Bilbao - Como ocurriera el pasado año con Pankreas, la compañía vasca Tartean Teatroa ha vuelto a apostar por la traducción al castellano de su última producción, titulada Zergatik, Jamil? El estreno absoluto de esta nueva versión tendrá como escenario el Teatro Arriaga de Bilbao, donde podrá verse mañana y el sábado, a partir de las 20.00 horas.

Bajo la dirección de Patxo Telleria y Jokin Oregi, la obra teatral cuenta con la interpretación de los actores que encarnan a los protagonistas en su versión en euskera, Mikel Martínez y Eneko Sagardoy. Además, la puesta en escena de ¿Por qué, Jamil? se basa también en un texto escrito por el propio Patxo Telleria.

Aquellos que todavía no hayan podido disfrutar de la versión original en euskera, que se encuentra actualmente de gira por distintas localidades de Euskal Herria, podrán hacerlo hoy, un día antes del estreno en castellano. El teatro bilbaino ofrecerá una sesión a partir de las 20.00 horas.

Una Historia de personajes ¿Por qué, Jamil? resulta un thriller atípico en el que el muerto termina por convertirse en detective para tratar de ayudar al supuesto asesino a esclarecer lo ocurrido. En escena aparecen dos seres humanos, cada uno con sus propias circunstancias. Martínez encarna a un minusválido que quiere vivir dignamente, mientras que Eneko Sagardoy da vida al atento joven magrebí que cuida de él.

Un sobrio pero potente atrezzo sirve como telón de fondo a 85 minutos con una gran carga emocional. “Patxo y yo teníamos claro que este era un trabajo actoral. Las proyecciones, las luces y las imágenes ayudan a crear una atmósfera, pero la historia está escrita para atrapar al espectador”, explicaba Oregi hace unos meses a DEIA, con motivo del estreno de la obra en euskera.

Retazos del thriller clásico asoman en un argumento que “va hacia delante y atrás” en el tiempo, transita por diferentes caminos y se retuerce en “múltiples curvas”.

La ambientación musical creada por Pascal Gaigne cobra especial relevancia en una atmósfera en la que nada es lo que parece y en la que los prejuicios y las realidades acaban mezclándose irremediablemente. “Para nosotros ha sido un desafío increíble porque es una obra bastante dramática, los personajes pasan por muchos momentos diferentes y tienes que tener presentes todos esos sentimientos. Es un ejercicio actoral potente, muy stanislavskiano”, señaló por aquel entonces Martínez. - DEIA