EMBALAJE de instrumentos, músicos charlando sobre lo acontecido, un auditorio principal a rebosar, reencuentros familiares... El Palacio Euskalduna vivió ayer las últimas horas de la decimosexta edición del festival Musika-Música, un evento cultural que este año ha superado de largo la barrera de las 30.000 asistentes. En total, 850 músicos profesionales han tomado parte en 75 conciertos en sala y 24 en el Kiosko, además de 880 alumnos de conservatorios y escuelas de música, 40 expertos como colaboradores específicos y 2.5000 escolares. Todo un ejército al servicio y disfrute de la cultura que ha hecho disfrutar a miles de personas desde el pasado jueves hasta ayer, día de su clausura, en el reputado centro de congresos bilbaino.
“Este festival es un milagro para la cultura de nuestro entorno. Me cuesta creer que se pueda realizar un evento de estas características”, ensalzó nada más terminar su concierto Daniel Lorenzo, director de orquesta del conservatorio Rafael Frühbeck de Burgos, y que cuenta con una amplia experiencia en el festival fruto de su presencia en el mismo a lo largo de la última década. “El año pasado actuamos en el auditorio principal y fue una experiencia impresionante. Eso, unido al trato que recibimos, son esos detalles que marcan la diferencia”, agregó.
Sobre esta línea, Lorenzo agradeció la presencia del público. “Muchas veces los políticos no se dan cuenta de los rentable de la inversión de un evento de estas características. Sin embargo, aquí en Bilbao, es como un oasis en ese sentido, queda demostrado la cantidad de personas que vienen y que hacen gasto en la ciudad gracias a Musika-Música”, añadió.
Un claro ejemplo de esto fueron las numerosas familias procedentes de Burgos que acudieron ayer a ver el concierto de los 73 alumnos del conservatorio burgalés. Uno de los protagonistas de la actuación fue el solista Adrián Rioja. “Llevo desde los 8 años estudiando música y me gustaría labrarme una carrera profesional”, explicó acompañado de su familia, que vino desde Burgos para ver su actuación. “Hemos pasado el día por Bilbao viendo el Guggenheim y el entorno de la ría y estamos encantados”, señalaron sus padres Víctor Manuel Rioja y Esperanza Herrero.
En este sentido, Musika-Música ha contado con la participación de un público variado y plural, que ha sido protagonista en los diferentes eventos programados, como los talleres infantiles, conciertos para familias, conferencias y mesas redondas. “Los talleres infantiles y los conciertos para familias han sido todo un éxito. Han acudido incluso adultos que iban a ver otros conciertos porque les habían hablado de la calidad de éstos y de los jóvenes talentos”, destacó Josune Ariztondo, directora de Fundación Bilbao 700, entidad organizadora de Musika-Música, con el patrocinio del Ayuntamiento de Bilbao.
Además, entre la variedad de público, Ariztondo subrayó la internacionalización del festival. “Hemos oído hablar mucho francés, un público que además tenía asientos extraordinarios, lo que nos indica que los habían reservado con antelación”, desveló al tiempo que destacó la presencia de público procedente de otras ciudades del Estado como “Barcelona o Madrid”, en su mayoría, “seguidores de los artistas”.
BALANCE Sobre esta línea, Josune Ariztondo mostró su satisfacción por el desarrollo de esta decimosexta edición. “Quiero agradecer al personal y colaboradores de la Fundación, así como a los artistas, participantes en las actividades y al público asistente en general su respuesta y gran acogida”, valoró durante el balance de esta edición. “Hacer Musika-Música es todo un reto y en esta edición lo hemos dado todo. El objetivo era poder cumplir con las altas expectativas existentes y, además de los conciertos brillantes, creo que hemos acertado con los talleres y actividades que hemos organizado este año”, subrayó.
De este modo, un dato que refleja la buena acogida que ha tenido esta edición es el recuento económico realizado en los días previos al comienzo del festival. “El 24 de febrero, una semana antes del inicio, ya habíamos sobrepasado la recaudación del año anterior, que fue de 204.000 euros”, desveló Ariztondo.
Por este motivo y dada la gran afluencia de público, como reto para la próxima edición se han fijado profundizar “en la variedad de público porque en cuanto a número, no nos caben más ”, explicó.
Una próxima edición en la que ya trabajan y cuya temática será el periodo entreguerras (1919-1939). “Se trata de un periodo interesantísimo a nivel cultural y musical, con la aparición de las primeras orquestas radiofónicas, el paso del cine mudo al sonoro... Ahora nos toca buscar una oferta buena e interesante, pero manteniendo nuestro estilo que es 90% para aficionados y un 10% para expertos que buscan novedades”, concluyó Ariztondo.