bilbao - Garikoitz Mendizabal (Zestoa, 1973) es el actual director de la Banda Municipal de Txistularis de Bilbao, pero también tiene su particular trayectoria como intérprete. El domingo estará en el Teatro Arriaga, a las 19.00 horas, con el espectáculo Artxipielagoa, donde se une a otros profesionales del ámbito cultural de Euskadi con el objetivo de dar a conocer el cancionero vasco clásico y actual.
¿Cómo le llegó la propuesta para participar en ‘Artxipielagoa’?
-Me llegó del músico Germán Ormazabal. Nos conocemos desde hace mucho tiempo, y me contó que tenía algunas inquietudes. Me comentó esta propuesta e inmediatamente empezamos a valorar qué tipo de compañeros de viaje podíamos tener, y una cosa nos llevó a la otra. Él tenía predilección por la soprano Ainhoa Garmendia, que a su vez trabaja asiduamente con el músico Pello Ramírez. Yo creía que el proyecto tenía que tener un hilo conductor, y eso lo podía hacer perfectamente el bertsolari Andoni Egaña, y entre todos fuimos formando Artxipielagoa.
¿Cómo es tocar el txistu acompañado de la voz de una soprano?
-Hemos tenido que hacer un ejercicio de adaptación. Una soprano tiene un timbre de voz que, según en qué registros estés tocando el txistu, se puede poner a tu par. Ha sido interesante para que yo busque otro tipo de formas de tocar. Es bonito ver que el txistu puede tener un papel positivamente secundario, no siempre tiene que ser el protagonista. Estamos acostumbrados a oír este instrumento en las danzas, donde es el alma mater, donde manda entre comillas. En Artxipielagoa tengo varias maneras de tocar, y no en todas el txistu es el sonido principal.
Uno de los objetivos de este espectáculo es que se recupere la afición por cantar en grupo, ¿cree que la hemos perdido por completo?
-Estamos en un mundo muy individualizado y mediático. Esa forma de cantar por cantar se va perdiendo poco a poco. Es sintomático que en los últimos años se hayan puesto en marcha iniciativas en las que la gente sale a la calle a cantar. Eso es bonito, pero parte de una reflexión que algo de verdad tendrá. Aquí se ha cantado mucho, es una costumbre que tenemos muy dentro en la sociedad vasca, pero seguramente habrá ido desapareciendo y por eso aparecen estas propuestas. Nosotros ponemos nuestro granito de arena en clave de espectáculo en un teatro, y el público ha respondido, porque la gente ha venido a cantar.
¿Le resulta difícil compaginar su trabajo como solista con el de director de la Banda Municipal de Txistularis de Bilbao?
-A veces se complica un poco. Soy consciente de que mi prioridad es ser director de la Banda Municipal de Txistularis de Bilbao, es algo que llevo con orgullo allá donde voy. Por otro lado, tengo la vocación y ambición de salir fuera para que se dé a conocer todo el potencial interpretativo que tiene este instrumento. A veces puede haber complicaciones de agenda, pero lo compagino muy bien.
Dice que es necesario indagar y explorar más en el txistu, ¿qué cree que se está haciendo para conocer nuevas facetas de este instrumento?
-Quienes terminan la carrera tienen que plantearse dónde situarse. Muchos optan por la enseñanza y otros se dedican a la interpretación. Yo escogí este último camino. Creo que todavía la gente desconoce todo el potencial interpretativo que tiene el txistu. Experimentar e indagar se hace tocando cosas diferentes y dedicando tiempo. El txistu puede tener registros diferentes, puede sonar en la calle, en conciertos de cámara, en un recital de jazz... Lo importante es hacer buena música y eliminar prejuicios. Hace tiempo que el txistu es una enseñanza oficial en el conservatorio, y ya es rutinario que toque con cualquier instrumento. Debemos seguir en ese mismo camino, porque el txistu nunca habrá estado de moda, pero nunca pasa de moda.
Dice que quiere llevar el txistu a todos los rincones, ¿qué caminos tomará ahora?
-Trabajo diariamente en la Banda de Txistularis de Bilbao y estoy tocando con Aitor Furundarena en el espectáculo 2 Poliedro. También estoy buscando nuevas obras musicales para que, dentro de un tiempo, vean la luz en un nuevo trabajo.
“Con ‘Artxipielagoa’ queremos poner un granito de arena en clave de espectáculo para recuperar la afición vasca de cantar”