Nøgen se enfrentan al “mayor concierto” de sus cinco años de vida hoy en Miribilla, en el Bilbao Arena. “Va a ser un fiestón”, anuncia el quinteto, que presentará su exitoso segundo disco, Under alt (), con un rosario de colaboradores de lujo como Skakeitan, Olatz Salvador, Huntza, Mugan, McOnak y Anne Lukin. “Tenemos estilos diferentes, pero es lo bonito de este lenguaje, poder amoldarse unos a otros”, explican Olatz, Markel y Alex en esta entrevista.Su segundo trabajo ha supuesto un paso adelante personal y de repercusión.

—Planteamos los discos como una fotografía del momento y lugar en el que estamos. Es el resultado de lo aprendido y lo vivido, y los enfocamos sin ninguna expectativa pretenciosa, ya que detrás de estas suele haber siempre un riesgo de quedar decepcionado. Estamos muy contentos con el tiempo y cariño que nos ha transmitido la gente por este disco.

Musicalmente, a pesar de un estilo definido (euskera, mezcla de folk melancólico, cuidado por las melodías, alternancia voces masculinas y femeninas...), se advierte un sonido más fuerte, más rock. ¿Es fruto de las referencias recientes?

—Somos lo que comemos, se suele decir, y no podemos estar más de acuerdo. No definimos el estilo, ni del disco ni de cada canción. El planteamiento nunca va dirigido al resultado final, pero siempre vemos reflejos de lo que escuchamos en temáticas y estilos.

¿Qué referencias comunes os impulsaron a crear la banda?

—Más que por un referente musical, nos juntamos por la necesidad de expresar algo y ganas de contar eso que tenemos dentro. Los referentes comunes son Mumford And Sons y Of Monsters and Men, pero lo mejor son esos grupos que conocemos cada uno y que nos vamos enseñando. Terminan siendo referentes para todos, y parte de nuestra banda sonora común.

Lo de ‘folk urbano’ se queda corto para definirles.

—Definirnos se nos hace difícil. Preferimos dejar eso a gente como vosotros que os dedicáis al periodismo, y lo hacéis muy bien. Nosotros seguimos haciendo canciones. Además tal cual, sin pensar si serán folk, pop o rock.

¿Y el siguiente? Juegan con sintetizadores. ¿Dispuestos a cambiar, a hacer siempre lo que les apetezca?

—Eso siempre, creo que es una de las cosas que nos tiene enganchados. Que hacemos siempre lo que sentimos. Si fuera algo impostado, como un trabajo que no te gusta, te garantizo que no estaríamos aquí. En cuanto a sonidos, no nos cerramos a nada, de la misma forma que tampoco nos casamos con nada. Tratamos de sacar lo mejor de cada canción, sin fórmulas.

Editaron el disco en 2020, en tiempos de incertidumbre, pero están tocando bastante.

—Existió la posibilidad de posponer su publicación. Como bien dices, no ha sido la mejor temporada para la cultura. Pero por el otro lado, sí que ha sido una de las cosas que nos ha salvado y servido de alivio, para desconectar. Incluso para salir de nuestros pueblos cuando no se podía por las restricciones. Ha sido un año muy raro, y esperamos que no se vuelva a repetir, pero irónicamente nos guardaremos buenos recuerdos de la gira: el doblete en el Victoria Eugenia, el macroescenario del Euskalduna, la hospitalidad del Jimmy Jazz, la entrega de Azpeitia...

¿Y el título del segundo disco? ¿Tiene que ver con esa sensación de desnudez que tiene componer y mostrarse al público?

—Creo que es la razón de llamarnos Nøgen. Nos desnudamos cada vez que nos subimos al escenario y nos mostramos. Under Alt, específicamente es el resultado de mostrar los sentimientos, sensaciones y pensamientos que no se enseñan en una mera conversación, lo que está bajo las capas de la piel. Es el tiempo entrando en juego y mostrándose.

¿Son historias autobiográficas? En ellas hay gozos y sombras (como en cualquier vida, sea joven o no), pero también se alude al paso del tiempo y su reflejo en la persona.

—La mayoría lo son. Ahora mismo te diría que todas, pero vamos a dejar un margen para el error (risas)... Es verdad que el tiempo, y la estela que deja, siempre ha estado presente en nuestras canciones.

¿Por qué tanta referencias a Dinamarca?

—El germen del grupo empezó en Dinamarca con un viaje que hice (Markel) hace seis años, y creemos que usar este late motiv nos recuerda que hicimos esto con un propósito, y le da algo nuestro al proyecto. No se trata de solo referenciar a Dinamarca, sino de hacerlo de una forma que tenga sentido, teniendo en cuenta sonoridad y gráfica.

Llega el concierto especial de Bilbao. ¿Parte de la celebración del 5º aniversario del grupo?

—Ha venido todo un poco de rebote. Primero tuvimos la opción de tocar en Miribilla, antes que en el Velódromo de Anoeta, que no salió. Y siendo este el mayor concierto que hayamos dado en nuestra vida, quisimos darle un sentido, una razón de ser; de ahí lo del 5º aniversario. El 1 de octubre de 2016 organizamos un festival en el Lore Baratza de Ulia, en Donosti, porque nadie nos llamaba para tocar, y a ahora estamos a las puertas del mayor concierto (¡en un pabellón!) que hayamos dado, con la gente con la que hemos coincidido y crecido. Todo cobra sentido, y será un fiestón.

¿Qué harán los invitados y amigos, compartir un tema cada uno?

—Más o menos cercanos, pero todos son amigos. Con algunos hemos tenido la suerte de coincidir en conciertos o festivales. Con Olatz compartimos una gira estatal en 2019, y con Huntza, Skakeitan y McOnak coincidido en diferentes plazas. Con Anne y Mugan será la primera vez que compartamos escenario. Lo preparado para el viernes será una sorpresa, pero adelantamos que se ha hecho con ganas, muchos ensayos y mimo, y que cada colaboración aporta su esencia. Se va a ver algo diferente.

Les une que comparten público, joven en su mayoría.

—Más las ganas de hacer música y disfrutar sea donde sea, valorando estas oportunidades que nos llegan.

Podríamos decir que casi solo falta Izaro...

—Izaro y los músicos de su banda son amigos a los que recurrimos mucho, y siempre están dispuestos a ayudar. Ahora están en plena gira del disco con el que ha llegado a sitios preciosos. Colaboró con nosotros en una versión muy especial de Gertu y seguro que tendremos la oportunidad de volver a hacer algo juntos.

“Planteamos los discos como una fotografía del momento y lugar en el que estamos”