Las costas de Terranova podrían esconder más vestigios vascos
El profesor Agustín Azkarate dice que parte de la historia vasca del siglo XVI descansa allí
BILBAO - Durante el siglo XVI y buena parte del XVII, centenares de naos y cocas vascas cruzaron el Atlántico para arribar en costas de Labrador y Terranova, donde durante los meses de verano se afanaban en cazar ballenas y en extraerles el aceite, preciado líquido que se vendía bien en toda Europa. Parte de esta historia ya se conoce, pero el director de la Cátedra Unesco de Paisajes Culturales y Patrimonio en la UPV/EHU, Agustín Azkarate, ha subrayado que “una parte de la historia vasca del siglo XVI puede hallarse bajo los lodos costeros y tierras de Canadá”. Azkarate ha tomado parte en las jornadas de trabajo que el profesor Sergio Escribano-Ruiz ha desarrollado en las últimas semanas en la localidad canadiense de Red Bay, antigua estación ballenera vasca en la costa de Labrador.
Durante su estancia en la costa atlántica canadiense, el investigador Sergio Escribano-Ruiz ha realizado diversas inspecciones en espacios abiertos, análisis de cerámicas y elementos de pesca y utensilios de lo que era la vida de aquellas personas en los siglos XVI y XVII; lo ha hecho en museos y centros temáticos y ha mantenido también numerosos contactos con profesionales de Parcs Canadá, aproximándose a las relaciones de vascos e inuits (esquimales) en el siglo XVI.
Asimismo, ha catalogado la cerámica que se localiza en esa costa (que principalmente procede de Euskal Herria), “algo que con el tiempo nos va a ofrecer elocuentes datos para conocer con certeza cómo ocurrió aquella colonización, humana y respetuosa, muy diferente a la sucedió en otras partes del planeta con otros pueblos y sociedades, que protagonizaron arrantzales de Bizkaia, Gipuzkoa y Lapurdi”. “Lo curioso es que esa cerámica que llevaban los arrantzales estaba elaborada en lugares como Salinillas de Buradón, Llanada alavesa o en Bilbao, sin olvidar otras procedentes de Cantabria, Portugal o Saintonge, junto a Aunis, en la costa central atlántica francesa”, ha indicado el profesor Escribano-Ruiz.
Azkarate considera que el trabajo iniciado en los años setenta por la profesora Selma Huxley Barkhan “tiene por delante una gran oportunidad para conocer muchos datos sobre cómo era nuestra sociedad cuando viajaba a América del Norte, cómo se relacionó con respeto y amistad con los pueblos que allí habitaban, llegando incluso a compartir un pidgin, una especie de lenguaje compuesto por formas de sus idiomas maternos”.
vestigios “Ese espacio de tiempo, recogido en abundantes testimonios arqueológicos y documentales, es objeto de estudio por el Gobierno de Ottawa, a través de Parcs Canadá, pero a Euskal Herria se le abre una gran puerta para conocer su historia pues, además de Red Bay, Chateau Bay, Pleasure Harbour o los ya conocidos, esas costas, especialmente las de Quebéc y el río San Lorenzo, atesoran muchos vestigios de nuestra historia que es preciso conocer y mantener”, ha remarcado Azkarate, quien en los años 80 protagonizó diversas excavaciones en aquellas tierras, en compañía de José Antonio Hernández Vera y Julio Núñez.
La Cátedra Unesco de Paisajes Culturales y Patrimonio tiene su base de actuación en el Grupo de Investigación en Patrimonio Construido de la UPV/EHU que dirige Agustín Azkarate. La cátedra se creó en 2013 a partir de un convenio de colaboración del Departamento de Medio Ambiente y Política Territorial del Gobierno vasco y la UPV/EHU y en 2014 obtuvo el reconocimiento de Cátedra UNESCO. - I. Mendizabal/ Europa Press