lA localidad de Azkoitia, cuyas calles se muestran exultantes estos días con la celebración de sus fiestas de San Andrés, es un buen destino para el visitante amante de la bella y centenaria arquitectura, así como para quien disfrute de los parajes naturales. En la conocida como cuna de la pelota, que exhibe orgullosa sus particulares frontones en tributo a Oteiza, se puede pasear hasta Azpeitia por bellos hayedos y subir hasta el monte Ernio.

Situada en la comarca de Urola Medio y bajo la protección del macizo de Izarraitz, Azkoitia cuenta con un importante conjunto monumental en su centro histórico, que el Gobierno vasco declaró Patrimonio Cultural en 2005. El paseo podría iniciarse visitando el edificio del Ayuntamiento, en la plaza, que cuenta con un llamativo escudo en su fachada, y debe incluir también a la parroquia de Santa María la Real. Cuenta con tres naves y un capitel dórico, alberga retablos de gran belleza en su interior y un órgano románico Valillé-Coll, de 1898.

Y ahí no queda la cosa porque también merecen una visita las casas-torre de la villa, entre las que destacan la de Baldakua, Floreaga, Idiakez, Insausti (una de las más antiguas de Gipuzkoa y que albergó a los Caballeritos de Azkoitia, nobles ilustrados que promovieron la cultura euskaldun y la investigación científica en el siglo XVII) y la denominada Etxe Beltza, una torre medieval de color oscuro debido al incendio que la asoló en la segunda Guerra Carlista.

El amante de la arquitectura rupturista y del deporte debe visitar los frontones, un conjunto de vanguardia que casa la tradición pelotazale de la villa (por algo le llaman cuna de la pelota) con la visión artística de Oteiza. Cada uno de los siete herrialdes vascos está representado por el tipo de frontón que corresponde a la modalidad de pelota más frecuente en el mismo.

La villa también favorece el turismo activo, ya que presenta un sendero fácil, asequible y bien marcado que lleva hasta Azpeitia entre fantásticos hayedos, y a vista de pájaro invita a ascender al monte Ernio, conocido como “el monte de las cruces”. Antes de hollar su cima y admirarlas, se disfruta de unas vistas muy bellas de la montaña y la costa, y se puede tomar un hamaiketako en Antonioren Borda, por un precio módico.

El extra de interés del fin de semana lo pone la celebración de las fiestas de San Andrés. Mañana habrá un festival en el teatro Baztartxo con el grupo de baile Sahatsa, el coro Iraurgi y la Banda de Música, además de herri kirolak con el Premio San Andrés de pruebas de arrastre de piedra por bueyes, en el Frontón Gurea. El domingo, se celebrarán la popular feria agrícola de la villa y habrá también actuaciones de dantzaris y txistularis, antes de una segunda sesión de arrastre de piedras por bueyes.