Síguenos en redes sociales:

Hello, Adele

‘25’ es ya el acontecimiento musical de 2015, con ventas de más de tres millones de copias en tres días

Hello, Adele

2015 ya tiene su acontecimiento musical: el regreso de Adele. La cantante británica amagó con Hello, su single de adelanto, y ahora lo confirma con 25 (XL Recordings), su tercer disco, que se ha editado cuatro años después del anterior y que propulsado por una voz brillante y una acertada mezcla de pop y soul, podría acumular ventas superiores a los cinco millones de copias en su primera semana.

Si Adele pasa hambre será por decisión propia ya que desde su irrupción, hace siete años con un debut titulado 19 y canciones como Chasing pavements, no ha hecho más que sumar un éxito tras otro hasta acumular una fortuna que ronda los 80 millones de dólares. Cuatro años después de su segundo disco, con una figura bastante más estilizada y múltiples rumores sobre unos supuestos problemas para completar el disco que, cuentan, incluso le hizo plantearse dejar la música, la chica ha vuelto.

25 se llama el tercer álbum de la vocalista británica de 27 años. Millones de fans en todo el mundo han reaccionado alborozados ante una vuelta que ya es el acontecimiento musical del año, favorecido por la decisión de su autora de rechazar su presencia en plataformas de streaming. Apoyada en la ayuda de compositores de éxito, de Danger Mouse a Bruno Mars y Tobías Jesso Jr., y en su magnífica voz, el álbum podría acabar con ventas superiores a los cinco millones de copias en su primera semana.

Se veía venir este éxito planetario. Ya se ha convertido en el álbum vendido más rápidamente en la historia de Estados Unidos. Logró colocar en el mercado norteamericano casi 2,5 millones de copias en apenas tres días; y más de medio millón solo en Reino Unido. “Hola, soy yo? ¿puedes oírme?”. Así se presentó Adele hace unas semanas, llamando a su expareja y, a pesar del mensaje contradictorio del single (no se sabe si aquel amor sigue o no doliendo), Hello ha batido todos los récords al convertirse en la canción más descargada de la historia en las plataformas digitales. Y su videoclip es ya el más visto del año en Youtube y Vevo, superando al trailer de Star Wars: Episodio VII-El despertar de la fuerza.

Y es que había ganas, claro, después de cuatro años sin disco de la británica que llevarse al oído. El single funciona, su estribillo engancha y ella canta magníficamente bien con esa garganta que es un portento de la naturaleza. Habría que aclarar, antes de nada, que 25 es un disco de pop, en el sentido de popular y para mayorías, aunque cuenta con dejes soul y gospel que lo alejan de la nimiedad que suele poblar los puestos altos de las listas de éxitos internacionales.

Las únicas concesiones (ligeras) a un sonido contemporáneo con base electrónica son Send my love (to your new lover), a la que salva su estribillo y su refrescante aire africano; un I miss you (“trátame de manera suave, pero tócame cruelmente”, canta) en el que su voz de mezzosoprano suena demasiado tratada; y Water under the bridge, cuyo impacto es inmediato debido a su guitarra y sus ínfulas gospel. La pieza más negra y gospel es River Lea, compuesta con Danger Mouse, y funciona muy bien.

Clasicismo Y Adele se sale cuando abraza el clasicismo y mira hacia atrás. Así sucede cuando se acompaña de un piano delicioso en When we were young (“pareces una película, suenas como una canción”), arropado por un bajo excelso y con ecos de los años 70, o en All I ask, coescrita con Bruno Mars, que remiten a Billy Joel, Elton John o, en clave femenina, a Carole King. Más ligera suena Remedy, que tiene aroma a futuro single pero ofrece una interpretación vocal que raya lo superlativo.

El melodrama alcanza su cota más alta en Love in the dark gracias a una acertada combinación de piano y sección de cuerdas y la excentricidad sonora y la melancolía lleva el nombre de Million years ago, con su guitarra acústica heredera de la canción de autor de los 70 pero a ritmo de bossa. Las letras del disco están repletas de dolor, angustias, deseos sexuales y preguntas ante relaciones rotas o prohibidas. Y se agradece lo poco que tienen que ver con su maternidad, a excepción del tema que cierra el álbum, Sweetest devotion, dedicado a su bebé y que no suena ni (demasiado) baboso ni remilgado.