EL KuboKutxa donostiarra presenta la obra del escultor valenciano Miquel Navarro (Mislata, 1945), comisariada por Dolores Durán, compuesta por cuatro instalaciones de sus ciudades, así como fragmentos y dibujos individualizados de su proceso escultórico reconocido internacionalmente.

Su obra de carácter mediterráneo y fálico posee una marcada tendencia a lo vertical, que se contrapone al carácter horizontal que ofrecen sus ciudades, que cual piezas de un lego o mecano, componen sus obras. Ciudades compuestas por módulos cerrados-abiertos, materiales orgánicos-industriales, colores-incoloros, tranquilos-agresivos, que parten de sintaxis cubistas, constructivistas, surrealistas y metafísicas, en las que autores como Chirico, Picasso, Brancusi y Egipto, le sirven para articular su propio cosmos que hunde sus raíces en las chimeneas de las fábricas industriales de Mislata, situadas frente a su estudio-taller valenciano. Por cierto, resultó una gozada hace unos años visitarlo.

En La ciudad (84-85), y Ciudad roja (94-95) de terracota, zinc, y refractario, basadas en la arcilla roja y en el hierro colado, y en Entre muros (2000), con módulos cada vez mas cerrados e industriales, hasta su punzante Placón (2011) más agresiva y tecnologizada, hay una progresión coherente, siempre hermética y sofisticada. Y siempre, en medio el obelisco del poder y de las inmobiliarias, la falocracia de la destrucción y la guerra. El carácter serial y cinético de sus módulos, las texturas naturales de los propios materiales, y la altura en la que coloca al observador de sus ciudades hacen el resto en una escultura ubicada en el suelo, de carácter lúdico y tecnológico.

Su obra es al mismo tiempo sencilla, conceptual y sofisticada. Fácilmente comprensible por los niños y por los intelectuales. Quizá por ello ha entrado con facilidad en los circuitos de museos y colecciones de los continentes europeos, americanos y japoneses. Su obra puede verse en los Museos Guggenheim Bilbao y en el Artium de Gasteiz.