Más de medio millón de espectadores han visto en el Estado Indiana Jones y el dial del destino, la quinta y última aventura del arqueólogo al que da vida Harrison Ford, que llegó a los cines el pasado día 28. La película ha recaudado 130 millones de dólares en todo el mundo en su primer fin de semana de exhibición, cifra que se eleva a los 152 millones desde el día de su estreno, según datos de la web especializada Box Office Mojo.

Y en el Estado la cifra ha sido de 3,5 millones de euros en los cinco días que lleva en las salas, con una cuota de mercado del 53% en el fin de semana, ha informado Disney en un comunicado. La película ha sido número uno en países como Francia, Alemania, Italia, España, Reino Unido, Australia y Argentina.

Unas cifras lejos del récord absoluto de taquilla mundial para el primer fin de semana, que ostenta Vengadores: Endgame (2019), con 357 millones de dólares, según Box Office Mojo.

Ford se mete en la piel de Indy por última vez en una cinta dirigida por James Mangold –que sustituye así a Steven Spielberg, que se ocupó de las cuatro primeras– y en la que está acompañado de Phoebe Waller-Bridge, Karen Allen, Antonio Banderas o John Rhys-Davies.

A sus 80 años, Ford no solo asume con naturalidad su edad, sino que fue el hecho de que los guionistas adaptaran Indiana Jones al paso del tiempo lo que más le interesó de la historia. Lo interesante era el desarrollo de los personajes por parte de los guionistas, que ha aportado la complejidad emocional al personaje”, explica el actor, que asegura que para él el capítulo de Indiana Jones se cierra con esta quinta entrega. Una película que tardó nueve meses en rodarse, en cinco países y en medio de la pandemia, y que sitúa la acción en 1969, con un Indiana a punto de jubilarse de su puesto de profesor, cuando de repente aparece su ahijada Helen Shaw (Waller-Bridge) y con ella regresa un personaje del pasado, el nazi Jurgen Voller (Mads Mikkelsen).