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Bilbao, cuna de la música

El festival organizado por la Fundación Bilbao 700 cuenta con la participación de artistas locales e internacionales en el Euskalduna

Bilbao, cuna de la música

DURANTE los días en los que la villa se convierte en un hervidero de la mejor música, el Euskalduna es el escenario por el que pasan todo tipo de artistas, desde jóvenes músicos que se enfrentan por primera vez a un público multitudinario, a artistas consolidados, así como los imprescindibles luthiers, piezas indispensables que todo músico necesita.

Ese fue el caso de Carlos Barrós, Urtzi Balantzategi y Abel Osuna que, tras acudir durante años como espectadores al festival bilbaino, esta vez lo hacen “al otro lado de la barrera”. Y es que como aseguraron ayer, aunque no estarán sobre el escenario, “hacer el instrumento es otra parte de la música”. “Que se sepa que Bilbao es una ciudad donde pueden venir a probar instrumentos hechos a mano por nosotros y de calidad”. Es el caso de Balantzategi, especializado en contrabajos, y Barrós y Osuna, si incluimos también las violas y violines, entre otros instrumentos que diseñan y construyen.

Adrián Martínez fue uno de los curiosos que se acercó a probar los instrumentos que tenían allí expuestos. Músico desde hace diez años y, aunque aún es joven, lleva ya cinco acudiendo a Musika Música, “una plaza imprescindible” a la que acudir cada año. Integrante del Conservatorio de Barakaldo, que tocó ayer a las 18.30 horas, admitió que llevaban todo el año ensayando para este momento. “Desde que comenzó el curso hemos estado preparándonos para enfrentar este momento sin problemas”, señaló. Y pese a ello, aunque ya habían actuado en el lugar donde ofrecieron el concierto, acudieron con casi veinte minutos de antelación para hacerse con un lugar que instantes más tarde se llenó de un público ansioso que esperaba en las instalaciones del Palacio Euskalduna a que comenzara su concierto (o conciertos) elegidos para disfrutar de la mejor música.

Cuna de la música Begoña Azua y Jessica Varela fueron dos de las espectadoras que acudieron a ver los recitales de la cantera de músicos bilbainos. También ellas admitieron que habían acudido “con bastante antelación”, para ver incluso los ensayos de los más jóvenes, aunque ya profesionales, músicos del Conservatorio Juan Crisóstomo de Arriaga que ofrecían en el hall del Euskalduna composiciones como West Side Story o Pompa y circunstancia Marcha número 4 opus 39, bajo la dirección de Maite Aurrekoetxea.

Aún así, no fueron solo los músicos de conservatorios los integrantes del amplio programa de Musika Música. Muestra de ello fueron también los internacionales Orpheus Chamber Orchestra, que ensayaban vehementemente en la sala A1, el escenario donde instantes más tarde ofrecieron sus piezas, entre las que se encontraban Take the A train o Chacona en sol menor.

También deambulaba por los pasillos del Palacio Euskalduna Jorge Díaz, que paseaba con un contrabajo, propiedad del más pequeño de la familia, Izei, de tan solo 11 años de edad. Díaz reconoció que su hijo “lleva toda la semana con muchísimas ganas de que llegue este momento, aunque está bastante nervioso”. Y es que era el primer concierto en el que participaba, convirtiéndose de esta manera el Palacio Euskalduna en el estreno absoluto para el pequeño contrabajista, ilusión que compartía su padre por ver cómo daba sus primeros pasos en el mundo de la música, aunque el instrumento era “más grande que Izei”.

Todos ellos, se afanaban ayer en culminar de la mejor manera posible los preparativos para que Musika Música brillara en cada uno de sus conciertos, tanto en los de los artistas consolidados como en los de las jóvenes promesas que llenarán hasta mañana cada rincón del Palacio Euskalduna, convertido por unos días en un palacio de la música, y que finalizará con la asistencia de la BBC Philharmonic, dirigida por Juanjo Mena.