BILBAO. Lander, Lore, Josu y Cris editaron ayer su tercer disco, el ecléctico Tender me numb, trivial violence (El Segell del Primavera), cuyo rock indie ofrece guiños al after-punk, el pop y la electrónica. Lo presentarán hoy en el hall de exposiciones de Euskalduna Jauregia, en Bilbao, con Cecilia Payne como telonero, desde las 21.30 horas, con barra y entradas a 15 euros.
Fueron la gran esperanza indie ¿Se ven ya como un grupo consolidado en un espacio, el musical, pendiente de modas y gustos?
-No sabemos si hemos pasado de esperanza a grupo consolidado. En cada artículo te catalogan en una categoría, te identifican con un género, pero lo cierto es que seguimos haciendo lo que nos gusta, puede que con mayor conocimiento de las herramientas y del proceso, pero seguimos fiándonos de nuestros instintos.
La gira pasó por países anglófilos y también latinoamericanos, como México, y orientales como Japón. ¿Qué fue lo más especial que vivieron?
-Cada sitio ha sido especial, pero es verdad que estar en México, tan lejos de casa, y ver cómo se va creando un público fiel, es increíble. Agradecemos muchísimo la oportunidad de colaborar con la Brigada Costa Chiapas y haber tocado en lugares insólitos como Cintalapa, Tonala y Arriaga, fracciones de México muy auténticas, que nos han acogido con todo el cariño.
¿Cómo y cuándo las canciones nuevas? ¿Nacieron durante la gira o necesitan tranquilidad para crear?
-Las canciones tienen ya más de un año, no dejamos de sacar temas y muchas ya estaban en marcha cuando publicamos el disco anterior, Hamen. A día de hoy ya estamos con temas nuevos, pero en nuestro proceso también tiramos mucho del directo, de ver cómo funcionan e ir añadiendo modificaciones, y no disponemos de mucha tranquilidad así que compaginamos giras y composición simultáneamente.
El disco se grabó en septiembre. ¿Se ha retrasado la edición o estaba así previsto?
-Se retrasó porque surgió la gira internacional del pasado otoño y no nos parecía el momento de sacarlo. Una vez recargamos pilas en Navidad, consideramos la fecha del 23F por su potencia obvia y porque así nos daba tiempo a preparar una presentación en condiciones totalmente autogestionada en Bilbao.
Han optado por ofrecer un sonido crudo, de directo. Quizás por ello está ahí, muy presente, su técnico en los conciertos, así como el sistema analógico, menos pistas... ¿Se ha tenido que trabajar más antes de acudir al estudio o no?
-Antes de ir al estudio Atala, en Bera, con Iñigo Irazoki (que efectivamente sabe perfectamente cómo nos gusta sonar), sabiendo que sería una grabación en analógico, pulimos muy bien los ensayos de las estructuras de cada tema y sus elementos. Justamente saber que no vas a tirar de cortes o de edición y que las primeras tomas son las que más molan, por su frescura, hace que tengas los deberes hechos para grabar.
El título muestra el contenido de las letras del disco ¿no? Son una especie de posicionamiento contra la violencia y sus diferentes manifestaciones.
-Elegimos esa frase como título porque nos parecía que resumía bien el contenido del disco, que refleja distintos aspectos en torno a la violencia. Render me numb (podría traducirse como “hazme insensible”) señala la responsabilidad de los medios en aletargar las mentes de nuestra generación. Finalmente, esto reúne cada crítica del disco, puesto que todos son temas presentes en las noticias y en la conciencia colectiva.
Maronda decían hace unos años que “la política es un tema tabú en el indie”. Es un hecho que últimamente se está ‘socializando’ o ‘politizando’. Hay ejemplos muy claros, incluso con bandas que venden bastante como Amaral, Vetusta, Nacho Vegas o León Benavente. ¿Se ha perdido el miedo, se ha ganado conciencia?
-En nuestro caso ha sido más bien el paso del tiempo con el grupo y el darnos cuenta de que no mucha gente de nuestra edad tiene la oportunidad de pronunciarse, ya no solo con lo que crea sino en entrevistas. Poder hablar y que se te escuche lleva implícita la responsabilidad de ser mínimamente coherente con tu manera de pensar, aceptando que eso pueda exponerte a críticas.
Hoy en día existe barra libre en las redes sociales.
-Antes pensábamos que había que separar las cosas, que siendo músicos no tendríamos que hablar de lo que no fuese música, pero es absurdo. Pertenecemos a un contexto y la música nos ha llevado (entre otras cosas) a formar parte del sistema que criticamos. A entender tus contradicciones y aun así, a mojarte.
Su alegato (“no soy una riot grrrl”, dijo) contra el sexismo de la prensa musical estatal y su reivindicación de un trato igualitario (ni mejor, ni peor) de la mujer-músico al de sus compañeros masculinos ¿Fue el germen de esta toma de postura en las letras?
-El germen de la toma de postura ya estaba ahí, pero hacía falta tiempo y aprendizaje para verbalizarlo. La toma de conciencia política de cada uno o una de nosotros se ve reflejada en lo que hacemos, como siempre decimos, nuestra música es visceral y sincera.
El grupo prosigue con esa cierta indefinición estilística que lo caracteriza. Hay canciones rugosas y eléctricas, toques electrónicos y bailables, temas más elegantes y pausados, siempre un claro aliento pop en melodías y estribillos... ¿Surgen así las canciones, se busca ese eclecticismo, responde a sus gustos...?
-Responde tal cual a nuestros gustos, lo mismo estamos escuchando a UB40 que a James Blake, a Itoiz que a Abba, a Dream Wife que a Renato Carossone; y esto sólo son ejemplos de lo que puede sonar en la furgo, luego ya cada cual por su cuenta puede ser aún más ecléctico. Ni nos dábamos cuenta de que los temas que íbamos sacando eran tan distintos entre sí, pero al final asumimos que eran el fruto de guiarnos por lo que nos apetecía en cada momento, sin querer tirar para un lado, renunciando a otros estilos. Creemos que algunas de las propuestas musicales más interesantes justamente son tan potentes porque mezclan bien los géneros.
‘Over the edge’ me recuerda al post-punk de Joy Division.
-Es la más post-punk del disco, tienes razón. A un amigo nuestro le recuerda a The forest, de The Cure, y parece que dio en el clavo.
El disco lo edita El Segell, impulsado por el festival Primavera Sound. Tres discos largos, tres sellos diferentes. ¿Culos inquietos?
-Culos inquietos sí, pero en cuanto a contratos editoriales, sólo tratamos de preservar nuestra autonomía y poder de decisión, a la vez que delegar en quien pueda llegar a donde nosotros solos no podemos en lo que concierne a la distribución. La colaboración, como en este caso, es la fórmula que más nos conviene, por eso creamos nuestro propio sello con el que editamos nuestros dos EP’s en 2014 Hamen salió co-editado con Mushroom Pillow, en 2016, y el actual, con El Segell.
El concierto en Bilbao abre la gira. ¿Qué expectativas tiene el grupo tras el éxito de ‘Hamen’ y sus conciertos?
-Esperamos que el concierto de Bilbo sea memorable para todos los asistentes; para el grupo lo será, sin duda. Las expectativas siempre serán mejorar como grupo, seguir sacando temas que nos hagan sentir orgullosos y que la música pague el alquiler algún día.
¿Cómo se valora el hecho de que estos próximos conciertos se inicien en Euskalduna Jauregia, un lugar alejado habitualmente de música como la de Belako? ¿Es un triunfo? ¿Y especial al ser en casa?
-Es una manera de mostrar el avance del grupo, así le damos a la presentación del disco el marco que se merece, porque tocar en casa siempre es especial. Siempre nos pone de los nervios y a la vez es lo más gratificante, ver a familia y amigos disfrutando con nosotros. Y el montaje audiovisual que hemos preparado no dejará indiferente a nadie.
“Antes pensábamos que siendo músicos no debíamos hablar de lo que no fuese música, pero es absurdo”
“Esperamos que el concierto de Bilbao sea memorable para el público; para el grupo lo será, sin duda”