A medio camino entre el ocultismo y el exhibicionismo, sin acercarse nunca a ninguno de los dos extremos, el notario José María Arriola alberga en el Casco Viejo una impresionante biblioteca conformada por más de 20.000 volúmenes de libros históricos y manuscritos. "Estamos abiertos a visitas limitadas en número", asevera este amante de la literatura, que destaca más aún como bibliófilo al ser el titular de una de las bibliotecas privadas más importantes de Europa. Con la certeza que le aporta ese bagaje, asegura que "la bibliofilia está en decadencia" ya que "hay bibliotecas extraordinarias que han desaparecido". Mientras continúa sumando nuevos volúmenes de gran valor a sus estanterías, el que fuera decano del Colegio Notarial se ha embarcado en la aventura de escribir una novela en la que fusiona leyendas y hechos reales en torno a Lekeitio y sus habitantes. Eco en la isla Eco en la islaes el resultado en el que refleja el devenir de la villa marinera, desde la República hasta la llegada de la Democracia.

"Surgió por pura casualidad durante la pandemia", revela Arriola, hasta ahora más familiarizado con "el mundo de la conferencia y el ensayo". Su objetivo fue recoger la leyenda de las lamias de Lekeitio para que no se perdiera. Así, desgrana la relación de esta fábula "con la casa Kurutzalde, que está en la tala de Lekeitio y el túnel que, según la leyenda, conecta con la isla de Garraitz". Mientras escribía surgió la historia de Amagoya, la "gran belleza local" que atraviesa la bocana del puerto para llegar a reunirse con las lamias. "Sobre esa base, me di cuenta de que podría recoger hechos e historias de una etapa de aproximadamente 50 o 60 años para reflejar y dejar constancia sobre una serie de hechos lekeitianos", explica el notario, muy ligado a la localidad costera, que tituló el libro tomando como referencia la figura mitológica de Eco y Narciso. "Tuve claro que jamás seguiría los pasos de esto que llaman hoy en día novelas históricas, que es aprovecharse de un personaje que les da escrito un 50% o más de la novela y desarrollarlo sencillamente como una historia novelada", expone sobre el modelo que ha seguido para hilar la historia. En ese sentido, afirma que ha tomado como referencia a José María de Pereda, novelista del siglo XIX.

Así es como relata la historia del gato tuerto. "Es pura leyenda pero su relación con la figura y la pérdida del ojo de Amagoya, y la intervención que en ello tienen los señeros de Leketio, creo que es la parte más curiosa. Ha sido recogida también por otras personas pero creo que estaba muy olvidada", relata Arriola. Según explica, el túnel de la casa Kurutzalde, que se empleó como refugio ante el temor de los bombardeos durante la guerra, servía para trasladar a las chicas más guapas de Lekeitio a la isla de Garraitz para peinarse y cantar junto a las lamias. "Luego volvían a la villa y atravesaban la bocana del puerto", explica el notario, "hasta el momento en el que los señeros ven a un gato negro todas las noches". De esa forma, uno de ellos le lanza una pedrada, lo deja tuerto y, al mismo tiempo, aparece tuerta la chica más guapa del pueblo, Amagoya. "Alguno de los señeros piensa que el gato negro ha debido de ser Amagoya, que iba a reunirse con sus amigas las lamias", explica el autor de Eco en la isla.

Al hilo de la figura de Amagoya es como aparecen otros personajes, como dos marineros que a pesar de su amistad se enfrentan por el amor de esta mujer: uno de ellos es idealista, muy nacionalista, el otro es pragmático, dado al utilitarismo. "El contraste entre las dos personalidades trata de llegar a una especie de refundición entre las cualidades que reflejan", expone José María Arriola. En la novela hay otros personajes que existieron realmente, entre los que destacan "Marino Gamboa, propietario de la casa Kurutzalde y también Ambrosio Sarasola, gran lekeitiano que fue segundo comandante del bou Nabarra Ha sido durante el proceso de escritura cuando el notario ha conocido algunas de esas personalidades e historias como "toda la aventura del yate Vita contratado por Marino Gamboa, que trasladó grandes tesoros desde Francia a México, y cuyo capitán y tripulación fue en gran medida lekeitiana".

Escribir esta novela no ha sido un reto como tal. "Cuando tienes la localización, los personajes y una historia creo que es fácil hacer la redacción. No estoy muy acostumbrado en sentido literario pero he tenido un gran hábito de escribir, derivado de mi profesión", explica el notario. Aunque el libro está dirigido al público en general, José María Arriola es consciente de que "ha de gustar sobre todo a los lekeitianos que tengan cierta edad" porque "verán recogidos hechos históricos, leyendas y tradiciones y lugares muy propios de la villa". La unión del notario con la localidad es tal que lo que obtenga de los derechos de autor de la primera edición del libro, que podrá adquirirse en librerías, pretende destinarlo íntegramente a la Basílica Nuestra Señora de la Asunción para que se restaure la cabeza del niño de la virgen gótica que está en la puerta principal.

Una biblioteca asombrosa

Rodeado de miles de libros, reconoce que en su biblioteca tiene una sección de libros manuscritos y documentos de Lekeitio que le han ayudado en la redacción. Fue hace 40 o 45 años cuando empezó a coleccionar libros inducido por "maestros" a los que no ha defraudado: "Cuando han visto la biblioteca se han quedado muy satisfechos con las metas alcanzadas", expone Arriola, quien cuenta con una biblioteca especializada, principalmente, en derecho e historia, si bien posee una sección importante de libros de astronomía o matemáticas, por ejemplo. También alberga algunas reliquias literarias, aunque son "meras muestras". Cita, por ejemplo, la primera edición de Los trabajos de Persiles y Sigismunda

"Nunca adquirimos libros a particulares, siempre a librerías o en subastas, nacionales o internacionales", desvela sobre esta afición, compuesta por un circuito en el que todos se conocen. "Las librerías nos facilitan la información dentro de las temáticas que saben que nos interesan. Si sale una primera edición de La Celestina no me lo van a ofrecer, pero si es un libro de las partidas de Alfonso X El Sabio, sí", explica sobre los recovecos de la bibliofilia que ha inculcado a sus hijos. A través de los contactos y la ventaja que hoy en día ofrece Internet, están "completamente metidos dentro del mercado del libro antiguo". Sin embargo, expone que actualmente apenas hay piezas sueltas. "Se venden bibliotecas grandes. Ahora en París se están vendiendo los libros de Pierre Bergé, el que fuera gran amigo de Yves Saint Laurent. Tiene auténticas maravillas", pone como ejemplo este bibliófilo que ha recorrido, junto a su mujer, decenas de librerías de todo el mundo. Mientras espera que salgan nuevos ejemplares con los que ampliar su biblioteca, confía en que el proyecto de ley de Gestión Documental Integral y Patrimonio Documental de Euskadi dé pasos adelante para favorecer la conservación del todo el patrimonio histórico que atesora.

"Tuve claro que jamás seguiría los pasos de esto que llaman hoy en día novelas históricas"

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"Nunca adquirimos libros a particulares, siempre a librerías o en subastas, nacionales o internacionales"