidad, ya que puede reinterpretarla o hacer ficción con ella. “Incluso la obra puede buscar una reacción de desagrado”, indicó antes de aclarar que “si hay conflicto, la solución debe ser específica e individual”, así como tener en cuenta las especificidades citadas, como en el caso de César Strawberry, cuya sentencia inscribió sus tuits en “el lenguaje del hip hop”.

El profesor de derecho recordó que los únicos límites a la libertad artística son el derecho al honor, al sentimiento religioso, el delito de odio o las injurias a la Corona, y que la censura puede ser previa, la que prohibe una obra, o autocensura, sin injerencias externas. Respecto a la política de la cancelación, distinguió entre la social, incluida en el debate público y surgida principalmente en redes sociales, la empresarial y la ejecutada por poderes y organismo públicos a través de contratos y subvenciones. “Los que más hablan de cancelación y dicen que hay menos libertad que antes lo hacen hoy en prime time”, compartió con la cantante y activista navarra.