ESTA historieta tiene unas buenas dosis de humor, porque sus protagonistas, Fernando Tarancón e Iñigo Sola, destilan un tono cómico en muchas ocasiones. También va cargada de peleas, pero figuradas, ¿eh? Las que suponen mantener una librería abierta durante 25 años. Así que, por eso mismo, quizás también hay que hablar de superhéroes... Desde luego, esta aventura de la librería Joker es fantástica. Este lugar de referencia para comprar cómics o juegos en Bilbao celebra sus bodas de plata y por eso el Salón del Cómic de Getxo le ha rendido homenaje en esta edición que acaba de escribir Fin.

La idea de montar la librería Joker, que abrió sus puertas en octubre de 1994, fue de Iñigo. “Creíamos que faltaba en Bilbao una librería como las que nos gustaban a nosotros. Y no lo pensamos mucho. Por eso lo hicimos”, rememora con gracia. “La ignorancia fue básica”, corrobora Fernando. Pero tras las risas está la seriedad de un proyecto como este. “Teníamos muy claro que esto no era un capricho y nos lo tomamos muy en serio y muy profesionalmente”, admite Fernando, que por entonces tenía 23 años, uno más que su socio. “La última incorporación que tuvimos en la tienda tiene esa edad. ¡Madre mía! Cuando abrimos, ella no había nacido y eso impresiona un poco”, reconoce el mayor de los nueve trabajadores que hoy en día atienden en el establecimiento de 300 metros cuadrados de la calle Euskalduna. Pero la historieta no empezó allí, sino en un pequeño local en Santutxu. Luego hubo otros traslados, a Bertendona, Urkijo? con los cómics y los juegos en espacios diferentes, incluso, hasta que hace cinco años llegó esta localización. “Y yo espero jubilarme aquí”, adelanta Iñigo.

Esos han sido los escenarios de la librería Joker, un nombre que engancha. “Buscamos algo que tuviera polisemia y que nos valiera tanto para la parte de cómic como para la de juegos. Y Joker es una figura muy conocida en naipes y tiene un aspecto lúdico, además. Y en el mundo del cómic era un personaje conocido, así que cubría los dos segmentos. Me acuerdo de estar un día en la oficina, entre papeles, y yo diciendo nombres pedantes e Iñigo mirándome con una cara? Y según dijo Joker, pensamos: Ya está, este es”, recapitula Fernando. Todos estos son los primeros capítulos de este establecimiento singular que escribe su presente en bocadillos alegres. “Hemos conseguido convertirnos en una librería de referencia a nivel estatal y mucha gente que viene aquí, dice: Tengo que pasar por la librería Joker. Nos ha felicitado mucha gente. Recuerdo a un hombre, creo que era australiano, que nos dijo que había viajado por todo el mundo y que esta era una de las librerías más chulas que había visto”, cuenta Fernando.

la clave “Es que estamos muy centrados en el papel. Hay muchas librerías que se han convertido en jugueterías, con muchas figuritas, merchandising? Igual tienen dos plantas, pero el 80% son figuritas”, indica Iñigo para citar uno de los puntos fuertes de este negocio que ha sido testigo de los cambios, de la evolución, del paso de las hojas de los cómics y del calendario durante 25 años. “La cantidad de cómics y de juegos que hay ahora respecto a cuando empezamos es exagerada. Todo se ha multiplicado por cien”, señala Iñigo. “El aficionado ha cambiado en varias cosas”, añade su compañero. “Por ejemplo, la sección infantil ha crecido mucho y nosotros hemos apostado por ella. Y el público femenino ha aumentado muchísimo. Cuando abrimos en Santutxu, las chicas que entraban iban acompañando a su novio, mientras que ahora hay mucha lectora, sobre todo de manga y de novela gráfica”, desvela. Y claro, en estos años también ha irrumpido Internet a saco en el mundo real. No tanto, en el de los dibujos. “El cómic digital nos afecta, pero no tanto como al libro tradicional. Y, por otro lado, las compras por Internet también nos han quitado algo, pero creemos que uno de los momentos buenos que tiene el aficionado es venir aquí una vez a la semana o al mes, estar lo que quiera a su aire, mirar? Eso es lo que ofrecemos, una experiencia de compra más enriquecida”, destaca Fernando. Es por todo ello, que durante un cuarto de siglo, Joker ha acompañado a muchísimas personas. “Creemos que hemos contribuido en una parte pequeña de la vida de mucha gente”, sonríe Fernando.