zARAGOZA no fue jamás un paisaje difuso para Francisco de Goya. Se fue a Madrid a cumplir su sueño de convertirse en pintor de la Corte, aunque su infancia y sus raíces ocupasen buena parte de sus pensamientos. La correspondencia que mantuvo con su buen amigo Martín Zapater, dan constancia, por una parte, de su sueño alcanzado -llegó a ser pintor del rey en 1786 y más tarde, primer pintor de cámara, en 1799- y por otra, de la nostalgia que sentía cuando se refería a su ciudad. Precisamente estas misivas son el hilo conductor de la exposición Goya y la corte ilustrada, porque han permitido conocer el desarrollo profesional del pintor aragonés en las Cortes de Carlos III y Carlos IV y saber, de primera mano, la personalidad profunda, humana y pura que manifestó en el ámbito cortesano que rezumaba competitividad.
Tras su paso por CaixaFórum Zaragoza, el Bellas Artes acoge hasta el 28 de mayo esta muestra -coorganizada por el Museo Nacional del Prado, la fundación bancaria La Caixa y el Museo Bellas Artes de Bilbao- que reúne 96 piezas en total y que tiene como objetivo mostrar de forma monográfica los años de Goya como pintor de la Corte. De las obras exhibidas, destacan los óleos La gallina ciega, La vendimia o El Otoño, y El Pelele.
Es la primera exposición dedicada al pintor que se hace en Bilbao, por lo que se ha añadido una sección especial sobre la extensión de la Corte al País Vasco entre finales del siglo XVIII y principios del siglo XIX, que incluye 11 retratos a personajes vascos y navarros, como Pantaleón Pérez de Nenín -recientemente restaurado, una de las novedades de esta muestra- o Martín Miguel de Goicoechea. A los cuadros que pintó Goya, se les suma un conjunto de obras de otros pintores importantes de la Corte como Paret, Maella o Ramón Bayeu.
Miguel Falomir, director del Museo Nacional del Prado; Ignasi Miró, director del Área de Cultura de la Fundación Bancaria La Caixa; Manuela B. Mena y Gudrun Maurer, jefa de Conservación y conservadora, respectivamente, del Área de Pintura del siglo XVIII y Goya, del Prado; y Miguel Zugaza, director del Bellas Artes, asistieron a la presentación que se celebró ayer. Mena fue quien destacó la “larga preparación” que ha tenido la muestra. Contó que, al principio, pensaron mucho en “cómo se podía presentar a Goya, a su correspondencia y a las pinturas del resto de los artistas sin que aquello fuera un disparate”. Mena subrayó el trabajo en equipo que ha propiciado “un montaje precioso” aquí, en Bilbao.
seis secciones Goya y la corte ilustrada establece un itinerario con seis paradas: Zaragoza/Corazón/Zaragoza/Zaragoza; Goya y Madrid, 1775. La caza -esta sección la conforman los cuadros en su etapa cuando llegó a la Corte de Carlos III, invitado por su cuñado, para colaborar en los cartones para tapices con temas de caza para El Escorial-. Después de dar el paso más difícil, le encargaron dos nuevas series de cartones y tapices de los cuales hay algunos ejemplos en esta muestra, como La novillada. “Intentó ser pintor del rey en un primer paso, pero no lo consiguió porque la competencia era elevada. Goya tuvo que derivarse hacia otro tipo de clientela para poder mantenerse en la Corte, hacía retratos de forma independiente”, explicó. Más tarde, llegó a realizar su sueño. La corte ilustrada: puntos de encuentro; La amistad y el éxito; El refinamiento femenino en el siglo XVIII y Retratos de vascos y navarros son las demás secciones que se encontrará el público que visite la exposición.
“Hemos pretendido que se vea sobre todo el gusto por la unión de las clases sociales en el siglo XVIII. Los nuevos reyes no están a una altura elevada, sino que favorecen esa unión. Vemos el entronque de la aristocracia y de los majos y majas que representan al pueblo en Madrid”, explicó la jefa de Conservación. Del mismo modo, apuntó que esa mezcla de clases también puede observarse en las obras de otros pintores. Mena mencionó la obra Vista de Bermeo. “Hay un intento de dignificación del pueblo: los pescadores vestidos con gusto mezclándose con una clase más elevada. Ha sido una incorporación excelente”.
Retratos Miguel Zugaza anunció ayer que una de las secciones iba a ser “un capítulo especial” dentro de esta muestra. Se refirió a los retratos que pintó Goya de “personalidades vascas y navarras” en el siglo XVIII. Mena destacó “las figuras de gran poder” del mundo político, comercial y militar como puede observarse en los retratos Miguel de Múzquiz y Goyeneche, marqués de Villar de Ladrón y conde de Gausa; El general don José de Urrutia y Pantaleón Pérez de Nenín.Francisco de Goya ha terminado siendo lo que el poeta Manuel Quintana dijo de él en una dedicatoria impresa en uno de sus libros que regaló a su amigo pintor: “Goya, tú serás en el futuro el artista por el que vendrán del extranjero a ver tus obras, y además, serás como el nuevo Rafael, los artistas tomarán de ti, serás el ejemplo para el arte del futuro”. Quintana fue un visionario.
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