La biografía de Paul McCartney: detrás del genio
Una extensa biografía de 800 páginas muestra el lado más inseguro y perfeccionista del músico británico
MÁS allá de una obra puramente musical, Paul McCartney. La biografía sobresale desde hace pocas semanas en las librerías como manual clave para entender el siglo XX, el del estallido de la cultura popular, a través de 800 páginas de flaquezas y triunfos que humanizan a uno de sus más grandes genios. “He logrado revelar a un Paul McCartney muy diferente de la imagen que el mundo tiene de él: un adicto al trabajo y perfeccionista que, a pesar de su amplia fama, ha sido subestimado por la historia y que, pese a su genio indudable, es, a su manera, tan inseguro y vulnerable como su aparente antítesis total, John Lennon”, apunta su autor, Philip Norman.
Así consta en el epílogo de este libro editado en español por Malpaso y escrito por la misma persona que en 1981 convirtió en un best seller su retrospectiva de los Beatles, ¡Gritad!, al que muchos achacaron “una excesiva glorificación” del compositor de Imagine en detrimento de Macca. Célebres son unas declaraciones en televisión en las que afirmó que Lennon, fallecido poco antes, había constituido en realidad “tres cuartas partes” del talento de los Fab Four, minusvalorando la aportación del autor de, por ejemplo, Yesterday o Hey Jude.
“Todos aquellos años que había pasado deseando ser él me habían dejado la sensación de que, de alguna manera poco clara, necesitaba vengarme”, reconoce Norman en el prólogo de este relato que cuenta, para su sorpresa, con la “aprobación tácita” de McCartney. “Gracias por tu mensaje. Con gusto te doy mi aprobación tácita y tal vez Stuart Bell pueda ayudarte. Cordialmente, Paul”, le dijo el músico. Así pues, “no autorizado pero tampoco disuadido” y, sobre todo, “sin intentar ejercer ningún control editorial sobre el resultado”, Norman contó con un acceso privilegiado a miembros de la familia y al círculo de amistades del biografiado. Además del sexo, con un prolijo recuento de aventuras entre sus páginas, Norman recrea su relación con las drogas, que derivó en un mediático arresto en 1980 por posesión de cannabis en el aeropuerto de Tokio y en el reconocimiento público de que consumía LSD.
Once personas han revisado en busca de errores factuales un relato que arranca con el primer encuentro personal entre el autor y el protagonista. Fue a mediados de los 60, en pleno apogeo de los Beatles, cuando durante una charla con Macca este le permitió sopesar su célebre bajo Höfner modelo violín. El mismo instrumento volverá a reunirlos casi 50 años después, tras centenares de páginas, en su segundo encuentro personal poco antes de la conclusión de este volumen al que, como a los largos conciertos de Macca, aún le quedan por lo menos “seis canciones más”.