Afirmar que la presente es la edición más esperada del Bilbao BBK Live no es ninguna bilbainada después de los tres largos años transcurridos desde la última vez que miles de personas bailaron en Kobetamendi al ritmo de la música más actual. Aunque se prevé que su dinámica sea muy similar a la de 2019 –y es bien sabido que asistir a un festival es como andar en bicicleta– cabe recordar cierta información práctica. Last Tour International, promotora organizadora de la cita, sigue apostando por cambiar las entradas por pulseras antes de subir; en el recinto solo se podrá pagar mediante el sistema cashless; y el acceso a Kobetamendi se hará a través de los autobuses lanzadera gratuitos. ¿Novedades? Este año habrá un nuevo servicio de autobuses con reserva a cambio de 1,5 euros desde San Mamés. ¿Posibles complicaciones? Las huelgas programadas en Metro Bilbao durante los tres días del festival, entre las 19.00 y las 21.00 horas, que podrían dificultar la llegada hasta San Mamés.

Lo primero que un festivalero debe hacer es canjear las entradas por las pulseras que permiten acceder al recinto, principalmente porque aquel que llegue a Kobetamendi sin su pulsera no tendrá más remedio que darse media vuelta. Quienes aun no lo hayan hecho –hasta ahora se han dispensado a más de 2.500 asistentes–, podrán hacerlo en BEC y en San Mamés, en los espacios habilitados para ello, de 10.00 a 2.00 horas, durante los tres días del festival. La pulsera, además del acceso, permite pagar cualquier bebida o comida dentro del perímetro del festival, donde desde hace unos años no se utiliza dinero en metálico con el fin de facilitar los pagos. Esta pulsera se podrá cargar on line, pero también en los distintos puntos de recarga diseminados por el recinto, pagando tanto en efectivo como con tarjeta. Una vez finalice el festival, habrá cuatro días para recuperar el saldo sobrante, operación que on line tendrá un coste de 1,5 euros. 

Acceso a Kobetamendi

Aquellos que ya luzcan la pulsera en la mano, tanto la que permite la entrada para los tres días como la de la entrada de día, podrán subir a Kobetamendi en los autobuses lanzadera que, como en ediciones anteriores, estarán disponibles tanto en BEC como en la calle Capuchinos de Basurto (San Mamés). Sin embargo, la habitual flota de 70 vehículos se desdobla este año de forma que, como novedad, habrá opción a reservar previamente una plaza en los autobuses que saldrán de la calle Felipe Serrate (San Mamés). Este servicio, que tiene un coste de 1,5 euros para que los asistentes se lo tomen en serio, estará disponible desde las 16.00 hasta las 23.00 horas con salidas cada cuarto de hora. Desde la organización han apuntado que las primeras horas, curiosamente, son las más demandadas. De hecho, las reservas superan un 75% de las plazas entre las 16.00 y las 19.00 horas, mientras que el porcentaje se reduce al 15% entre las 20.00 y las 22.00 horas.

Para los más deportistas siempre existe la posibilidad de subir andando hasta Kobetamendi. Y, para aquellos que opten por el taxi, se establecerá un circuito en función de las condiciones circulatorias de cada momento. Asimismo, Metro Bilbao ofrecerá servicios especiales la noches del jueves a domingo para facilitar la vuelta a casa a las personas asistentes a los conciertos de Kobetamendi desde las 23.00 y hasta las 3:00 horas. Sin embargo, cabe destacar que los sindicatos ELA, UGT y CIM han convocado paros en el suburbano durante los tres días del festival, entre las 19.00 y las 21.00 horas, por lo que es conveniente que quienes tengan previsto desplazarse en este tramo lo hagan con más previsión.

Un plano similar al de 2019

La distribución de los diferentes espacios dentro del perímetro del Bilbao BBK Live será prácticamente igual que la de la última edición. El festival ha ido creciendo paulatinamente hasta sumar los siete escenarios que atesora a día de hoy. Los espacios en los que más colas se pueden formar durante el festival, que espera a cerca de 40.000 asistentes a diario, son los dos puntos en los que se recargan las pulseras cashless, las cuatro zonas de aseos y las cinco zonas con barras. Asimismo, el festival cuenta con otros espacios dedicados al merchandising, a la sensibilización contra las agresiones sexistas e incluso un puesto para adquirir entradas para la edición de 2023. 

Plano

Como en otras ocasiones, habrá consignas anti-robo y con llave para que se puedan guardar todas las pertenencias de forma segura durante el festival. Las consignas estarán disponibles tanto en el camping como en la entrada del recinto. Sin embargo, cabe destacar la prohibición de meter ciertos objetos dentro del recinto: petacas o cantimploras, instrumentos musicales, palos selfie o trípodes, artículos de promoción, drones o bocinas de aire engrosan una larga lista de artículos susceptibles de ser requisados. Curiosamente, tampoco está permitido meter paraguas, aunque por suerte, no se prevé que hagan falta, ya que está previsto que el sol brille durante los tres días, con temperaturas que rondarán entre los 15 y los 26 grados.

Por otro lado, aunque se recomienda a los asistentes que presten atención a sus objetos personales, dentro del punto de información situada en la entrada del festival se localiza el punto de objetos perdidos. En cualquier caso, dado que no está en manos de la organización que los amigos de lo ajeno puedan acceder al recinto, se reforzará la seguridad del festival con un dispositivo específico coordinado entre la Ertzaintza, la Policía Municipal y el personal de seguridad específico del festival. Además, se habilitará un puesto médico en el recinto.