madrid - En el euskera que hablaba la amatxu de Ainhoa Arteta. Así sonará Mirentxu que estrenará hoy en versión concierto el Teatro de la Zarzuela, un hito histórico porque es la primera vez que un coliseo nacional ofrece una obra en esa lengua, una de las más “fáciles” de cantar, según la soprano vasca. La tolosarra, el tenor getxotarra Mikeldi Atxalandabaso y la mezzosoprano andoaindarra Marifé Nogales son los principales protagonistas de la función, que dirigirá musicalmente Óliver Díaz hoy y el día 24 con un elenco que incluye también al barítono bilbaino José Manuel Díaz y al estadounidense Christopher Robertson y que tiene como narrador al actor madrileño Carlos Hipólito.

“Es una lengua muy fácil para cantar a pesar de que haya formas complejas como las variaciones de la s, la x o la z. Me recuerda mucho al ruso porque se coloca, a diferencia del francés, delante. Es una lengua difícil de aprender pero generosa para cantar”, subrayó la soprano.

Cree que los vascos que acudan a escucharles estos dos días dejarán “escapar una lágrima” porque escucharán el euskera “de la infancia”, “natural y sin tonterías”, “no el batua de ahora”, que es menos “goxua” (dulce) y que ella, “desde luego”, no entiende. “Estoy muy emocionada porque soy vasca y porque el euskera es una lengua española y que se haga aquí es muy importante. El coro de niños hace un trabajo extraordinario con esas canciones populares que son de una gran exquisitez. Es una auténtica genialidad”, alabó.

La protagonista de Mirentxu, estrenada en 1910, es una chica enferma a la que todo el mundo trata con mimo. Está enamorada del mismo hombre, Raimundo, que su mejor amiga, Pruden, “y ahí se desata el drama”, que musicalmente “va desde lo bucólico hasta casi lo wagneriano”. Todos los papeles de este drama de Jesús Guridi, que él bautizó como “idilio lírico”, “son de mucha exigencia vocal”, afirmó.

Preguntada por la actual situación política, la soprano afirmó que “le suda un pie” que haya quien no quiera “entender” que “empobrece utilizar las diferencias como arma arrojadiza” y no integrarlas en “la suerte” que es ser de un país con semejante “riqueza lingüística” y cultural: “Son una minoría y ellos se lo pierden. ¿Por qué tanta bobada?”, se preguntó. - Efe