OK Computer (XL Recordings) es, para muchos, el disco clave de la década de los 90, además de uno de los más influyentes de la historia. Supuso la liberación total de Radiohead, grupo británico que se negó a crecer al amparo del rock épico de U2 y supo desplegar, desde 1997, un corpus propio marcado por la experimentación y la heterodoxia.

Esa obra cumbre sobre la alienación del ser humano se reedita ahora con el añadido de caras b y tres canciones inéditas. Radiohead llevaban 12 años de carrera cuando entraron a grabar su tercer disco, bajo el liderazgo del atribulado Thom Yorke, su vocalista. Habían logrado cierto éxito con la canción Creep, incluida en su debut, Pablo’s honey, y a la que renunciaron hace muchos años. Tras el posterior The Bends (buen y accesible álbum con gemas como High and dry), llegó la hora de los británicos con un trabajo que aunó valentía musical y una profundidad lírica y metafórica en canciones hoy inolvidables.

A caballo entre los estertores del brit-pop de Oasis y Blur, el grunge (por la angustia existencial) y con características compartidas con el rock alternativo de Pixies, OK Computer abrió una vía nueva entre el pop, el rock, la música orquestal, el art-rock y la electrónica. El disco se grabó en una mansión propiedad de Jane Seymour, con las canciones registrándose en primeras tomas -ante la atenta mirada del productor Nigel Godrich, inseparable desde entonces-, y añadidos posteriores en Abbey Road, principalmente su sección de cuerdas.

Angustia existencial La angustia, la incomunicación y la alienación ante el poder, el trabajo y la tecnología, y hasta la denuncia política, aunque expresada de una manera novedosa. Ese es el carburante del disco. Yorke parte de esa angustia vital propia para proyectarla al ámbito social, adelantándose a la posterior supremacía de internet, las autopistas de la información y las plataformas sociales.

¿Obra maestra o pretenciosidad indie? La polémica siempre acompaña a los grandes. Así ha sido con Radiohead hasta la fecha, cada vez que iba editando discos, aliándose con el free jazz, los sonidos progresivos, la electrónica... y creando nuevas maneras de comunicarse con sus seguidores; incluso ofreciendo su música de manera gratuita... a cambio de la voluntad.

Su discográfica lo reedita tras remasterizar sus doce canciones, siempre con el inolvidable Karma Police al frente, el esqueleto del disco, su tema vigía sobre el poder con esa coda final en alto. Paranoid android se muestra opresivamente bella en su alternancia de lirismo y crudeza.

En las antípodas del pop comercial, el disco arranca con la tensión melancólica y los sintetizadores de Airbag y concluye con The tourist. Entre ambas, sobresale la psicodelia de Subterranean homesick alien, inspirada en Dylan; baladas como Exist music (for a film) y, sobre todo, No surprises; el crudo recitado de Fitter happier; la rockera Electioneering y la melodía pop de Let down.

Un disco angustioso que, al final, deja espacio para la esperanza en Lucky, y que en esta amplia reedición -una caja incluye vinilo, una cinta con demos y tomas de las sesiones, un libro con notas de Yorke, etc.-, ofrece tres temas inéditos, con la marcial e hipnótica I promise al frente, la atmosférica Man of war y la enérgica Lift; además de caras b sorprendentes como el instrumental electrónico Meeting in the Aisle.