LO de Clara de Bobes es una vocación contrariada. Desde pequeña siempre quiso dedicarse a la pintura. “En Bachillerato tuve muy buenas notas, matrículas de honor, y conseguí una beca muy prestigiosa, basada en la excelencia, y con una buena dotación económica. Eso me llevó a hacer una licenciatura porque Bellas Artes entonces no era una carrera universitaria, no había facultades. Y si no hacía una licenciatura, perdía la beca”.

Clara de Bobes se convirtió en catedrática de biología y geología, pero nunca abandonó su pasión por la pintura. “He ejercido toda mi vida como catedrática, hasta que me jubilé hace diez años, aunque nunca he dejado de pintar”, confiesa esta pintora, natural de Palma de Mallorca, pero que vive en Euskadi desde 2003, a donde le trajo el amor. Y desde aquí siguió desarrollando su carrera docente, y rodeándose de pinceles en sus ratos libres.

A pesar de no poder dedicarse profesionalmente al arte, “siempre he estado pintando. Incluso cuando tenía muchas obligaciones como profesora y como madre, me levantaba a las seis o siete de la mañana para coger los pinceles. Pero la verdad es que las mujeres, sobre todo las de mi época, lo hemos tenido más difícil, hay pocas que hayan podido dedicarse al mundo del arte. Para una mujer no se ve como una profesión, sino como un hobby”.

De Loiu a Nueva York Clara de Bobes confiesa que ahora tiene prisa por pintar “por recuperar el tiempo perdido durante años. La vida te persigue”. En su estudio, guarda decenas de cuadros realizados durante los últimos años, algunos de las cuales han llamado la atención de una galería neoyorquina, que ha decidido exhibirlos en pleno corazón de Manhattan.

“Envié algunas imágenes de mis obras a la galería Agora, situada en Chelsea, una zona de Nueva York que acoge centros de arte, y las han seleccionado para exponerlas junto a las de otros artistas. Me ha hecho mucha ilusión”, asegura esta pintora que cogió sus primeros pinceles a los doce años. “Tenía un tío que era pintor, me encantaba el olor de la pintura, del aguarrás... Cuando iba a su casa dormía en su estudio”, señala.

A esta creadora siempre le han fascinado las figuras humanas, los desnudos... aunque “hace algunos años me he centrado más en los retratos”. Retratos en los que no importa tanto la apariencia física, sino la fuerza que transmiten al espectador que los contempla. Con sus pinceles perfila contornos, que acentúan el carácter, resaltando aquí y allá ojos, pómulos, manos, hombros... ¿El resultado? Una galería de personajes, a veces inquietantes, otros serenos, que se mueven en un estilo pictórico muy personal. Como Roland y Barthes, un cuadro que se expone ahora en Nueva York, y que representa a un joven rubio con ojos grandes y un cuervo en su hombro. Refiriéndose a la obra del teórico literario francés Roland Barthes, la obra reflexiona sobre los límites de la mitología.

Clara de Bobes extrae su material a partir de fotografías personales e imágenes arrancadas de revistas, periódicos e Internet. Pero sus pinturas no son una interpretación literal de sus fuentes fotográficas. A veces se alejan tanto de la realidad que apenas se reconocen. “Estaba en el autobús de Loiu y este chico estaba apoyado en la ventana. Le saqué muchas fotos, posiblemente en el resultado final no se reconozca”, asegura. Otros como Vanesa, a la que ha utilizado en muchas ocasiones de modelo, no se aleja tanto de la realidad, pero la pintora ha mirado en el interior de su mirada.

A Clara de Bobes le impresionan mucho los ojos de las personas, ojos que desnudan el alma, como los de Charlotte Rampling, que ha reflejado en un lienzo cuando ella tenía 25 años y en otro, cuando tenía 72, como testigo de cómo transcurre el tiempo. O los del arquitecto holandés Rem Koolhaas, premio Pritzker en 2000, cuya expresividad le traspasó a través de la fotografía de un periódico. O los de las jóvenes de color de tribus africanas o sus meninas. Últimamente, “los fondos de sus obras son agrietados, los hago con estuco. Son como la fugacidad de la vida”, asegura. Su obra se puede ver también en Nueva York hasta este sábado.