De ocupar un espacio periférico dentro de la periferia -lo que no ha cambiado es que la literatura vasca sigue siendo un microcosmos-, las escritoras han llegado a ser el centro en que se posan todas las miradas. Sin embargo, más que una generación de autoras que destacan sobre el resto, existen procesos que explican este fenómeno que, por otra parte, tampoco es ajeno en la literatura universal, en la que la cuarta ola del feminismo ha jugado un papel relevante. Pero centrémonos en lo nuestro. En la literatura vasca, la concesión de premios muy relevantes por parte de la crítica a escritoras, así como su autotraducción a otros idiomas, ha fomentado ese predominio que han ostentado en los últimos años como éxito de ventas y como foco mediático.

Es destacable, además, que las propias escritoras son conscientes de su liderazgo. Así se desgrana en De la periferia al centro: nuevas escritoras vascas, De la periferia al centro: nuevas escritoras vascasun estudio publicado por la Universidad de Venecia Se trata de una publicación en la que ahondan en el éxito de escritoras contemporáneas en la literatura vasca, entre las que se menciona especialmente el impacto de la obra de Katixa Agirre, Eider Rodríguez, Karmele Jaio, Leire Bilbao y Maixa Zugasti. "El sistema literario vasco, aunque pequeño, es muy interesante y activo. Y las escritoras en euskera que incluso se autotraducen y logran premios conforman una nueva interpretación de la realidad vasca contemporánea", resumió ayer Miren Gabantxo-Uriagereka, una de las responsables de la investigación.

El estudio incluye dos entrevistas realizadas a Eider Rodriguez y a Karmele Jaio, quienes muestran sus reflexiones en torno a esta temática con aportaciones interesantes. "Dar espacio a las autoras ayuda a comprender qué está sucediendo en la sociedad contemporánea vasca, donde ellas actúan como médiums entre la realidad que observan y la representación que comparten con los lectores con el objetivo de influir para cambiar nuestras actitudes", expone al respecto Gabantxo-Uriagereka.

Preguntada el interés que despierta la literatura escrita por mujeres, Rodriguez alega que el porcentaje de mujeres en literatura "está infrarrepresentado": "No hablemos ya del canon, y menos aún del corpus: hasta hace poco no solo no estábamos escribiendo, sino que además, nos estaban escribiendo". Por eso justifica el hartazgo de las lectoras. Por su parte, Jaio recuerda a las pioneras: "En un mundo casi exclusivamente de hombres, fueron abriéndonos el camino. Y espero que nosotras también aportemos algo a las nuevas generaciones de escritoras que ahora tienen más referentes femeninos de los que tuvimos. Me siento como parte de una cadena".

PROCESOS

A juicio de Paloma Rodríguez-Miñambres, otra de las investigadoras, en "el sistema literario vasco, por número potencial de lectores, la recepción de una obra es pequeña". Además, está rodeado de sistemas potentes como el español o el francés. "Esto hace que de facto, el sistema literario vasco sea situado más en la periferia", argumentó. "Otro de los puntos es que no es que haya habido un boom o una generación espontánea, sino que esto es un proceso de años en los que ha habido pioneras y, además es un proceso en marcha, que no se ha detenido. Habrá más libros en el futuro", dijo.

Sobre el hecho de que la investigación haya sido publicada en Italia, Gabantxo-Uriagereka señaló que aporta "una pista del interés que despierta internacionalmente la coincidencia en el tiempo de un grupo de mujeres escritoras en euskera que se autotraducen al castellano e incluso algunas han logrado que se les traduzca al inglés". A su juicio, es importante esa difusión. Es reseñable, a su vez, que tras la traducción de las novelas a otros idiomas llegan a lectores que pueden dar otra dimensión a las historias. Es lo que ha ocurrido con Amek ez dute (Las madres no), de Katixa Agirre, que tras su traducción al castellano por Tránsito Editorial, la cineasta Mar Coll anunció una adaptación cinematográfica de la obra.

Otra cuestión importante y que, según Rodríguez-Miñambres, "es propia del sistema literario vasco", es la difusión que otorgan los premios. En 2018 Eider Rodriguez ganó el Premio Euskadi por su obra Bihotz handiegia. En 2019 recayó en Irati Elorrieta por Neguko argiak y en 2020 Karmele Jaio consiguió el galardón por Aitaren etxea. "Tres años seguidos el Premio Euskadi en narrativa no solamente ha destacado la calidad de las obras, sino que ha visibilizado a estas autoras", añadió la investigadora. Esos premios además, siguen aumentando. Esta semana, Eider Rodríguez ha obtenido el Premio 111 Akademia, una asociación que engloba a los amantes de la literatura, por su último trabajo, Eraikuntzarako materiala.

FEMINISMO

"Un aspecto transversal, que no tiene que ver solamente con la producción de la literatura vasca, es la visibilidad del elemento feminista", agregó Rodríguez-Miñambres sobre este predominio que evidencia el empoderamiento de las escritoras para hablar sobre aspectos como los sinsabores de la maternidad o esa mirada tradicional de más exigencia. Se trata de temáticas que abordan la obra de las escritoras que diferentes investigadores analizaron desde un punto de vista académico.

En el caso de Amek ez dute, la autora "quiere romper con esa imagen estereotipada, idealizada, de que la maternidad es la culminación para una mujer", según Rodríguez-Miñambres. En el conjunto de relatos que componen Bihotz handiegia, de Eider RodríguezBihotz handiegia, destacan el conflicto entre el cuerpo y la mirada patriarcal. "La protagonista es una mujer que quería ser escritora y está a la sombra de un marido que es escritor de éxito", expone sobre la trama de Aitaren etxea, de Karmele Jaio.Aitaren etxea En cuanto a Leire Bilbao, destacan de su obra en la literatura infantil y juvenil, así como en la poética para adultos, temáticas como la menstruación o el dolor tras el parto.

La última novela que se analiza es L. A. A. de Maixa ZugastiL. A. A., en la que aparece "a modo de espejo de lo que ocurre en la sociedad" cómo se genera la violencia machista. "Me gustaría que mi novela y el análisis que se hace de ella fueran de la mano para hacernos conscientes de ese perfil psicológico ante el que deberíamos estar alerta", expuso ayer la escritora, quien aseguró no sentirse parte de una generación de escritoras o que, en cualquier caso, se trata de un aspecto que deben determinar los expertos.