Tres años después de La Bestia, estos guionistas de cine siguen cosechando éxitos y firmando sus novelas con el mismo seudónimo, aunque ya todo el mundo conoce su verdadera identidad. Ahora acaban de publicar El infierno, un “folletín a lo Mola”, lleno de intriga y misterios en el siglo XIX, un género que a los tres autores les encanta. El libro traslada al lector al Madrid de 1866, treinta y dos años después en los que se sitúa la trama de su novela La Bestia, con la que ganaron el Planeta en 2021. Una trama oscura, cuyo eje son los asesinatos de acaudalados terratenientes, todos ellos muertos a través de un rito ancestral africano brutal.

Con ese título, es de imaginar que no es una novela romántica...

Jorge Díaz: No (ja, ja, ja). Nuestros títulos no son gratuitos, como el de La Bestia. Lo hemos titulado El infierno porque hablamos de muchos infiernos, el de la esclavitud, el amor, la desigualdad social... Vimos en la investigación de la anterior novela que el siglo XIX estaba lleno de historias por contar, porque es muy convulso, lleno de revoluciones, lleno de luces y de sombras y que, curiosamente, está muy poco retratado. Hemos basado la novela en un manuscrito perdido y le hemos llamado El infierno. Evidentemente, nuestras novelas no son limpias, no son rosas, tienen muchos momentos de violencia.

Sus libros han ido evolucionando, pero siguen siendo muy cinematográficos.

Agustín Martínez: Lógicamente, tiene que ver con que nosotros hemos sido guionistas, pero también le ocurre a muchísimos escritores de hoy en día porque, al final, la formación que tenemos ya no está solo en los libros, sino que tenemos muy presentes las historias del cine y de televisión.

‘La novia gitana’ ya se ha llevado a la pantalla. Hay algún proyecto para ‘La Bestia’ o ‘El Infierno’?

Antonio Mercero: Cualquier historia se puede adaptar, pero nosotros escribimos exclusivamente para que el libro sea entretenido, queremos agarrar al lector desde la primera pagina y que no pueda soltarlo hasta la última, para ello, hay que construir una novela literaria llena de giros y de sorpresas. Hay algún interés de alguna productora para llevar a la pantalla La Bestia, podría salir o no, no lo sabemos. Es un plus que le puede dar al libro, una segunda vida, te puede hacer ilusión, pero nosotros somos guionistas de oficio así que cuando queremos escribir una serie o una película, lo podemos hacer directamente.

No debe resultar nada sencillo escribir a seis manos...

“Mientras lo pasemos bien trabajando juntos y mientras tengamos lectores que disfruten con nuestras novelas, Carmen Mola vivirá”

J.D.: Nos reunimos los tres y van saliendo ideas, algunas se abandonan, otras siguen. Otras se transforman y van surgiendo capas dentro de la historia. Con El infierno, concretamente, empezamos diciendo que íbamos a escribir una novela histórica y a cambiar ese Madrid oscuro de La Bestia por un Madrid luminoso con teatros bufos... Y, a partir de ahí, empezamos a discutir, a leer cosas... En la siguiente reunión, uno llegó y dijo que era importante que reflejáramos también cómo era la vida en Cuba y llegó otro y comentó que todavía había esclavitud en 1866. Por eso siempre decimos que no sabemos de quién son las ideas. Cuando ya tenemos en la cabeza la novela que queremos escribir, a lo mejor es muy distinta de la que pensábamos el primer día. Entonces, empezamos a hacer esa labor de poner un acontecimiento detrás de otro, los giros, la definición exacta de los personajes... Nosotros somos escritores, pero yo creo que pasamos más tiempo discutiendo que escribiendo.

Agustín M.: Los tres tenemos muy claro que no estamos trabajando para imponer una idea ni para brillar. En un mundo como la literatura en el que hay muchos egos, que los egos no nos devoren y no acabemos matándonos el uno al otro, resulta muy difícil conseguirlo, y nosotros lo hemos hecho. Quizá algún día terminemos matándonos, pero de momento no ha sucedido (ja, ja, ja). Esto crea el estilo Carmen Mola, algo que de manera individual ninguno de los tres podría hacer.

Al conseguir el premio Planeta en 2021 destaparon sus identidades. ¿Echan en falta un poco el anonimato?

Antonio M.: Es difícil obtener el éxito y la visibilidad literaria en esta profesión, que es dura y muy rácana. Y para una vez que te toca, también era una pena no disfrutar de ese lado.

Al principio, tuvieron algunas críticas por el hecho de haber firmado con nombre de mujer...

J.D.: Fueron unas críticas que duraron prácticamente una o dos semanas muy circunscritas a una red social, que es Twitter, donde había mucha gente con seudónimo que nos criticaba por ello. En la vida real nunca ha habido nadie que nos haya hecho un reproche, todo lo contrario. Nosotros escogimos el nombre como parte de un chiste, o sea, Carmen, mola, como podíamos haber dicho William estupendo o lo que se nos hubiera ocurrido... Nunca hemos hecho una utilización de nada; lo primero, el premio se lo dan a una novela, no a una persona. Y, además, no nos presentamos con un nombre de mujer, nuestro seudónimo era Sergio López. Nos parece injusto que digan que lo hicimos para vender más. Esto es un insulto para tantas mujeres que están escribiendo con su nombre verdadero.

¿Han cerrado ya su faceta de guionistas?

Agustín M.: La mantenemos a costa de nuestra vida. Cada uno tenemos además vidas paralelas fuera de Carmen Mola, es verdad que Carmen Mola nos ha devorado porque ya no es solo el proceso de escribir la novela, sino la exigencia de promoción de encuentros con lectores, etc., etc. Y todo eso ocupa una gran parte de tu vida. Pero cada uno, de alguna manera, ha seguido haciendo otras cosas.

¿A Carmen Mola le queda mucha vida?

Antonio M.: Mientras lo pasemos bien los tres trabajando juntos y mientras tengamos lectores que disfruten con nuestras novelas, nosotros seguiremos porque es lo que nos gusta.