La puerta originaria del Bellas Artes de Bilbao, en la fachada del edificio antiguo, se ha reabierto después de 21 años durante un acto institucional, presidido por Unai Rementeria, diputado general de Bizkaia y presidente del Patronato de la Fundación del museo. Tras el acondicionamiento del interior, el antiguo acceso del museo se ha reinaugurado esta mañana contando con la presencia de Bingen Zupiria, consejero de Cultura y Política Lingüística; Juan Mari Aburto, alcalde del Bilbao, Miguel Zugaza, director del museo; Gorka Martínez, director general de BBK, la diputada de Cultura, Lorea Bilbao, y miembros del Patronato y algunos de los artistas cuya obra pertenece a los fondos de la pinacoteca.

Entre ellos, han estado Jesús Mari Lazkano, Darío Urzay, Iñaki García Ergüin, Ana Isabel Román... Tras el aurresku de honor, autoridades y artistas han visitado las salas de BBKateak, la nueva propuesta expositiva basada en la rotación de fondos que, a partir de hoy abrirá sus puertas a los visitantes junto con el resto de la programación expositiva del museo.

La apertura de la puerta antigua forma parte del proyecto de ampliación y reforma que el museo acomete en la actualidad, firmada por el británico Norman Foster y el arquitecto vasco Luis María Uriarte. El Bellas Artes ganará con la ampliación 6.743 metros cuadrados de nueva construcción (más de un 60%) y la remodelación de otros 8.000 ya existentes.

Integración urbana

Un tema en el que se ha insistido ha sido la integración urbana, abriendo la puerta del edificio antiguo y generando una gran calle entre la plaza Chillida y la de Euskadi, que va a permitir que el público pueda acceder a la Plaza Arriaga, que se convierte en el gran hall de acceso al museo. Se integrará en esta plaza la fuente de Arriaga y la escultura Lugar de Encuentro de Chillida, que estuvo en el interior del museo antes de la reforma del 2001.

La puerta de la fachada del edificio neoclásico sirvió como apertura principal desde la construcción del edificio en 1945 hasta la última intervención en el museo, en 2001, cuando se trasladó al edificio contemporáneo, congregando allí también los espacios de servicio de la pinacoteca, como la cafetería y la tienda.

El edificio antiguo se construyó en el Ensanche moderno de la ciudad, según el proyecto de los arquitectos Fernando Urrutia y Gonzalo Cárdenas y se inauguró en 1945. El Ayuntamiento destinó para ello un presupuesto de 674.850 pesetas y la Diputación aportó la misma cantidad . El edificio lucía ya en su fachada el rótulo en capitales romanas MVSEO y acogía tres museos: el de Bellas Artes, que ocupaba el antiguo Hospital de Achuri en 1914, el específico de Arte Moderno en 1925 y muy poco después, en 1927, el de Reproducciones Artísticas. El edificio fue declarado Monumento Histórico- Artístico en 1962

Ampliaciones anteriores

Sin embargo, este primer espacio pronto resultó insuficiente, por lo que, a principios de la década de los sesenta, se decidió encargar su ampliación a los arquitectos Álvaro Líbano y Ricardo Beascoa, que realizaron una obra innovadora que recogía el influjo del Movimiento Moderno y, más concretamente, de la arquitectura de Mies van der Rohe.

Así, en 1970 se inauguró la primera construcción de nueva planta dedicada en el Estado al arte contemporáneo.

Aunque diez años más tarde y bajo la dirección de Jorge de Barandiarán, se habilitaron nuevos espacios y servicios en los sótanos del edificio. En 1991 el Gobierno vasco entró a formar parte del Museo, sumándose al Ayuntamiento de Bilbao y la Diputación Foral de Bizkaia. Y en 2001, bajo la dirección también de Miguel Zugaza, se encargó una intervención del museo a Luis María Uriarte, que creó una galería acristalada al parque.

Con el nuevo proyecto de ampliación de Foster y Uriarte, el espacio destinado a actividades públicas se incrementa en un 81% siendo la plaza cubierta del Monumento a Arriaga, de más de 1.000 metros cuadrados, la principal ganancia para la recepción y atención a visitantes. De libre acceso a través de cualquiera de las entradas al museo, este eje público permite abrir la puerta del edificio antiguo, devolviendo a su fachada su funcionalidad original.