bilbao - En 1996, la Diputación de Bizkaia y el Gobierno vasco, a través de la Sociedad Tenedora, adquirieron las primeras obras para configurar la colección propia del Guggenheim Bilbao. En la actualidad, el museo bilbaino posee 130 obras de 74 artistas, valoradas en 807 millones de dólares (729 millones de euros). El último informe exterior de una prestigiosa empresa de arte, realizado en 2015, considera que los fondos artísticos del Guggenheim se han revalorizado en casi siete veces el costo de la inversión inicial de 110 millones. Una buena noticia para el museo bilbaino, que cumple este año sus primeros veinte años de vida.
Cada tres años se elabora una tasación de las adquisiciones realizadas desde el inicio del proyecto museístico. En junio de 2012, la valoración (sobre 124 obras) fue de 587 millones de dólares, es decir, 443 millones de euros, cuatro veces el importe de la inversión.
El director general del Museo Guggenheim, Juan Ignacio Vidarte, en la presentación de la programación del veinte aniversario, anunció que en tan solo tres años la revalorización de los fondos artísticos ha sido muy significativa. Hay obras que se han multiplicado por cuarenta, cincuenta o sesenta.
Según pudo saber DEIA, la obra más cara de la Colección es Sin título, de Mark Rothko (1952-53), un monumental lienzo de más de tres metros de alto, que está tasado en 156 millones de dólares frente a los 3,5 millones en los que fue adquirido; es decir, ha multiplicado su valor por 44. En los tres años transcurridos desde el anterior informe ha duplicado su precio. Se trata de la primera pintura mural del artista del expresionismo abstracto y se ha convertido en una de las “obras maestras” de la colección del museo.’
El conjunto escultórico La materia del tiempo, de Richard Serra, está valorado en 75 millones de dólares. La instalación está constituida por siete enormes esculturas que el Guggenheim Bilbao encargó al artista estadounidense, que se unieron a Serpiente (Snake, 1994-97), y se encuentran instaladas de forma permanente en la sala más grande del edificio de Frank Gehry. El Guggenheim pagó 20 millones en 2004 cuando encargó el conjunto escultórico al artista norteamericano.
Otra de las joyas de la colección es 150 Marilyns multicolores, de Andy Warhol, cotizada en la actualidad en 70 millones de dólares. De más de diez metros de ancho, es una de las piezas más grandes de esta serie y presenta a uno de los personajes famosos más conocidos del artista. Puppy, la obra de Jeff Koons que custodia el museo, está valorado en 54 millones de dólares; lo que significa que ha multiplicado por 45 su precio de compra, ya que se adquirió por 1,2 millones. El artista estadounidense pulveriza todos los récords de precios en las subastas.
Durante una visita a Bilbao, para presentar su retrospectiva, Koons confesaba que “Puppy se ha hecho muy popular en todo el mundo. A muchas ciudades les gustaría tener uno, pero hoy en día solo existe una copia de esta escultura en Connecticut. Con el paso de los años me he dado cuenta de hasta qué punto Puppy ha sido importante para Bilbao, se ha convertido en un símbolo de la vida cultural y de la identidad de la ciudad junto con el museo. Para mí es un honor”. Su otra obra, Tulipanes, está tasada en 34 millones de dólares.
nómina de artistas Pero, no sería justo solo hablar de resultados económicos. El museo ha conseguido reunir una colección propia, consistente, y en algunos aspectos casi excepcional, con algunas de las obras claves de los más prestigiosos artistas internacionales como De Kooning, Motherwell, Basquiat, Rosenquist, Kiefer... La nómina incluye también a cuarenta artistas vascos, que aportan alrededor de un tercio de las piezas que atesora el museo, entre los que se encuentran Oteiza, Chillida, Cristina Iglesias, Ibon Aranberri, Pello Irazu, Koldobika Jauregi, Lazkano, Maider López, Itziar Okariz, Pérez Agirregoikoa, Txomin Badiola, Sergio Prego y Asier Mendizabal, entre otros.
La crisis afectó a las aportaciones institucionales, que tuvieron que reducir la partida asignada a compras de obras de arte, aunque existe el compromiso de retomarla.