Barcelona - El maestro zapatero, vestido con un traje cruzado de color malva, camisa blanca y una pajarita de lazo de cuadros, calcetines de rayas en tonos lila y malva y zapatos de ante tostados, aseguró ayer que no tiene ni idea de moda y que ni le gusta ni sigue sus tendencias. Su imagen de auténtico dandy, de hombre refinado, exquisito y educado, no dejó indiferente a nadie. Invitado por el 080 Barcelona Fashion, no tuvo reparos en decir que no ve pasarelas y que no le interesan nada porque es “monótono” y cree que “habría que buscar una nueva forma de expresar lo que se tiene que vender. Lo de ahora es un sistema que está demodé y es un espectáculo para entretener a gente simple que no tiene ilusión”. Cree que la clave de su éxito es que “ha seguido siempre su propio criterio, y ha funcionado”; que su mayor inspiración han sido “el Escorial y el Prado, donde siempre vuelvo para hurgar ideas”, y se definió “como un dibujante de zapatos que trabaja con mucha pasión”. Sobre el hecho de que sus zapatos se llamen manolos dijo con ironía que no le gusta demasiado porque parece el nombre de un bar de toreros, pero reconoció que es un honor. - Déborah Hap