Mon Laferte (Viña del Mar, 1983) es una de las voces emergentes y de moda en el mundo latino a pesar de no tener nada que ver con el machacante y ubicuo reggetón. Le ha costado, pero con su cuarto disco, La trenza (Universal), que mañana opta a cinco Grammy Latinos, ha logrado el reconocimiento que merece su obra, que ha virado del rock a un pop respetuoso con la tradición folk de su continente con el aval de Juanes, Bunbury y Jorge Drexler, con quienes ha colaborado.
De momento, Euskadi se queda fuera de la presentación estatal de Mon (Monserrat Bustamante en su DNI), ya que solo actuará en Madrid y Barcelona los días 18 y 21 de noviembre. Allí presentará La trenza, un CD que ha situado en el mapa global a esta chilena afincada en México y que viene de arrasar en tres actuaciones en el Auditorio Nacional de México D. F. y otras tantas en Monterrey, con las entradas agotadas.
Mon vive su momento de gloria en este final de año con estos conciertos, su nuevo disco y el reconocimiento de la industria al convertirse a aspirante a cinco Grammy Latinos (Álbum del Año, Mejor Álbum de Música Alternativa y mejor Grabación, Canción y Canción Alternativa del Año por Amárrame) en la ceremonia que tendrá lugar mañana.
A pesar de contar con tres discos previos, pocos conocían a Laferte. Siendo joven, hace alrededor de una década, abandonó Chile para establecerse en México, “un lugar familiar”, y para “cantarle al mundo”, explicó a Efe. De naturaleza masoquista, reconoce que “aprendí a golpes” en esta aventura, y que le costó abrirse en las canciones para exponer sus sentimientos. “Me sigue pasando, me da mucha vergüenza”, asegura.
Su carrera, alentada por la búsqueda de “historias fantásticas, como de película”, arrancó en 2011 con Desechable, un debut moderno y deudor del rock, con un dueto con Solange (hermana de Beyoncé) y guitarras eléctricas, que dejó espacio a los sintetizadores en su continuidad. Con el tiempo, su estilo se ha ido depurando (abriéndose al folclore latinoamericano con charangos, quenas, zampoñas...) y ahora, tras el magnífico Vol. 1, Laferte busca la proyección global tras firmar con Universal.
Cuenta Mon que su título, La trenza, tiene origen en una historia latinoamericana que asegura que cuando las abuelas trenzan el cabello a sus nietas, les desaparece la tristeza y se mantiene en el pelo. El álbum, que se pasea en su lírica por la felicidad del enamoramiento, la nostalgia, la distancia, el desamor de la pérdida o la paternidad, se cierra con el bolero La trenza, que dedica a su abuela. Intentó ser cantante, sin éxito, pero tuvo visión de futuro, ya que su nieta se pone en su lugar al cantar “cuando te escucho cantar/yo sé, una estrella serás, la que más va a brillar”.
En ello está; y tiene mimbres para ello. Los nuevos aires se evidencian desde el arranque con la acústica Pa’ dónde se fue, con su aroma de ritmos andinos propulsados por unos arreglos de metales (saxo, clarinete, flautas...) excelsos que se reparten en muchos cortes. Esa indagación folk (con contrabajo) prosigue en Yo te qui, un vals peruano, en los ecos brasileiros de Que sí o en la cumbia Amárrame, con Juanes y una letra que raya el bondage.
Con Bunbury borda el pop en Mi buen amor y sin ayuda en Primaveral; retoma el sonido ye-yé con Ana, del grupo peruano de los 60 Los Saicos; se marca un ska vacilón aunque simple en No te fumes mi mariguana y araña emociones con la La trenza, la folky y acariciante Cielito de abril (con apoyo de la voz susurrada del peruano Manuel García, ex Mecánica Popular) y la nostálgica Flaco, con una novedosa armónica.
los grammy Laferte puede sacar la cabeza en los Latin Grammy Awards de mañana. A priori, el triunfador puede ser el magnífico y experimental debut de Residente, ex vocalista del dúo Calle 13, aunque también aspiran a premios otras voces rebeldes e inconformistas, caso de la rapera cubana Danay Suárez, la flamenca Rosalía, el brasileño Lucio Silva Souza, el rapero estatal Kase O o el inconformista grupo mexicano Café Tacuba. Eso sí, las imágenes televisivas y los titulares serán para Maluma, Shakira y Luis Fonsi con su Despacito compartido con Daddy Yankee.