Bilbao - El famoso saxofonista y clarinetista polaco traslada al mundo del jazz y la improvisación la obra del músico clásico de su país. “Si Chopin viviese en nuestro tiempo, sería un músico de jazz”, explica.

¿Cómo surge el proyecto de revisar a Chopin? No sé si el término ‘revisar’ es el adecuado.

-El proyecto en realidad no es mío, lo empezó un amigo, Jan Jarczyk, pianista polaco que vivía en Canadá y que murió hace tres años. Yo participé en él y ahora sigo desarrollándolo. Surgió con la celebración del bicentenario del nacimiento del que ha sido el más grande músico polaco. Lo presentamos en Polonia, Alemania, Francia, Canadá y Estados Unidos.

Será estreno estatal en Getxo, ¿no?

-Recuerdo que intenté tocarlo en España y envié un MP3 y toda la información a los diversos festivales. Solo recibí respuesta de uno, del Festival de Jazz de Barcelona. Me decían que lo sentían mucho pero que no programaban música clásica (risas). O sea, ni siquiera escucharon lo que les mandé.

¿El aficionado reconocerá extractos de su obra?

-Diría que es una interpretación de Chopin porque lo hacemos a nuestra manera y por supuesto, no tocamos obras enteras porque en el jazz lo esencial es la improvisación. Nos inspiramos en las increíblemente bellas melodías de Chopin, aprovechamos la armonía y la estructura básica de sus obras, e improvisamos.

¿Qué destacaría de la obra de Chopin, es fácilmente adaptable al jazz?

-Sus composiciones se adaptan fácilmente precisamente porque sus armonías provienen de la época del Romanticismo, en la que se ha inspirado todo el jazz. En Polonia solemos decir que si Chopin viviese en nuestro tiempo, sería un músico de jazz porque le gustaba mucho la improvisación. Se sentaba al piano e improvisaba horas y horas.

¿Qué experiencia personal tiene con su obra?

-Chopin es muy importante para los polacos. Nos reflejamos en su música, por lo romántica que es, y exaltada, en el buen sentido de la palabra. Refleja nuestro temperamento, nuestro paisaje. Siempre me emociona.

¿Qué repertorio ha elegido y por qué?

-Vamos a tocar partes de una selección de obras muy conocidas de Chopin: mazurkas, preludios, valses... Creo que el público fácilmente las reconocerá porque cuando me gusta algo de música que no es mía intento dejar lo que es esencial y lo que me ha inspirado para tocarla.

Usted es polaco pero lleva en Euskadi tres décadas...

-Sí, vivo en Bilbao desde 1984; o sea, ya más de treinta años. Soy medio vasco y medio polaco, una mezcla tremenda (risas). Llegue aquí porque mi mujer obtuvo un contrato con la BOS y me quedé, aunque sigo viajando por todo el mundo.

Sus colaboraciones con orquestas son bastante habituales. ¿Le gusta la música clásica tanto como el jazz?

-Tengo toda la carrera universitaria de música clásica, con especialidad en clarinete. Y me gusta tocarla, pero también disfruto con el rhythm&blues, soul, funk, rock... He tocado y grabado durante mi vida. incluso con grupos de heavy.

Sus colaboraciones con La Orquesta Mondragón y Mecano, entre otros, son muy conocidas. Y ha participado en algún homenaje a Elvis también.

-Es que aportan mucho a la hora de crear tu propia personalidad. Cada estilo tiene muchas cosas interesantes y exige mucha dedicación. De hecho, yo me interesé por el jazz gracias a Ray Charles, James Brown, Stevie Wonder, Earth, Wind & Fire... Ahí había muchos músicos de jazz. Y tocar en grupos de rock y pop me ha aportado mucha disciplina rítmica y precisión.

¿Y qué proyectos tiene a corto medio plazo?

-Tras el concierto de Getxo, iré a tocar a Polonia y a Donostia. En agosto lo haré con Iñaki Salvador, en formato de dúo, en el Guggenheim, y en septiembre tengo un concierto especial en mi ciudad natal, Zdunska Wola, donde interpretaré un concierto para saxofón con la Orquesta de la Radio Polaca de Varsovia. Por cierto, que este año me han nombrado embajador cultural de mi localidad. Y ya en otoño, iré a Canadá.