Superando incluso todas sus previsiones, el cineasta Gonzalo Quincoces pretendía presentar su cortometraje, resultado de un trabajo de fin de grado, en un festival de Noruega. Sin embargo, el 22 de abril, el coordinador de la productora lo llamó para anunciarle que había un problema: Cannes quería estrenarlo, pero solo si lo hacía en exclusiva. Por razones obvias priorizaron el festival de la ciudad gala, donde esta semana presentan La caída del vencejo , asegura el getxotarra desde la ciudad mediterránea en la que hoy anunciarán el proyecto ganador. Acompañado por varios miembros de su equipo, Quincoces fantasea con que esta oportunidad sea el trampolín para filmar un largometraje. "Si en algún momento voy a poder hacerlo es ahora, sin duda", asevera desde el otro lado del teléfono.

Tras la presentación del cortometraje en sala, mientras descansa en la habitación de hotel, el getxotarra Gonzalo Quincoces explica que La caída del vencejo (ESCAC), donde se graduó en Fotografía. "Presenté un proyecto y nos lo produjeron, con la financiación de ESCAC Films", expone sobre la productora universitaria que cada año elige una decena de proyectos para hacerlos realidad. El rodaje se realizó a finales de 2019 y en enero del siguiente año cerraron el montaje. "Todo iba bastante bien, pero llegó la pandemia", afirma antes de indicar que el proyecto se retrasó hasta verano. A partir de ahí comenzaron a enviarlo a festivales. Ahora, después de un estreno inicial en Barcelona, la cinta de catorce minutos se estrena internacionalmente en Cannes.

Bizkaia en los 80

Quincoces comenzó a estudiar Comunicación Audiovisual en la UPV/EHU, pero a los dos años lo dejó. "No era lo que quería, yo quería hacer cine", afirma el joven, que con ese propósito puso rumbo a Barcelona. Sin embargo, desde que presentó el proyecto durante el último año de universidad, tenía claro que quería rodar en casa. De hecho, el espectador vizcaino podrá identificar espacios tan familiares como La Naval, donde rodaron gracias a un trabajador que les facilitó el acceso a las instalaciones. También aparecen escenarios al otro lado de la ría, desde Erandio hasta Las Arenas, pasando por zonas de pabellones industriales abandonados de Lamiako. "Y las escenas interiores están grabadas en el piso de un familiar en Sestao", concreta el director cuyo equipo es mayoritariamente vizcaino.

En La caída del vencejo narra la historia de Kepa (interpretado por Lucas Ybarra), un joven de clase obrera que vive en un entorno familiar agobiante en el que se siente una carga. "El universo en el que está condiciona mucho la historia. Es la Bizkaia de los años 80, muy industrial, oscura y dramática", explica el director sobre esta década de la que se siente especialmente atraído. "Cuando hablamos de la película decimos que es un poco neoquinqui. Está rodada en un estilo de cámara en mano, muy documental, hablando de temas sociales", revela en relación a la cinta que mira al pasado. "Me parecía que la historia que quería contar se podía amoldar a ese universo. Hay más cosas que contar que en los 90. Tengo guardados recortes de periódicos, portadas... entre el tema de ETA y los GAL la historia es increíble", considera el cineasta, quien expone que, aunque a día de hoy no siga tan latente, la política siempre está presente en Euskadi.

No obstante, más que la convulsa situación de la época que se narra como telón de fondo, Quincoces se centra en contar la historia de Kepa desde un prisma más personal. "El protagonista es gay, tiene una pareja que nadie conoce, de la que nadie sabe. Toda la represión que siente es autoinfligida, se reprime a sí mismo porque no admite su orientación", expone el director getxotarra, quien indica que en un momento confesional se sincera parcialmente con su hermano para decirle que ha conocido a alguien. La historia está inspirada en una experiencia personal del propio cineasta. "En mi caso no fue por temas de sexualidad, pero tuve una relación oculta a mi familia y amigos", admite el joven. "Te encierras en ti mismo, es horrible. Cuando escribí el corto ya había pasado todo, pero fue una forma de exteriorizar esa sensación", apostilla.

Estreno en Cannes

En la sección en la que participan en Cannes, Cinéfondation, seleccionan proyectos de estudiantes de cine o trabajos realizados durante el proceso de aprendizaje. "Llevamos aquí desde el lunes y hemos conocido gente que, como nosotros, está alucinando con el reconocimiento de estar en Cannes", revela Quincoces, para quien las cenas de gala y las alfombras rojas son toda una novedad. También poder visionar su cortometraje en una sala extranjera. "Técnicamente se ha visto muy bien, ha sido sin duda nuestro pase favorito y a la salida ha habido gente que nos ha felicitado", detalla.

Lo que vaya a ocurrir hoy jueves con la lectura del palmarés de su sección es impredecible. "En otros festivales te avisan antes de que eres el ganador, pero en este caso no", señala Quincoces, muy feliz por lo que está viviendo en compañía de otros siete miembros de su equipo que estarán hasta el sábado en Cannes. "Si además conseguimos un galardón... quemamos la ciudad", dice entre risas. El lunes mismo tuvieron la oportunidad de asistir a un cóctel en una terraza desde la que atisbaban la entrada del cineasta Wes Anderson, junto a Timothee Chalamet o Tilda Swinton. "Ha sido impresionante", reconoce.

"Cuando hablamos de la película, 'La caída del vencejo', decimos que es un poco neoquinqui"

Cineasta getxotarra