Nada es igual este año en ARCOmadrid, la edición más especial de la Feria Internacional de Arte Contemporáneo que se celebra todos los años en la capital española. Ayer miércoles abrió sus puertas con una imagen nueva y máxima incertidumbre e inquietud entre los galeristas, que desconocen aún qué efectos tendrá la pandemia. Pasillos más amplios, mascarillas obligatorias y la mitad de galerías, la imagen de la feria que se celebra en Madrid hasta el domingo es muy diferente a la de febrero del pasado año.

El arte vasco no renunció a acudir a esta cita. Concretamente, dos galerías, la bilbaina CarrerasMugica y la donostiarra Cibrián, están presentes en la cuadragésima edición de la feria, que, tras haber sido pospuesta el pasado febrero debido al covid-19, se celebra de forma presencial en el recinto ferial de Ifema, con el objetivo de "marcar un punto de inflexión para relanzar y reactivar el mercado del arte contemporáneo".

En ARCO también se expone el monumental cuadro Guernica Gernikara (1981), de Agustín Ibarrola. Guernica GernikaraUn gran mural de dos metros de alto y diez de ancho a través del cual el artista vasco, además de rendir homenaje a la obra de Picasso, reivindicó el traslado de la pieza a Gernika. Ahora, la galería madrileña José de la Mano recupera la obra del artista vizcaino, que muchos consideraban perdida, y la expone en ARCO para conmemorar los cuarenta años del traslado del cuadro de Picasso de Nueva York a Madrid.

El cuadro de Ibarrola, que permanecía guardado en el estudio del artista desde que fue expuesto por última vez en 1981, ya cuenta con tres potenciales compradores.

La editorial bilbaina Consonni también está presente en el foro profesional ArtLibris, un espacio de reflexión y de encuentro para dialogar sobre las publicaciones de artistas y el lugar que estas tienen en su proceso creativo.

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Como es habitual, la galería CarrerasMugica lleva a ARCO artistas que bien han expuesto este año o expondrán el próximo en sus instalaciones. En su estand madrileño se pueden ver obras de los vascos Txomin Badiola, Asier Mendizabal, Juan Pérez Agirregoikoa, Jon Mikel Euba, June Crespo y Eduardo Chillida, la gallega Ángela de la Cruz, además de piezas del peruano Armando Andrade Tudela. "Ha sido un pequeño conflicto. Casi éramos más partidarios de hacer un paréntesis este año y el que viene recuperar la normalidad, esperar a febrero para venir a ARCO. Pero la feria se empeñó en estas fechas, en julio, y al final, nos hemos lanzado a la piscina. Y la verdad es que se respira un cierto optimismo entre las galerías. Nosotros hemos hablado con muchos coleccionistas para invitarles a que vengan y bastantes han dicho que lo harán", explicó Ignacio Mugica, fundador y director junto con Pedro Carreras de la galería bilbaina. "Es indudable que es una feria extraña, en julio, con previsiones de temperaturas en Madrid de 36 grados. Hay pocas galerías extranjeras, porque entre la pandemia y las fechas muchas no han venido... Es verdad que muchos coleccionistas internacionales tampoco van a venir. Va a ser una feria rara", abundó Mugica.

Durante los últimos años han cerrado muchas galerías en Bilbao, "fundamentalmente, porque los galeristas se han jubilado, como fue el caso de Roberto Sáenz de Gorbea, de Windsor. Pero la pena es que no abren nuevas, debería haber gente joven en el arte contemporáneo que se lanzara con nuevos proyectos. Siempre se han abierto pequeños garajes y locales, hasta consolidar espacios. Nosotros decimos que ojalá hubiera más galerías en nuestra ciudad, como en los barrios de las artes de ciudades como Berlín, Nueva York... A ver si se animan muchos", confía Ignacio Mugica.

'on line' y presencial

Marzo del año pasado marcó el comienzo de tiempos difíciles para las galerías de arte de todo el mundo debido a la crisis generada por la pandemia. Aún es pronto para predecir cuáles serán los principales cambios derivados del covid-19, pero ya se puede percibir cómo la crisis sanitaria ha acelerado procesos que se estaban fraguando. "El arte contemporáneo se mueve y las galerías tenemos que estar ahí. Probablemente, tomará un mayor protagonismo el mundo virtual a través de viewing rooms onviewing rooms online. Sin embargo, al final no creo que los cambios sean importantes. En la anterior crisis de 2008 también se dijo que el sistema tenía que cambiar de forma radical y, sin embargo, continuó de una forma muy semejante. Al final, el coleccionista quiere conocer in situ la obra de arte que quiere comprar, tocarla, sentirla... y eso no se puede hacer por Internet. Los sistemas on line son ayudas que facilitan el trabajo de comunicación pero el espacio físico de la galería y las ferias así como el encuentro personal no es substituible", explicó Mugica.

Por su parte, la galería donostiarra Cibrián, inaugurada en 2018, se estrena en ARCO, donde participa en la sección Opening -comisariada por Övül Ö. Durmusoglu y Julia Moranderia- con dos estands. El primero es el principal de la sección, con obras del donostiarra José Ramón Amondarain y la vallisoletana Esther Gatón. En el segundo se muestra un solo proyecto de Gatón.

"No será un ARCO fácil. Pero nunca se sabe. La gente tiene muchas ganas de participar. Con nosotros ya han contactado algunos coleccionistas que se pasarán por el estand y tienen ganas de comprar arte", concluyó Mugica.

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CarrerasMugica. Lleva obras de Txomin Badiola, Asier Mendizabal, Juan Pérez Agirregoikoa, Jon Mikel Euba, June Crespo, Eduardo Chillida, la gallega Ángela de la Cruz, además de piezas del peruano Armando Andrade Tudela.

Cibrián. Expone obras de José Ramón Amondarain, Esther Gatón y un proyecto de Gatón.

Medidas. ARCO ha adaptado su recorrido a la pandemia. Ha ampliado la anchura de los pasillos, el recorrido tiene menos recovecos y a la entrada y la salida hay control de temperatura.