Hace unos 70.000 años grupos de neandertales se aprovisionaron de materia prima de forma recurrente en los afloramientos de sílex de lo que en la actualidad es Barrika, localidad vizcaina en cuyo litoral encontraron uno de los mejores yacimientos de este material en todo el Cantábrico. La calidad de este tipo de roca de gran dureza, que al fracturarse produce filos cortantes inmejorables para confeccionar herramientas de piedra, se convirtió en un verdadero reclamo para los humanos primitivos, también los Homo sapiens, que durante milenios siguieron acudiendo a este punto para hacer acopio desde lugares tan distantes como Cantabria, Asturias y del resto de Euskadi.

Los vestigios de toda aquella actividad son estudiados ahora por arqueólogos de la UPV/EHU, junto a miembros de Edestiaurre Arkeologia Elkartea, focalizados en la zona de Zabaletxe, un “prometedor” yacimiento paleolítico que, en palabras del director de las excavaciones, Álvaro Arrizabalaga, llegó a ser un verdadero “supermercado al aire libre” de sílex, al que nuevos antepasados más remotos acudían de forma recurrente para abastecerse hasta hace tan sólo unos 4.500 años.

“En aquella época todavía no excavaban minas para obtener la materia prima, así que acudían a los sitios en los que se encontraba muy cerca de la superficie y allí establecían un taller” como el de Zabaletxe, donde daban a la roca un primer tratamiento para desechar la “corteza” y obtener los nódulos a partir de los que más tarde confecionarían sus armas y herramientas. Arrizabalaga explica que de esta manera evitaban tener que transportar “peso” inútil durante los desplazamientos de vuelta a los campamentos en los que los nómadas vivían.

Las visitas a Zabaletxe se convertían así en “excursiones” o “expediciones logísticas” que realizarían una o dos veces al año para abastecerse de sílex durante unos pocos días en los que el grupo se establecía en un campamento “provisional” donde, por otra parte, seguía con sus tareas habituales como la caza, tal vez la pesca, y la recolección.

Al aire libre

Aunque es muy difícil encontrar restos de estas actividades en un yacimiento al aire libre como Zabaletxe, donde los restos orgánicos desaparecen rápidamente, Arrizabalaga aclara que en las dos campañas de excavaciones desarrolladas hasta el momento los expertos sí han localizado cientos de restos líticos producto de las tallas realizadas en este lugar, algunos de ellos puntas y herramientas que desecharon por algún tipo de problema o porque se les rompieron durante su fabricación.

“No aparecen láminas enteras ni útiles bien confeccionados que no estén deteriorados”, explica Arrizabalaga, quien aclara que en el nivel en el que se encuentran ahora las excavaciones la mayoría de objetos descubiertos son de tipo “chatelperroniense” y fueron confeccionados hace unos 42.000 o 43.000 años.

“Se trata de una cultura bisagra entre el Paleolítico Medio y el Paleolítico Superior que, en opinión de muchos, está hecha por neandertales pero que, a juicio de otros entre los que me encuentro, corresponde a los cromañones (Homo sapiens)”, explica Arrizabalaga, quien no oculta que este hecho concede aún más interés al yacimiento vizcaíno.

Los investigadores tardarán aún en llegar a la base del yacimiento.

Las investigaciones, que cuentan con el apoyo de los Ayuntamientos de Barrika y Plentzia, han permitido determinar también que bajo este nivel “chatelperroniense” existen otros “musterienses” que ya son neandertales y que probablemente se retrotraen hasta hace 60.000 o 70.000 años. Los investigadores tardarán aún varias campañas en llegar a la base del yacimiento, situada aún unos seis metros por debajo de la superficie. Pero los resultados obtenidos por los arqueólogos en este lugar son tan interesantes que este mismo año Arrizabalaga presentará una comunicación sobre ellos en la reunión del Congreso de Arqueólogos Europeos en Belfast.