L Bizkaia Arena del BEC volvió a quedarse pequeño ante una cita musical como las de antaño, previas a la pandemia. Alrededor de 10.000 personas, la mayoría jóvenes, respondieron a la llamada de reencontrarse, brindar, cantar y bailar que propuso Zeinen Ederra Izango Den Fest (ZEID Fest) anoche en Barakaldo. Y el protagonismo de Gatibu, Zetak, Los Chikos del Maíz, Iseo & Dodosound, Dupla, Tanxugueiras, Sua o Maren acabó compartido con el público en una fiesta llena de alegría, música y esperanza.

Prueba superada. Aquella idea buenrollista del líder de Zetak, Pello Reparaz, de montar un festival para "recuperar el tiempo perdido" y "juntar a la gente después de tantos meses de distancia social", pasó con nota su primera edición en un BEC abarrotado por 10.000 almas -la mayoría jóvenes, repartidos en cuadrillas, pero también familias con txikis- que regresaron colmados de felicidad a sus casas de toda Euskal Herria cómodamente sentados en los autobuses fletados desde las capitales vascas e Irun, Altsasu, Lizarra, Tafalla, Eibar, Zarautz, Baiona, Biarritz, Hendaia, Errenteria, Azpeitia, Tolosa...

ZEID Fest, que contó con la colaboración de Grupo Noticias y acogió las actuaciones de una veintena de músicos entre las 11.00 de ayer y la madrugada del domingo, fue, como buscaban la organización y la Diputación Foral de Bizkaia, patrocinadora del festival, la constatación de que un pueblo pequeño "es capaz de hacer cosas grandes". Los conciertos empezaron con la propuesta familiar de Ene Kantak en el escenario La Salve y, poco después, les tomó el relevo ETS en el principal.

Como de era de esperar, la gente fue acercándose paulatinamente al BEC durante las primeras horas. Varios cientos de personas asistieron a los recitales matinales, protagonizados por mujeres, de Ptazeta a Maren y Anne Lukin, alternando la música con el paseo por los diferentes espacios diseminados por el recinto, de la feria de "nuevos creadores y marcas emergentes" de productos textiles, artísticos o de diseño, a la zona de merchandising de los grupos y, con el paso del tiempo, a la dedicada a la gastronomía.

GALLEGAS Y CATALANES

Se acercaban las 15.00 horas cuando salieron a escena ante ya miles de personas Tanxugueiras, grupo de pandereteiras amamantadas en las raíces del folclore de su comunidad propulsadas a la fama por el Benidorm Fest. Vencedoras morales del certamen en competencia con Rigoberta Bandini, aunque no fueran elegidas para ir a Eurovisión, Aida Tarrío y las gemelas Olaia y Sabelo Maneiro confirmaron en el BEC que se puede hacer música fresca y contemporánea sin renunciar a las raíces. Y petarlo en los festivales, ya que se atrevieron hasta con el reggae y el flamenco.

El trío de A Coruña, con sus panderos, sus voces conjuntadas, su alegría, bailes, juegos con sus fans y el apoyo de dos músicos, repasaron temas de su par de discos publicados y los últimos singles que les han dado notoriedad. Sosteniéndose en sus armonías vocales, el aliento folk de su tierra, especialmente en el tema O querer, y el poderío tribal de las percusiones, deslumbraron con su repertorio reciente, actualizado con un entramado electrónico en composiciones como Averno -con la voz de Rayden sampleada- y su éxito Terra. El público botó y coreó esta última con sus "airalalala" y su defensa de lo propio y las raíces, y su mensaje contrario a la fronteras entre gritos de "mugarik ez!".

A las 16.30 horas, tiempo de reposo tras la comida, se agradeció la propuesta sensible y bilingüe de la cantante María Arnal y el guitarrista Marcel Bagés. Los catalanes, en formato de trío, alternaron las canciones de su debut, 45 cerebros y un corazón, y del más reciente Clamor, con retazos de tradición y música popular propulsada hasta el presente con arreglos de pop electrónico. En la escalofriante Tú que vienes a rondarme, la catártica y minimalista La gent y Meteorito ferit, Canción total, Tras de ti o Fiera de mí demostraron que memoria histórica, loops electrónicos, ruidismo, poesía a ritmo de rave y crítica al capital pueden convivir en una música que sonó viva y emocionante. Eso sí, la mayoría de la audiencia desertó.

Rock, rap Y REGGAE

Tras la cita con los catalanes, deliciosa pero exigente y fuera de contexto en un festival, llegó el turno de Gatibu a media tarde, con miles de fans de vuelta y exigiendo caña con los cuerpos prestos y los brazos buscando el techo del BEC.

Alex Sardui, con su voz dotada y chulesca, sus bailes robóticos y esa presencia que ha conquistado cientos de escenarios en más de dos décadas, lideró a un grupo que, conducido por la guitarra de Haimar Arejita, alternó baladas, riffs rockistas, efectos wah wah, guiños surf y a la tradición con la triki de Iñaki Peña, apoyo de metales, estribillos coreables y poperos, y bases rítmicas funk en un repaso de su trayectoria, de clásicos como Urepel, Egurre emon, Zeu, zeu, zeu! o Bang bang txi txiki bang bang a temas recientes como Salto!, Aske maite y Euritan dantzan, que tocaron frente a los paraguas abiertos de los fans.

Casi a las 20.00 horas y con el ambiente ya encendido, saltó a escena el dúo valenciano Los Chikos del Maíz. Sus integrantes, El Nega y Toni El Sucio, son los autores de los versos y soflamas más políticos, antifascistas e izquierdistas que se hacen en el Estado en la última década. Déjate de grupos de rock, metal o punk; a ellos no les corta nada. Ayer volvieron a demostrar que no rapean, que al abrir sus bocas acribillan. Y les da igual a quién dirigir sus dardos: la monarquía, el gobierno, personajes como Miguel Bosé o Rafa Nadal, políticos como Rivera o Cayetana Álvarez de Toledo... Sus rimas, violentas pero escupidas con flow, vibraron entre guiños latinos, reggae, funk en cortes como El extraño viaje, Comanchería, No es país para viejos, La estanquera de Saigón o No pasarán, con cita incluida a la Pasionaria.

A la hora de cerrar esta edición, con versos de los raperos aún recientes como "abajo la propiedad, viva la golfería", "ningún burgués es inocente" o "la ley no es justa, reflejo del poder", faltaban por actuar los navarros Iseo y Dodosound, los Zetak de Pello Reparaz y los raperos también valencianos Zoo, que tenían previsto salir al escenario ya en domingo. Como defiende el dúo navarro, "el amor es música, música es vida". Y también reencuentro, como demostró ayer el ZEID Fest.

Primera edición. Según aseguraron sus impulsores, ZEID Fest nace con vocación de continuidad aunque su gestación haya estado motivada por la situación especial creada a raíz de la pandemia.

Jornada completa. El festival, que se celebró en el BEC, ofreció los conciertos de una veintena de músicos y grupos, que actuaron en dos escenarios desde las 12.00 horas de ayer hasta bien entrado el domingo.

Varios espacios. Además de la música, la cita contó también con espacios dedicados a merchandising y gastronomía, una feria de productos textiles y artísticos, y un área donde los Djs de Gaztea emitieron en vivo.

Objetivos cumplidos. El ZEID Fest, cuyo nivel técnico fue sobresaliente, tanto en sonido como en luminotecnia, cumplió totalmente su objetivo, que era "recuperar el tiempo perdido" debido a la pandemia y "juntar a la gente después de tantos meses de distancia social". El reencuentro se produjo entre 10.000 fans que llenaron el BEC de Barakaldo.

La nota exótica la pusieron el trío gallego Tanxugueiras y el dúo catálan formado

por la cantante María Arnal y el músico Marcel Bagés

Gatibu arrollaron con su colección de himnos de rock festivo y comprometido,

y Los Chikos del Maíz arrasaron con su rap político