EL Guggenheim ha cambiado muchas cosas en Bilbao, pero destacaría hoy el cambio sociológico que ha producido. Con el nuevo museo surgió de una forma inopinada el fenómeno del turismo cultural en la ciudad. Este cambio sociológico influye decisivamente en otras instituciones culturales como el Museo de Bellas Artes de Bilbao, donde, junto a la comunidad cercana, aparece un visitante de procedencia diversa, interesado en las formas del arte que conserva nuestro museo centenario.

Lo cierto es que el apabullante éxito del nuevo museo ha hecho que Bilbao, y el conjunto del País Vasco, sea reconocido internacionalmente como un lugar singular para la cultura tradicional y contemporánea. Un extraordinario faro para iluminar especialmente una cartografía rica para el arte como es Euskadi, donde instituciones y comunidad artística ofrecen un contexto extraordinariamente dinámico.