El Museo de Bellas Artes ha presentado hoy una nueva edición del proyecto que comparte con la Fundación Iberdrola, Arte para tocar. Destinado a personas que presentan algún grado de discapacidad visual, el objetivo de éste es acercar el mundo pictórico a aquellas personas que, por su condición, no pueden hacerlo a través de la vista.

Este mes de enero comienza una nueva itinerancia por centros educativos guipuzcoanos. En esta ocasión, al apoyo de la fundación ligada al grupo empresarial, se ha sumado el del CRI –Centro de Recursos para la Inclusión Ejecutiva del Alumnado con Discapacidad Visual IBT-CRI Donostia –, dependiente del Gobierno Vasco.

La exposición estará conformada por ocho piezas que reproducen obras de distintos estilos y, en su conjunto, completan un recorrido histórico por periodos y artistas influyentes de la historia del arte.

Miguel Zugaza, Fernando García, Mercedes Andrés y María Victoria Antoñanzas Oskar Gonzalez

En el acto de presentación han intervenido Miguel Zugaza, director del museo; Mercedes Andrés, directora del CRI; María Victoria Antoñanzas, jefa del departamento de Educación y Acción Cultural del Museo y Fernando García, presidente de la Fundación Iberdrola España.

"Este es un recurso que acerca el arte pictórico a las personas con discapacidad visual, pero también para cualquiera que quiera reconocer las obras de arte por este medio", ha apuntado Zugaza. En otro orden de ideas, el director presentó en primicia la última de las ocho piezas que conforman la colección.

'Mujer sentada': la última pieza de Arte para tocar

Se trata de la reproducción de Femme assise – mujer sentada –, una obra de inspiración y técnica cubista firmada por la artista santanderina María Blanchard (Santander 1881 - París 1932). "Su introducción supone una mejora cualitativa de las mujeres artistas, en este caso de las más destacadas en el movimiento cubista", ha subrayado Zugaza.

En favor de los alumnos con discapacidad visual

Asimismo, También ha celebrado la posibilidad de retomar un proyecto interrumpido por la pandemia casi tres años después de su concepción. Mercedes Andrés, directora del CRI, ha suscrito sus palabras antes de señalar que el centro que dirige tiene una trayectoria de cuatro décadas trabajando en favor del alumnado con dificultades de visión.

"Les acompañamos en todo el proceso educativo para que tengan acceso a curriculum y hagan un desarrollo personal y educativo adecuado", ha expresado. Asimismo, ha asegurado estar satisfecha con la colaboración entre el CRI y el Museo. "Nos llamaron para pedirnos asesoramiento. Y nos quedamos impresionados. Por fin, ¡alguien piensa en nuestros alumnos!, ¡alguien piensa que el arte puede ir más allá de un museo, que puede salir y que puede ser tocado!", expresó.

Generación de sinergias

Por otro lado, María Victoria Antoñanzas, jefa del departamento de Educación y Acción Cultural del Museo, ha hecho especial hincapié en las nuevas redes de colaboración que ha ido generando el museo. "Esperamos seguir estrechando lazos con la comunidad educativa de Gipuzkoa, con quienes desde el inicio hemos constatado su gran interés por la iniciativa", ha asegurado.

A su vez, ha recordado que el Museo acaba de poner en marcha "su esperado e ilusionante proyecto de ampliación" hace tres meses. Este 2023, además, también hace tres de años de la irrupción de la pandemia en Euskadi, que obligó a la suspensión de Arte para tocar. "Una feliz coincidencia", ha apuntado.

Por último, Fernando García, presidente de la Fundación Iberdrola, ha vuelto a suscribir el compromiso de la fundación para integrar a todas las personas que conforman el tejido social en las diferentes esferas del ámbito público.