El próximo 1 de diciembre se publicará Desbarajuste piramidal (Warner), el disco que marcará el regreso de El Último de la Fila 25 años después de su separación amistosa. En él, el dúo catalán vestirá con instrumentación y arreglos diferentes 24 de sus canciones más conocidas. “Volvemos por el entusiasmo, las risas y el propio placer de la grabación”, explica el dúo sobre su reunificación.

25 años después del adiós y sin giras conjuntas ni canciones nuevas, el dúo catalán, uno de los proyectos más exitosos del pop–rock en castellano de todos los tiempos, acaba de anunciar su reunificación. La prueba será la publicación de un doble disco, Desbarajuste piramidal, que se publicará el 1 de diciembre e incluirá reinterpretaciones actualizadas de 24 de sus clásicos, tal y como ya adelantó DEIA.

¿Por qué han regresado a grabar de nuevo de forma conjunto el cantante Manolo García y el guitarrista Quimi Porter? El dúo, en un video marcado por el habitual sentido del humor de ambos, en ocasiones absurdo, confirma que el motivo principal del regreso está en el entusiasmo y la buena relación que siempre ha existido entre ambos. “Volvemos por la risa. Mi ínclito amigo Portet es la persona con la que más me he reído y me río del planeta Tierra”, explica el cantante.

“Es mutuo, lo pasamos bien y cuando trabajamos nos reímos mucho”, confirma Portet. “Tampoco teníamos otras alternativas. Es bienvenida cualquier oportunidad para huir de la disciplina familiar férrea y poder realizar cualquier actividad lúdica con amigos, conocidos e, incluso, desconocidos”, apostilla el guitarrista entre risas. “Está también lo de buscar complicidades, una necesidad que se va perdiendo con los años. Te vas acotando a unos estímulos un poco vacuos. Al final, una complicidad verdadera y, con perdón, un poco tierna, también es un estímulo para continuar el periplo de la vida”, explica García.

Selección de repertorio

Desbarajuste piramidal, el futuro disco de El Último de la Fila, incluirá 24 canciones del dúo con arreglos remozados, entre ellas No me acostumbro, Aviones plateados, Dulces sueños, Querida Milagros o Llanto de pasión. “La selección fue muy simple, cogimos las que simplemente más nos apetecía grabar en un estudio. Y si alguno era complicada, salía mal o presentaba algún escollo, la cambiamos inmediatamente. Por eso llegamos a grabar incluso una canción de Los Rápidos. No hubo debate”, según el guitarrista. Su compañero apostilla que “la que pasaba por allí, la pescábamos”.

El disco, cuyo título “seguro que apareció a la hora del carajillo de alguna comida”, es comparado por el dúo con la gastronomía, que se refiere a él como “un proceso de liofilización. “Es como volver atrás y que las patatas, alimentos y nutrientes tomen una nueva vida actual”, explica García sobre las versiones nuevas de sus canciones.

“Hemos recuperado el sistema de trabajo de los dos primeros discos, el que nos unió. Es de estar solos en un estudio y conseguir el máximo con pocos recursos. Creo que lo hemos vuelto a hacer y recuperado ese espíritu. El método consiste en que Quimi toca y yo canto; y funciona”, explica con sorna el cantante. “Hemos quedado satisfechos con el resultado, claro. Si no, no nos atreveríamos a publicar el disco”, justifica el dúo, que ironiza sobre su edad al asegurar que la grabación se realizó “entre visitas a nuestro equipo de urólogos; y nos han dicho que vamos muy bien”.