Bilbao - El cantante italiano Eros Ramazzotti (Roma, 1963) actuará el 16 de febrero en el Bizkaia Arena del BEC, donde hará un repaso de sus éxitos y de las canciones de su reciente y último disco, Perfecto (Universal). El bello ragazzo de la voz nasal que debutó hace tres décadas asegura en esta entrevista que es “un perfeccionista en la vida y el trabajo” y que se ha “comprometido con la música”. A pesar de haber vendido casi setenta millones de discos, ironiza sobre su timbre vocal. “Es tan peculiar que es difícil imitarme”, indica.

‘Perfecto’ es su último disco, el número 14. ¿Hay algo o alguien perfecto en este mundo?

-Bueno, siempre hay que tratar de reírse y especialmente hacerlo en este momento que vive el mundo.

Se me ocurre que perfecta quizás es su compatriota Monica Bellucci.

-(Risas). Ya, la conozco muy bien, es mi amiga y puedo asegurar que es una mujer muy bella. Y no solo físicamente, también de corazón y de mente.

¿Es usted un perfeccionista, en el trabajo y en la vida?

-Sí, en la vida también. Soy un poco tocapelotas, ya que me gusta hacer muy bien las cosas.

¿Ese deseo de perfección y de trabajar duro puede que haya tenido que ver con su sempiterna imagen de niño guapo y el deseo de ser visto como un músico de enjundia capaz de sobrevivir durante 30 años?

-Es cierto, mucha gente me ha considerado poco más que un muchacho guapo y yo debo reconocer que también me he aprovechado en parte de esa consideración. Eso sí, siempre me he comprometido con la música y el arte, y a mis 50 años sigo adelante siendo consciente de que tengo que estar a la altura. La belleza no lo es todo porque, como bien dice Bellucci, la belleza pasa.

¿Con el paso del tiempo, sus seguidores han crecido con usted o ve gente joven en los conciertos?

-Hay una parte y una base de seguidores que están conmigo desde el principio, aunque creo que se ha sumado gente joven, que pueden ser sus hijos. De todas formas, no pienso mucho en ello, lo importante es trabajar duro.

¿Le puede la nostalgia a veces y echa de menos aquellas pasiones que lograba entre las adolescentes?

-(Risas). No, no tengo nostalgia de aquellos tiempos. Han pasado 30 años en un soplo, de manera muy rápida. Me asombra ver cómo crecen los hijos, al igual que mis seguidores. Lo importante es mantener la fuerza y el compromiso para tratar de ofrecer algo bueno. De hecho, esta gira actual, que pasará por Bizkaia, Madrid y Barcelona, lo demuestra y es una prueba de que seguimos vivos.

Desconocía que había sido actor en ‘Amarcord’, de Fellini. ¿Siempre le interesó más la música que el cine, no le tentó nunca la gran pantalla?

-Yo nací en Roma, donde están enclavados los estudios Cinecittà, donde lo mejores directores italianos rodaron tantas buenas películas. Lo de Fellini surgió porque buscaban a gente por la calle y nos elegían para participar en alguna película. Es cierto que pude trabajar en la gran pantalla aunque la música siempre fue más importante.

¿Qué música y músicos le impulsaron a querer ser un profesional?

-Cualquier música me influye y gusta. Por nombrar algunos diría Freddie Mercury, Peter Gabriel, Elvis Presley, The Beatles, Rolling Stones? Diría muchos porque no he sido seguidor de un músico concreto.

Siempre dice que el amor es vital en sus canciones y en su vida. Nos protegemos en él, ¿verdad?

-Definitivamente. El amor es fundamental para todo y para todos, es algo que necesitamos tener. Yo le canto al amor desde siempre y siempre he tratado de dar estímulos positivos en ese sentido.

Le canta también a la libertad en la canción ‘Al fin del mundo’. Hoy parece estar más amenazada que nunca, ¿no?

-Las canciones no pueden cambiar el mundo, pero pueden ser un estímulo y brindar perspectivas. Recuerde lo de París y esas muertes entre gente que había ido a un concierto a divertirse. Hoy, nuestro mundo no está lleno de amor ni de libertad, hace falta luchar, seguir adelante y no tener miedo.

Sueños, vivir, avanzar, cambios, construir, florecer... su disco es una llamada a la acción, a vivir y disfrutar la vida.

-Exacto, es un disco muy positivo. Yo creo que los músicos debemos ofrecer mensajes positivos al mundo porque la gente los necesita.

‘Perfecto’ es un disco de guitarras, muy orgánico, que incluye hasta aires folk y country. El sonido es muy clásico, podía haberse grabado en los 60 y 70, antes de la llegada de los sintetizadores, ¿no cree?

-Tiene razón, es un disco demasiado clásico. El próximo tendrá más electrónica (risas). No quería que sonara a máquina porque luego hay que trasladarlo a los escenarios.

Lo grabó en Los Ángeles y allí llamó de nuevo al guitarrista Michael Landau, que colaboró con Michael Jackson.

-Trabajar con él es una experiencia muy fuerte porque toca cualquier tipo de música, sonido y guitarra. Es un gran artista.

“Sigo rodando, como piedra que cae”, canta en este último disco. Es como ‘Like a rolling stone’, el signo del músico. ¿Sigue con las mismas ganas de escenario del principio?

-No es exactamente igual que al principio, pero lo que se mantiene intacto son las ganas de mejorar. El mundo y todo cambia, pero si eres músico hay que adaptarse a esos cambios, mejorar y transmitir positividad.

¿Qué veremos en el BEC?

-Pues un concierto que superará las dos horas y que será como una panorámica sobre mi carrera de 30 años, aunque he tenido que eliminar algunos periodos para que el concierto no dure toda la noche. No sería posible físicamente (risas). Alternaré el italiano y el español, será como siempre, una mezcla de energía y diversión. Y mucha positividad.

Vamos, que no faltarán ‘La cosa más bella’, ‘Otra como tú’ o ‘Una historia importante’...

-Sí, sí. Habrá muchos éxitos y canciones del último disco.

¿Es de los que le da importancia a las canciones o le gusta presentarlas con una escenografía cuidada, el mejor sonido y una producción importante?

-Todo es importante, pero la música está por delante del resto. Lo que busco es que la gente salga del concierto con orgullo y que no sienta haber gastado el dinero de la entrada. Eso es lo más importante.

Su timbre vocal es muy particular y ha logrado mantenerlo casi igual durante décadas. ¿Cuida la voz especialmente?

-(Risas) Lo de mi timbre es muy fácil, basta con cerrar la nariz. Cualquiera puede ser Eros Ramazzotti. No, ahora en serio. Mi voz es tan peculiar que es difícil imitarme.