Bilbao - El 8 de marzo de 2018 será recordado como un día histórico. Una marea feminista recorrió las calles convirtiéndose en la mayor movilización social en décadas para reivindicar la igualdad real entre los hombres y las mujeres en todos los ámbitos. Pero todavía queda mucho camino por recorrer.

En esta lucha por la igualdad real y efectiva se encuentra inmerso el Departamento de Cultura y Política Lingüística del Gobierno vasco, que ha realizado un informe en torno a la situación de la igualdad de género en cuatro sectores culturales: el teatro, la danza, la literatura y la música, impulsado en el marco de Kultura Auzolanean. La investigación, presentada al Consejo Vasco de Cultura, se ha desarrollado dentro del proyecto Programas y políticas de género y da continuidad a los análisis que al comienzo de la presente legislatura se realizaron en los sectores audiovisual y artístico. Estos análisis servirán al Gobierno vasco para orientar sus políticas, intervenir y tratar de mejorar la situación respecto a la igualdad en aquellos ámbitos en los que se hayan identificados brechas de género o situaciones de desigualdad. “El planteamiento desarrollado ha permitido identificar las desigualdades más sutiles o más difíciles de detectar que se puedan estar dando dentro del ámbito cultural, además de haber favorecido el debate y la reflexión dentro del propio sector”, se explica en el informe.

El diagnóstico constata que sigue existiendo una brecha entre ambos géneros, aunque en la Comunidad Vasca es algo menor que en el resto del Estado. Así, la tasa de ocupación de las mujeres en el mundo de la cultura es del 46,5% frente al 55,1% entre los hombres -en el resto del Estado es del 44% entre las mujeres frente al 55,7% entre los hombres-. El sector cultural no es ajeno a la discriminación que sufren las mujeres por razón de género. Así la presencia femenina predomina en los puestos de gestión y administración (69,9%), mientras que los puestos de perfil técnico (43,8% de mujeres) y directivos (37,1% de mujeres) siguen todavía en mano de los hombres.

Curiosamente, en lo que se refiere a la formación cultural, el estudio refleja diferencias notables, si bien ellas son mayoría en todos los ámbitos culturales. En el caso del alumnado formado en el ámbito de la danza, las mujeres son el 93% y en ámbitos como las artes plásticas, la música o el diseño superan el 70%. Únicamente en el ámbito musical se equilibra, en cierta medida, esta tendencia: Un 56% de mujeres frente al 44% de hombres.

los hombres ostentan el poder El diagnóstico refleja que el 74% de los teatros están dirigidos por hombres, que el 69% de los cargos técnicos están ocupados por hombres, y que el 75% de los puestos de administración están cubiertos por mujeres. El mayor desfase se produce entre actrices y actores, así como autoras y autores, con un 31,57% y un 68,42% respectivamente; y diseño de iluminación, donde no hay ni una sola mujer

“Los datos citados revelan que los roles que la sociedad espera de las mujeres se reproducen también en las estructuras del teatro, asumiendo las mujeres vestuario, estética, cuidado, relación con otras personas, e interpretación de papeles de satisfacción del otro, mientras que los hombres adoptan roles asociados a la construcción (escenografía), tomas de decisión (dirección), toma de la palabra (autoría), así como poder y prestigio”, se explica en el informe.

Los estereotipos de la sociedad también se extienden al ámbito cultural. Dada la gran presencia numérica de actrices en comparación a la de hombres en las escuelas de teatro, sorprende que a nivel profesional el índice de participación de las mujeres se encuentre tan igualado y, a menudo, reducida en número.

“Lo cual da qué pensar. Muchas mujeres van quedándose en el camino, mientras los hombres avanzan en su carrera profesional. Se diría que en lo que atañe a roles esta sociedad sí concibe a las mujeres como actrices, pero las características que se asignan a cada rol, son diferentes”. Según se destaca en el estudio, “las expectativas que se tiene de las mujeres actrices es que sean bellas, jóvenes y dotadas para el melodrama y la tragedia, mientras que entre los hombres se espera versatilidad en los papeles, iniciativa, energía, así como aptitudes para la comedia (nuevamente roles de género). “Por tanto, pese a que situamos la interpretación dentro de los roles de género asociados a las mujeres, su actuación queda constreñida a determinados rasgos, una idea apoyada por las afirmaciones de numerosas mujeres entrevistadas, quienes sostienen que en la contratación a veces el talento queda supeditado a otras consideraciones, adquiriendo la estética una gran importancia”.

“examinadas con lupa” El estudio constata que, “pese a que las mujeres han progresado en tareas de dirección, el número de hombres es aún mayor y, sobre todo, las obras dirigidas por estos continúan obteniendo por lo general mayor visibilidad, prestigio y reconocimiento. Provistos de más talento o no, los hombres dan más fácilmente el paso, sin tener que realizar un especial esfuerzo...”, se constata en el informe.

“Los hombres no deben luchar tanto por la obtención de este puesto, se trata de una cuestión práctica, donde nuevamente surge la cuestión de los roles de género, en los que los puestos de poder son asignados de preferencia a hombres antes que a mujeres”, cita una mujer directora en el informe. En su opinión, “ha debido luchar para que compañeros directores la tomen en consideración, ya que ella adora el trabajo de dirección”. Las mujeres directoras entrevistadas citan la sensación “de estar siendo examinadas con lupa”.